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Epistolar

Una oportuna recuperación

Tomás Bustamante Gómez recoge en 'Correspondencia de Jesús Cancio' las doce cartas que envió a su amigo Fermín Rodríguez Cianca, «cónsul literario de Torrelavega»

Viernes, 25 de julio 2025, 07:54

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No es un buen momento el actual para las cartas postales. Primero sufrieron el acoso del teléfono, con el que lograron convivir durante décadas, pero después, un enemigo mil veces más peligroso, internet y todas las posibilidades de comunicación que la Red ofrece: Facebook, WhatsApp, Skype, Instagram, etc., las hirieron de muerte y han acabado poniendo la puntilla al género epistolar de forma ya irremediable, por mucho que unos pocos nostálgicos sigan acercándose a la oficina de correos más próxima para franquear sus cartas. Sin duda por ser ya una especie en extinción es por lo que resulta oportuno rescatarlas y ponerlas a disposición del lector, como ha hecho Tomás Bustamante con este conjunto de cartas de Jesús Cancio (Comillas, 1885-Polanco, 1961).

'Correspondencia de Jesús Cancio'

'Correspondencia de Jesús Cancio'
  • Autor Tomás Bustamante

  • Editorial Quercus /ayuntamiento de Torrelavega

  • Páginas 276

  • Precio 25,00 euros

Por lo general, las cartas de un escritor, de un poeta, suelen ofrecer datos relevantes sobre su vida, sobre su personalidad y sobre su obra. ... Este es el caso de estas doce cartas dirigidas por 'el poeta del mar' en un amplio abanico temporal, desde 1939 a 1961, a su amigo -amistad a lo largo lo hubiera llamado Gil de Biedma- Fermín Rodríguez Cianca -«cónsul literario de Torrelavega»-, de quien podemos resaltar su solidaridad con el poeta desterrado, cartas que, además del retrato de un amistad, nos ofrecen datos relevantes sobre la época histórica en la que están escritas y dan cuenta de la soledad -Cancio padeció problemas en la vista desde muy joven, hasta que se quedó definitivamente ciego, lo que, unido a su ostracismo, agravó su asilamiento-, y de las penurias que sufrió el poeta, que logró sobrevivir gracias a auxilio de su primo y bienhechor Luis Corona. Como escribe Constantino Barrero en la Introducción, «esas cartas testimoniales nos permiten ahondar en la intimidad del autor que las escribe y obtener un mayor conocimiento sobre los pensamientos, sentimientos y circunstancias que le rodean, la manera de expresarse y el tratamiento dispensado hacia la otra persona, favoreciendo con ello obtener una biografía más íntima y personal».

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