Una única feria, cientos de sonidos del arte
Artistas y galeristas coinciden en destacar las posibilidades de Artesantander como espacio para conectar entre profesionales
Si usted se imagina una feria de arte contemporáneo como un lugar aséptico, frío e impersonal, aleje ese concepto. En Artesantander hay ruido. Mucho. Del ... que nace en las innumerables conversaciones en diversos idiomas que se cruzan en los estands, los pasillos, la terraza o el rincón del café. Pero también el didáctico que surge ante un público atento en las presentaciones, las charlas o las dudas solventadas.
Resolver dudas es lo que pretenden, por ejemplo, Sonsoles Martínez y Beatriz Marín. Comparten la dirección de Espacio Derivado. Abrieron sus puertas en la capital andaluza hace apenas dos años. Se consideran «jóvenes» en el panorama y desbordan entusiasmo. Quieren «proyectar» a sus artistas, que salgan de Sevilla y sean conocidos por todos los rincones. «Lo que nos interesa y nos entusiasma es la divulgación; intentar acercar a la gente a estos artistas, muchos de ellos emergentes y que necesitan de un contexto, un discurso, un relato quizás para que sea más fácil entender los temas que están tratando». No quieren quedarse con la envoltura, sino que trascienda lo que envuelven. En las cuatro propuestas que presentan hay un hilo conductor que tiene que ver con la emergencia y la distancia de lo «meramente comercial que viene marcado por el mercado». «Entendemos el galerismo como una apuesta real y no vendemos la moto; todo lo que está aquí lo hemos apoyado materialmente». Dijeron que sí a Artesantander, «una feria con tradición, seria», por ser una propuesta de crecimiento también para Espacio Derivado. «Una oportunidad a nivel nacional poder movernos, empezar en el circuito», enfatizan.
El nexo de unión en la propuesta de los artistas al amparo de La Gran es el libro, que, valga la ironía, ofrece múltiples lecturas. Desde ficciones distópicas a miradas de género. Un ejemplar de '1984' que se convierte en observador con una cámara en su interior. El 'Peso infundado' de las obras que sentaban cátedra en la sociedad limitando libertades, y ahora están encerradas entre rocas. Escenografías instalativas a partir de pintura expandida y frágil. «Al ser obras narrativas y figurativas, resulta más fácil identificarse con ellas», desde el punto de vista del espectador, explica Yaiza Gónzalez. Considera que las ferias «tienen un papel muy importante para que las galerías funcionen», siendo un espacio donde el público «está en un modo de compra» más evidente. En el caso de Artesantander, la labor curatorial para elegir a los participantes «es muy profesional».
En un mundo del arte «muy elitista» que cuanto «más opaco se vuelve», más rechazo produce en la gente que se quiere iniciar o simplemente está interesada, por eso «facilitar el acceso para que cualquier persona pueda comprar y apoyar la cultura, entendiendo que es un trabajo y no un hobbie» es fundamental.
Giuseppe Compare ha llegado a Cantabria desde Nápoles. Es su segunda participación en la feria a la que se sumó tras saber que Álvarez Careaga asumía la dirección. «Mónica es una gran directora artística, muy, muy meticulosa -dice- Está muy interesada en presentar un buen proyecto con la feria, con buen trabajo y tiene la capacidad de reunir a personas, coleccionistas, en general amantes del arte». El año pasado «la respuesta no fue buena». Comprobó que «es un mercado muy duro, muy difícil» y cambió de estrategia. Decidió apostar por todos los lenguajes: videoarte, instalación, fotografía... La delicadeza es la nota dominante en las propuestas. El juego con la luz, la pintura sobre seda, las instalaciones con cemento o silicona... Su objetivo en este espacio, «en el centro de algo interesante: cerca de Bilbao, siendo Santander una ciudad rica, cerca de Galicia, de Lisboa, Oporto...» es «conocer gente nueva, nuevos coleccionistas». Y trata de no centrarse «en cómo va la feria, si vendí o no vendí, sino en ampliar las relaciones». Considera que Artesantander es buena para eso.
Antonio Gómez Bueno está sentado ante una mesa redonda, rodeado de los objetos que anhela. No es una forma de hablar; su serie 'Wish list' es una colección de objetos que le gustan y por eso los ha dejado plasmados con su estilo colorista. El cántabro, asentado desde hace décadas en Estados Unidos, está de vuelta en su tierra «invitado por Juan» (Riancho) y la galería Siboney. También porque cada verano regresa para que sus dos hijos tengan viva su raíz española. «Hubo mucho tiempo en que la pintura era la única manera de crear imágenes; no había más -reflexiona- Ahora ya olvídate. Pero me gusta eso, pintarlo de una manera en la que esto es lo que es». Sin inspiraciones posteriores a lo pintado ni discursos grandilocuentes.
Participar en la feria es para el artista, divertido. «Estás tú ahí solo, durante horas, pintas y vuelves a pintar para mejorar», y aquí, la gente se acerca, pregunta, comenta, elige. «Para eso lo hago; no pintas para verlos solo tú, ni guardarlos, sino para enseñarlos». Y que cada uno escuche el sonido que quiera.
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