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Giovanni Guzzo, en el Palacio de Festivales, donde esta noche interpretará el concierto para violín de Beethoven. Daniel Pedriza
«Venezuela sufre un grave momento político, pero muy rico a nivel musical»

«Venezuela sufre un grave momento político, pero muy rico a nivel musical»

El intérprete será hoy el solista del concierto inaugural del Encuentro de Música y Academia con una obra de Beethoven «esencial para los que tocamos este instrumento»

Rosa Ruiz

Santander

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Domingo, 7 de julio 2019, 09:01

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A sus 31 años, Giovanni Guzzo se ha establecido como uno de los grandes violinistas de su generación. Su primer contacto con este instrumento, «un regalo que me ha dado la vida», fue a los seis años en su país, Venezuela. A los 14 años ingresó en la Escuela Reina Sofía de España. Se licenció en Londres, donde además, obtuvo un posgrado y ahora vive en Berlín. Profesor invitado de la famosa orquesta del festival de Budapest y de violín en la Royal Academy of Music de Londres, ha tocado varias veces para la familia real inglesa.

-Este tarde interpretará, junto a la Orquesta Freixenet el Concierto para violín y orquesta de Beethoven. ¿Cómo es esa obra?

-Creo que las tres piezas que se van interpretar representan el espíritu del Encuentro. Me parece que es un concierto con mucha energía. Por lo que respecta a la que voy a tocar yo, te puedo decir que es una de las piezas favoritas del repertorio de violín. Tocar esta obra siempre es muy especial para mí y, sobre todo, hacerlo con un maestro como Péter Eötvös. Para mí es un honor, porque siempre he sido un gran seguidor de su música. Es la primera vez que toco con él y tengo mucha intriga por saber como aborda la pieza pues el además de director es compositor.

-A los cinco años empezó a tocar el piano y los seis el violín. Lleva toda la vida dedicado a la música. ¿Nunca ha tenido tentaciones de dedicarse a otra cosa?

-Jamás. Los músicos somos como los deportistas que hacemos del trabajo parte de nuestra vida. El violín me ha permitido conectar el corazón con la mente para tratar de transmitir esos grandes mensajes que nos han regalado los compositores. También me lleva a hacer sentir a la gente emociones y llevar al público aventuras. Para mí eso es un gran regalo que me ha dado la vida. Es una suerte poder dedicarte a algo que te encanta aunque haya mucho trabajo y mucho sacrificio a nivel familiar. Ser músico es un estilo de vida.

-¿Cómo es su preparación?

-Cada día es diferente. La vida de un violinista, de cualquier músico en realidad consiste en la búsqueda constante de minutos y horas para poder estudiar. Muchas veces entre vuelos, en hoteles, entre conciertos... Pero por norma general estoy en contacto con el instrumento seis o siete horas al día como mínimo. Todos los días.

-Salió de su casa en Venezuela de bien pequeño y ha recorrido muchos países del mundo ¿Es algo que tiene que agradecerle al violín?

-Nací en Venezuela y a los 14 años ya me fui a estudiar a Madrid. Luego estuve viviendo mucho tiempo en Londres y ahora resido en Berlín, así que soy un afortunado que he podido conocer todas estas culturas y, sobre todo, aprender que las limitaciones territoriales son líneas en un mapa y que lo que la gente te da no tiene nacionalidad.

-Estudió en la Escuela Reina Sofía. ¿Qué opina de este Encuentro?

-Es un lugar donde uno llega a disfrutar de un sitio espectacular y rodeado de músicos del más alto calibre mundial. Creo que venimos todos a disfrutar y compartir este gran regalo que es la música y ojalá que el público pueda ser partícipe de él y sienta esta gran energía y positividad. Esta es la primera vez que vengo al Encuentro, pero tengo grandes recuerdos de la Escuela que por entonces estaba en Pozuelo y era un sitio muy especial. Ahora está en lugar privilegiado frente al Teatro Real de Madrid pero su filosofía sigue siendo la misma y por eso atrae a los mejores músicos de otros países.

-Venezuela está dando grandes músicos y, sin embargo, no atraviesan un buen momento. ¿Cómo lo vive usted desde fuera?

-Desde el punto de vista social y político, lamentablemente estamos en un punto bastante grave. El otro lado de la moneda es que desde el punto de vista musical y artístico estamos en un momento de mucha emoción y talento. Están surgiendo grandísimos músicos en Venezuela que representan lo que de verdad pasa en el otro lado del país y que no se ve. Me apena que haya una gran cantidad de talentos que han tenido que salir del país, pero me siento orgulloso de que estén triunfando.

-Hábleme de su violín.

-Es un Nicola Gagliano de 1759 que tengo desde hace cuatro años en la fórmula de préstamo indefinido y que se ha acabado convirtiendo en una parte de mí. Es mi amigo en todas las batallas y viene conmigo a todas las partes. Siempre me preguntan por el valor monetario que tiene, y aunque es cierto que es una obra de arte que ha sobrevivido todo este tiempo, para mí tiene un mayor valor sentimental.

-Es un destacado intérprete de música de cámara. ¿Qué significa para usted?

-Es fundamental. Ningún músico se puede considerar completo sin pasar un buen tiempo haciendo música de cámara. Para mí tiene uno de los más grandes valores que es el de compartir. Compartir la música, pero también las ideas. En la música de cámara hay muchos compromisos para sacar la partitura adelante por encima de las individualidades. De alguna forma tienen que llegar a un compromiso para no olvidar cual es el mensaje del compositor con la pieza. Ojalá la sociedad de hoy en día se fijase en la música de cámara a la hora de buscar un mayor compromiso

-¿Ser solista de un concierto es el principal sueño de un músico de orquesta?

-Al final es parecido. La misión es la misma, la de dar a conocer lo que quería contarnos el compositor. Claro que hay una gran diferencia entre tocar en una orquesta, en la que otros diez músicos tocan la misma partitura a interpretar la parte solista, que es como la cereza encima de la torta (la guinda del pastel). Pero el concierto de Beethoven que vamos a interpretar hoy no es la típica pieza en la que la orquesta acompaña al solista y tiene un peso fundamental.

-¿Se atrevería a darles algún consejo a los participantes en este Encuentro?

-Que disfruten de este momento que están viviendo. Me acuerdo mucho de cuando yo tenía esa edad y las cosas han pasado de forma muy rápido. Les diría que aprovechen esas lecciones tan validas y que expriman hasta la última gota.

Péter Eötvös se pone hoy al frente de la Orquesta Freixenet

La Orquesta Sinfónica Freixenet del Encuentro, dirigida por primera vez por Péter Eötvös, interpretará hoy en la Sala Argenta del Palacio de Festivales y a las 20.30 horas, el concierto inaugural de la presente edición del Encuentro de Música y Academia. en su primera parte tocarán 'The gliding of the eagle in the skies' del propio Eötvös y el 'Concierto para violín y orquesta en re mayor op. 61' con el solista al violín Giovanni Guzzo como artista invitado.

En la segunda parte se podrá disfrutar la obra 'Petrushka, burlesca en 4 escenas (versión 1947)' de Stravinski. Una hora y media antes del concierto, a las 19.00 horas y en la sala Pereda, tendrá lugar el taller 'Disfruta la música' De la mano de Álvaro Guibert, director de Relaciones Externas y Asesoramiento de la Fundación Albéniz, quien explicará al público, de una manera muy amena y cercana, las tres obras que se interpretarán en el concierto.

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