«La lectura es una conversación infinita que da sentido a quienes somos»
Cristina Oñoro recordó en los Martes Literarios de la UIMP la historia de un grupo de mujeres protestantes que plantó la semilla de la educación femenina en España
Cuando Cristina Oñoro (Madrid, 1979) leyó por primera vez 'La voz a ti debida' y los versos de un enamorado Pedro Salinas desconocía que la ... destinataria de aquellos poemas era Katherine R. Whitmore y que fueron escritos en 1933 tras un verano de citas clandestinas en el Palacio de La Magdalena cuando él se hizo cargo de los primeros cursos de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP). Cristina Oñoro tenía 16 años y cursaba segundo de BUP –el equivalente al actual cuarto de la ESO– cuando conoció ese poemario y este martes, en esta misma universidad compartió una de las cartas que Whitmore, profesora de lengua y literatura españolas en el Smith College (Massachusetts), le envió al poeta español cuando ya había regresado a Estados Unidos tras ese verano académico y amoroso.
Esa carta que leyó, en una nueva sesión de la tribuna de los Martes Literarios, forma parte de la documentación que aporta en su libro 'En el jardín de las americanas' (Taurus) y que está dedicado un grupo de mujeres protestantes norteamericanas que dejaron su país para instalarse en España. Entre ellas, Katherine Whitmore, pero sobre todo Alice Gulick que desembarcó en Santander para fundar un internado de señoritas innovador que fue el germen de lo que posteriormente sería el Instituto Internacional Femenino y la Residencia de Señoritas, instituciones hermanas de la Residencia de Estudiantes en la que se alojaron Lorca, Dalí, Buñuel o Pepín Bello. Por su equivalente femenino pasaron Maruja Mallo, Victoria Kent, María Goyri o María Zambrano, entre otras mujeres que no se han estudian en los manuales escolares como los anteriores, pero a las que se recuerda en 'El jardín de las americanas'.
Su autora, profesora de literatura en la Complutense, que conversó con el poeta Regino Mateo en una sesión que volvió a llenar el Paraninfo de La Magdalena, se refirió a todas estas mujeres que aparecen en el libro y a la labor fundamental que desarrollaron en este país, sobre todo a las pioneras que llegaron con Gulick a principios del siglo XIX, «unas activistas en la educación femenina que aunque viajaron con un componente evangelizador no se conformaron con enseñar a leer y a escribir».
Las frases
-
La protagonista «Alice Gulick desembarcó en Santander para fundar un internado de señoritas que fue pionero»
-
El libro «Acaba en la UIMP, escenario de la historia de amor entre Katherine R. Whitmore y Salinas»
El libro, un ensayo narrativo, género en el que la autora se desenvuelve mejor por su condición de profesora e investigadora y que le permite llegar a un tipo de público «curioso», surgió de otra publicación anterior 'Las que faltaban', también de Taurus, un relato emocionante, profundo y divertido de la historia de la humanidad en clave femenina.
Oñoro también dio a conocer en este encuentro algunos detalles de su proceso creativo, y varias de sus lecturas favoritas, como ese poemario de Salinas al que se refirió en varias ocasiones y algunos otros de los que leyó en su infancia, como las aventuras de Celia de Elena Fortún. «La lectura es una conversación infinita que nos conecta con nosotros mismos y da sentido a quienes somos», afirmó.
Los clubes de lectura
Para ella leer es una de las actividades más solitarias que realizamos y por eso es mucho más interesante cuando es compartida de alguna forma. Por ello se declaró una gran defensora de los clubes de lectura, «que transforman en un acto social algo tan solitario». En este tipo de clubes, y ella misma dirige dos, «se trabaja la escucha atenta» y «son un espacio en el que reina la tolerancia». Pero sobre todo, «dejamos de recibir información de una manera pasiva y nos brindan la oportunidad de compartir con otras personas ese hábito tan poderoso como es el de leer».
En ese 'jardín' de las pioneras norteamericanas que viajaron a España se destaca la amistad desinteresada entre las mujeres y la conexión que estas extranjeras tuvieron con otras españolas con las mismas inquietudes. Esa importancia que le dieron a la educación y a lo internacional, que también llevó a Salinas a crear la UIMP, es para Oñoro «muy necesaria en estos momentos». Este martes ella disfrutó de compartir ese rato con su público, de recordar sus anteriores estancias en esta universidad como alumna, y también de dormir en el Palacio de La Magdalena «uno de los privilegios de venir como ponente de los Martes Literarios. Quién sabe sí me quedo en la misma habitación en la que se llevó a cabo esa historia de amor» dijo. En cuanto a sus proyectos literarios: «Hasta ahora he escrito dos ensayos. ¿Por qué no una novela?», concluyó.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.