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El poeta y escritor Mario Obrero en la Feria del Libro de Santander, Felisa, en la Porticada. DM

Mario Obrero, la vida por delante

El autor de 'Carpintería de armónicos' y 'Cerezas sobre la muerte', que protagoniza esta semana en La Magdalena un taller sobre el impacto y la movilización de la palabra poética, recibe el próximo jueves, en el Palacio, el IV Premio Taller de Poesía Pedro Salinas

Lunes, 28 de julio 2025, 08:07

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«Como todos los jóvenes, yo vine / a llevarme la vida por delante», escribía en 1968 Jaime Gil de Biedma, en uno de los poemas patrios más célebres del pasado siglo. Por entonces no estaba ni en proyecto el poeta Mario Obrero, que vio la primera luz en 2003, pero se diría que esos versos se escribieron para él.

Un joven, casi un chaval, de rizos maradonianos, estética retro y el don de la palabra como bandera, que parece estar viviendo un auténtico sueño literario desde que en la primavera de 2021 recibiera el Loewe a la Creación Joven, uno de los premios más codiciados del país. A partir de ahí, y lejos de ser flor de un día, se sucederán los hitos, a cual más sorprendente, desde presentar un programa en La 2, 'Un país para leerlo', hasta el Premio Nacional de Juventud en la categoría de Cultura. Todo ello aderezado con tres nuevos libros e innumerables lecturas y conferencias, mientras el poeta es todavía un estudiante de la facultad de Filología de la Complutense, aunque también ha pasado por las aulas de La Sorbona.

Precoz es, pues, un término que se queda corto para un joven al que apodaban, quizás no tan en broma, el 'Rimbaud de Getafe'. Aunque tal vez sea más una moderna reencarnación de otro joven deslumbrante, Federico García Lorca: su primera pasión aparte de la pintura también había sido la música; la popular y la culta, porque si en el conservatorio estudiaba guitarra clásica, con los compañeros del instituto cantaba rap.

Apodado el 'Rimbaud de Getafe', la trayectoria de este autor despuntó desde que en 2021 recibiera el Premio Loewe a la Creación Joven

Más allá de la anécdota de su primer poema –con siete años se quedó sin batería en la Nintendo y cogió un lápiz para cantar al tableteo de la lluvia en los cristales–, Obrero empezó a despuntar en serio cuando a los catorce años ganó el Premio Nacional de Poesía Joven Félix Grande, con su primer poemario, 'Carpintería de armónicos' (2018). Un año más tarde llegaría 'Ese ruido ya pájaro' (Ed. Entricíclopes), un poemario acompañado de ilustraciones propias. Luego, una beca de la FAO le llevaría a cruzar el charco, hacia Georgia, en Estados Unidos. En Peachtree City –un lugar tan contradictorio que aunque se llame 'Ciudad Melocotonero' en traducción literal, en realidad no tenía un solo árbol de esa especie– escribiría un poemario homónimo, el premiado en el Loewe, donde se descubría un estilo de imágenes deslumbrantes que le emparenta con un clásico vivo, Juan Carlos Mestre, en la voluntad de transcribir la extrañeza del mundo con una dialéctica deslumbrante.

El poeta, en la Magdalena

  • Taller Desde hoy lunes. 'IV Premio-Taller de Poesía Pedro Salinas. Bajo el título 'Lo que toca. Impacto y movilización de la palabra poética'.

  • Premio Entrega del IV Premio al poeta Mario Obrero (Getafer 2003). Laudatio: Carlos Alcorta.

  • Veladas Poéticas Lugar: Hall Real, Palacio de la Magdalena. Entrada libre.

Su cuarta entrega poética sería 'Cerezas sobre la muerte' (Ed. La Bella Varsovia, 2023), un insólito acercamiento lírico al espinoso asunto de las cunetas guerracivilistas, y que parte, confesaba, de una anécdota alegórica: «sobre la fosa común de Pernafeites, en Miravet, donde yacían un centenar de soldados republicanos, los cerezos plantados crecieron ausentes, cluecos, como roídos por una muerte que impide nacer el fruto. El payés de esa tierra insistió en exhumar los cuerpos y replantar nuevos cerezos». Sobre la barbarie no puede crecer el fruto, nos recuerda el poeta. En 'Tiempo mágico' (Ed. La Bella Varsovia, 2024) retomará la línea incendiaria de 'Peachtree city', pero con mayor incidencia en el compromiso; el político, pero también con la justicia, con la belleza y con la libertad.

Su último libro hasta la fecha es 'Con e de curcuspín', publicado en abril de 2025, que la editorial Anagrama presenta como «una carta de amor a la diversidad lingüística de nuestro país», un ensayo de nuevo comprometido donde el poeta sostiene que «la herencia de los pobres son las palabras».

Su último libro, publicado en abril por Anagrama, es 'Con e de curcuspín', «una carta de amor a la diversidad lingüística de nuestro país»

Palabras que no que queman en este descendiente de campesinos trasterrados a la periferia madrileña, que creció entre libros –su madre es maestra– y se presenta como orgulloso producto de la escuela pública y sufridor sempiterno del Atleti. En el tránsito hacia la fama perdió la 'G' intermedia de su firma, García, para quedarse solo en Mario Obrero, un nombre de guerra que casi parece una declaración de intenciones en un siglo que ya no recuerda qué era aquello de la lucha de clases. Sin embargo, sí que existen nuevos compromisos, que el poeta no elude: la igualdad de género –suele expresarse tanto en femenino como en masculino–, la diversidad lingüística –se maneja con cierta soltura en todas las lenguas peninsulares, aunque reconozca que su euskera es un poco 'de Getafe'– o la memoria histórica, lo que le ha valido duras críticas desde algunos sectores políticos. Y las que le quedan, porque este Obrero de la poesía promete dar mucha, mucha guerra todavía. Y es que le queda por delante toda una vida… poética.

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