Pasión por la escritura
Carlos Iglesias Díez reúne en 'Libros de aire',las reseñas y entrevistas que ha ido publicando en revistas como la tristemente extina 'Clarín' y en 'Anáfora'
Para contrarrestar el espíritu volandero de las reseñas y las entrevistas que se publican en suplementos de periódicos y en revistas literarias nada hay mejor que agruparlas en un libro. Ganan así algo tan ahelado por todo autor como es la permanencia y, además, permiten al lector comprobar la coherencia de unos criterios críticos ejercidos ante poéticas de signo no ciempre coincidente. Carlos Iglesias (Oviedo, 1983), un poeta de palabra exigente que recogió toda su obra en 'El peso del silencio. Poemas reunidos 2004-2019', consciente de ese carácter efímero del que hablamos, ha reunido en 'Libros de aire' las reseñas y entrevistas que ha ido publicando en revistas como la tristemente extina 'Clarín' y en 'Anáfora', para lo cual ha escrito una acertada justificación bajo el título «El aire entre las palabras», en la que, entre otras cosas, afirma que el reseñismo literario es «un género híbrido donde se aúnan, de modo insólito, la solidez y la fragilidad. Porque ―–continúa–― el peso inherente a todo buen libro contrasta con la naturaleza, efímera por definición, de aquellas revistas y publicaciones periódicas destinas a albergar su correspondiente reseña […] Por lo tanto, la decisión de agrupar en un volumen una veintena de reseñas,a compañadas de un buen puñado de charlas con escritores de diversa edad y condición, obedece al impulso triple de lograr, simultáneamente, un pequeño acto de rebeldía, un exorcismo contra el tiempo, y el deseo imposible de apresar el aire, ya sea el que se filtra a través de las palabras cada vez que se abre o se cierra un libro, o bien el qu flota, suspendido, tras el espejismo fug
La publicación
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Titulo: Libros del aire
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Autor: Carlos Iglesias Rios
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Editorial: Bajamar.
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Páginas: 190
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Precio: 22,00 euros.
La cita es larga, pero explica con precisión el propósito de este tipo de libros que, en los últimos años, están proliferando, a pesar de ... que, la reseña, como género literario, no goza de unanimidad valorativa. A este respecto, el crítico británico Cyril Conelly escribio: «La literatura es el arte de escribir algo que se leerá dos veces, el periodismo es el arte de lo que se aprende de inmediato, y los dos requieren técnicas independientes» Hay quien la considera totalmente innecesaria y carente de utilidad, –generalmente, este tipo de opiniones se fundamentan en un una cantidad no despreciable de reseñistas que se limitan, o bien a reproducir tópicos, en muchos casos con un lenguaje críptico que, más que informar, solo sirve para enmascarar la pobreza terminológica del comentarista (algo hato frecuente en las reseñas de arte y en las de poesía)–― y textos entresacados de las solapas del libro, o a ponderar positivamente, en muchos casos con argumentos peregrinos, todo aquel libro que reseñan, sin considerar criterios de calidad (el debate sobre la calidad de un libro, sobre lo bueno o lo malo, excede con mucho la intención de este escrito).
Como es lógico, ambas actitudes no hacen más que alimentar la fobia de algunos lectores a las reseñas. Afortunadamente, existe un grupo más nutrido dentro de ese público «más amplio y menos prevenido», en palabras de Prieto de Paula, que considera las reseñas como un elemento esencial para dar a conocer algunas de las cualidades más sobresalientes del libro objeto de su comentario, sin ocultar las debilidades que, a juicio del comentarista, deslucen el resultado final. Iglesias escribe, a propósito de las reseñas sobre poesía, que «la escritura de reseñas se sitúa a mitad de camino entre el ensayismo y la poesía, dado que en ellas el discurso razonado debe ceñirse a los límites impuestos por una voluntad de precisión, de modo análogo a lo que sucede con las emociones dentro de un poema». Otro asunto es qué impulsa al reseñista a alegir determinado libro en favor de otros que quedan procastinados, cuando no obliterados, acaso involuntariamente. En todo caso, lo que es inobjetable es que escribir con rigor reseñas es un género engañosamente fácil porque conlleva mucho trabajo y dedicación, un trabajo que, en el caso de Carlos Iglesias, corre paralelo al de las entrevistas, un género probablemente más arduo porque no solo basta con conocer a fondo al autor, sino saber hacer las preguntas pertinentes.
Hemos de subrayar que Iglesias sale airoso de ambos retos, más aún teniendo en cuenta la variedad de autores entrevistados. Por enumerar solo algunos, citaremos a Dionisia García, Antonio Colinas, Jordi Doce, Benjamín Prado o Xaime Martinez. Las entrevistas, como afirma Carlos Iglesias, permiten «contrastar la opinión propia con la de otro autor» y así, se genera «una visión global, y ya no solo individual,a cerca de una obra concreta o una trayectoria literaria […] El entrevistador debe anticipassre a las posibles respuestas del entrevistado, con el fin de anticiparse a las posibles respuestas del entrevistado, con el fin de propiciar un intercambio comunicativo que desvele alguna de las claves de su universo literario y, al mismo tiempo, incite convenientemente a la lectura». No podemos más que estar de acuerdo porque cualquier lector que se acerque a estas páginass comprobará cómo, tanto en las entrevistas como en las reseñas de poesía y narrativa que integran este volumen, Carlos Iglesias se ajusta con precisión milimétrica a sus propios preceptos teóricos.
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