Importancia histórica del surrealismo
Loreto Casado ofrece una nueva traducción que actualiza la lectura del manifiesto de un movimiento que cuestionó la condición humana en su totalidad política y cultural
De una forma u otra, el surrealismo ha cambiado nuestra percepción de la realidad incuestionablemente desde su nacimiento, hace ya cien años, porque, aunque muchos de los postulados del manifiesto original hayan quedado obsoletos o hayan sido sobrepasados por el propio devenir de la sociedad en la que tardaron en arraigar, incluso por la paulatina desafección de algunos de los miembros más influyentes que vieron truncadas sus expectativas de transformación, su repercusión ha sido hasta el día de hoy enorme, por eso es conveniente, como hace Loreto Casado en 'Manifiesto del surrealismo cien años después', actualizar su repercusión en la historia de las ideas, una repercusión que se ha traducido en innumerables estudios y en la práctica de un importante plantel de artistas, poetas, cineastas, etc. Para ello, lo primero que ha hecho Casado es traducir de nuevo el 'Manifiesto original', el de 1924, y, a partir de dicha traducción, repasar distintos eventos que repercutieron en la escritura del manifiesto, como fueron el 'Pez soluble'. Aquí «el lenguaje –―afirma Loreto Casado–―se organiza de acuerdo con ese fluir de los mensajes del inconsciente, sin limitaciones de forma, ni sustancia, ni lógica». Como todo manifiesto, este no deja buscar la controversia y la ruptura con la tradición, por más que su objetivo inicial sea bucear en las profundidades del pensamiento poético y subrayar la importancia de la imagen, más que la derivada del lenguaje, en la construcción de dicho pensamiento.
En 1929 se publica el 'Segundo Manifiesto', que apenas aporta alguna novedad, aunque se repasan los cinco años transcurridos y se pasa revista a quienes ... han abandonado el proyecto o lo han traicionado, siempre según el criterio de Breton, que comienza a padecer a sus primeros detractores. Pero el estudio de Casado no se limita a analizar cómo el paso del tiempo ha modificado los principios esenciales de sus miembros, sino que se remonta a señalar las influencias del movimiento surrealista, influencias que se remontan al Romanticismo alemán y mitos como el renovado concepto de alma, el del inconsciente o el de la propia poesía: «La verdad de la poesía es superior a la verdad histórica», aserto que nos remonta a la 'Poética' de Aristóteles, para continuar con Baudelaire y Rimbaud, este último una referencia fundamental para todos los movimientos de vanguardia.
'Manifiesto del surrealismo cien años después'

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Autor Loreto Casado
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Editorial Akal
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Páginas 328
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Precio 14 euros
Además de su vertiente artística, el surrealismo también hizo hincapié en revocar las construcciones sociales más represivas, como la prisión o los cuarteles militares, aunque no se critica la Revolución rusa porque hay un acercamiento al comunismo que creará en el movimiento fracturas imposibles de sellar. Las críticas virulentas que el propio Partido Comunista hace de algunos de los miembros del movimiento contribuyen a los enfrentamientos entre los partidarios de continuar en el partido, como Aragon y quienes, como Breton, abogan por desligarse de él. Conciliar la libertad creadora con la rigidez dogmática del partido se vuelve irrealizable. Además, sucesos como la Guerra Civil española o la Segunda Guerra Mundial alimentan posiciones enfrentadas respecto a la política del Partido.
El documentado estudio que ha realizado Loreto Casado se adentra además en algunos de los aspectos más relevantes del surrealismo, como el ya citado automatismo, en esencia algo imposible de llevar a cabo ―«incluso en el dictado del inconsciente –―afirma Casado–―, el discurso encuentra una lógica desde el punto de vista sintáctico y narrativo»― la analogía o la predilección por la imagen. Algunos de los artistas más representativos del movimiento ―–Derian, Matisse, Picasso, De Chirico, Braque–, con el paso del tiempo, decepcionan a Breton, sin embargo, otros como Max Ernest, Man Ray, Dalí, Miró o Duchamp siguen, con mayor o menor libertad, los principios fundamentales del movimiento. Hemos de añadir a cineastas como René Clair o Buñuel. El volumen finaliza haciendo un recorrido por alguna de las aportaciones femeninas al movimiento, entre las que sobresalen pintoras como Gala, Jacqueline Lambett, Leonora Carrington, Maruja Mallo o Annie Le Brun, y por los países por los que se difundió con más fortuna el movimiento, como las Islas Canarias y el Caribe.
Después de tan exhaustivo recorrido cabe preguntarse si persiste aún su influencia. La respuesta es evidente. Como afirma la autora de este libro, «La importancia histórica de las tentativas llevadas a cabo por la actitud rupturista del dadaísmo y el surrealismo marcan un hito en la evolución del pensamiento del lenguaje». En la sociedad actual son más necesarios que nunca nuevos instrumentos de pensamiento que contribuyan a hacer más legible una realidad que aliena y cosifica al ser humano. Movimientos de ruptura como el surrealismo, con su llamamiento a la libertad y a la subversión, nos dan aún alguna esperanza.
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