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La rabia salió, pero no fue suficiente. Casi, pero no. La derrota de Cartagena soliviantó a los futbolistas del Racing, que entraron con otra actitud. ... Con la que debe ser. Sin embargo, ante un Oviedo muy serio y ordenado, que defendió con mucha categoría, volaron dos puntos después de que los asturianos se adelantasen en el marcador en un córner aislado. Porque apenas tiraron más. Mario García rescató el empate, pero lo más importante es que esta mejoría marca el camino a seguir en los tres encuentros que quedan. De aquí, hacia arriba.
Dos cambios, dos, trajo la liada de Cartagena. Entraban dentro de las quinielas. Aldasoro le quitó el puesto en el doble pivote a Maguette Gueye, en una búsqueda de más carácter y empuje en la sala de máquinas. Y Arana reemplazó en la punta de ataque a Karrikaburu. El canario ya debía saber que iba a ser titular, porque fue el más motivado al bajar del autobús en los Campos de Sport.
El ambiente en el estadio estaba raro. La puesta en escena era la esperada, pero olía a tensión. A partido decisivo y a no tenerlas todas consigo. Mantilla tomó la palabra en la conjura última, sobre el césped, entre una grada volcada con las bufandas al aire. «Vamos, dale, Racing. Vamos, campeón». O lo que es lo mismo, 'ahora os toca a vosotros'.
Y el equipo cántabro, esta vez sí, salió con el labio superior encogido y el colmillo asomando. Mordiendo en los balones divididos. Apretando a un rival no tan confiado como decían sus números. Mantilla mandó a Colombatto al suelo y le dijo algo romántico al oído. Vencedor dejó un recado a Sebas Moyano y Andrés Martín le pegó un pelotazo, dice que sin querer, a Dani Calvo. El otro fútbol.
Racing
Ezkieta, Michelin (Marco Sangalli, min. 72), Mario García, Mantilla, Javi Castro, Aldasoro, Vencedor (Maguette Gueye, min. 59), Andrés Martín, Pablo Rodríguez (Rober González, min. 59), Andrés Martín y Arana (Karrikaburu, min. 59).
1
-
1
Oviedo
Aarón, Sebas Moyano (Seoane, min. 68), Rahim, Dani Calvo, Nacho Vidal, Sibo (Fede Viñas, min. 68), Colombatto, Cazorla (Paulino, min. 74), Hassan (Cardero, min. 74), David Costas y Alemao (Pomares, min. 80).
Equipo arbitral González Esteban, del Comité Vasco, asistido en las bandas por Pérez de Colosia Alonso (Vasco) y Moleón Cuenca (Valenciano). Cuarto: Etayo Herrera (Vasco);VAR:Milla Alvéndiz (Andaluz) y AVAR: Ortiz Calderón (Extremeño).
Goles: 0-1, min. 37: Dani Calvo. 1-1, min. 71: Mario García.
Amonestaciones: Amarilla a los locales Mantilla, Íñigo Vicente y Michelin y a los visitante Sibo, Nacho Vidal y Rahim.
Incidencias: Campos de Sport de El Sardinero. Césped en buen estado en una tarde que acabó con lluvia. 22.267 espectadores.
Diecisiete minutos de partido y Ezkieta y Aarón apenas habían tocado el balón con el pie. Ni una sola ocasión. Mucha brega y poca verticalidad. Un dato. El Racing llevaba ya ocho faltas, las mismas o más que en unos cuantos encuentros de esta temporada. El primer intento de llegada lo tuvo Arana, en una carrera en paralelo con un rival, pero controló mal con el muslo y cuando notó contacto por detrás se fue al suelo. Nada.
José Alberto llevaba ya unos cuantos kilómetros recorridos en el área técnica, sin americana y con una mano en el bolsillo. Paunovic tenía pinta de que estaba en su momento de más aprietos desde que llegó al banquillo carbayón. El Racing era ligeramente mejor, pero de un córner a favor de los verdiblancos llegó una buena ocasión para los asturianos. Aarón despejó de puños y Hassan inició una carrera eterna con Vencedor en la persecución. Los locales replegaron rápido, pero el balón fue al corazón del área. Alemao se resbaló antes de rematar y su tiro fue fácil para Ezkieta. Menos mal.
Con el paso de los minutos, el partido se iba calentando. González Esteban ya no le gustaba ni a locales ni a visitantes. A los asturianos, por lo previo. A los cántabros, por el durante. La presión semanal desde el Principado estaba surtiendo efecto.
El Racing seguía por delante a los puntos, y llegó una buena acción de peligro cuando Íñigo Vicente y Andrés Martín hicieron contacto por primera vez. El vasco puso un balón de los suyos, el andaluz se plantó en el área, pero, en un remate muy complicado a la salida de Aarón, la pelota se marchó por encima del travesaño.
En una jugada aislada, el Oviedo se iba a poner por delante. Mantilla perdió el balón y Mario García abortó el ataque ovetense con un despeje de cabeza. La pelota fue llorando hacia el banderín. Córner o banda. Banda o córner. Al final, saque de esquina. El centro de Cazorla al segundo palo lo cabeceó, sin mucha oposición, Dani Calvo al fondo de las mallas.
El ánimo racinguista se resquebrajó. El final de la primera parte fue un quiero y no puedo. A José Alberto le tocaba recoger los pedazos y recomponerlos durante el descanso. Era una tarea tan complicada como imprescindible.
Justo antes de arrancar la segunda parte, en la megafonía pusieron el 'Este partido le vamos a ganar' de Los Carabelas, por si acaso era talismán. El míster no hizo cambios pese a que calentaron un rato Meseguer y Maguette Gueye. Con el juego ya reanudado, empezó a llover, para darle un poco más de épica. El Racing salió con más buenas intenciones que acierto.
No tardó mucho José Alberto en llamar a Maguette, Karrikaburu y Rober González para ingresar en el terreno de juego. Antes de efectuarse el cambio, el Racing estuvo a punto de empatar. Un lanzamiento de falta fantástico de Michelin se estrelló en el travesaño. Después, un cabezazo defectuoso de Javi Castro a la salida de un córner no encontró portería. Se marcharon Vencedor, Pablo Rodríguez y Arana –andando y negando con la cabeza–.
El partido se convirtió en un auténtico monólogo racinguista. El problema es que el discurso verdiblanco no era lo suficientemente convincente. Hasta que Mario García la pegó con el alma. Con la suya y con la de todos los racinguistas. Un rechace a la frontal tras un córner le llegó al chaval, que controló y la reventó. Entre que Aarón no la vio salir y que el balón hizo un extraño, marcó el empate con un fantástico chicharro.
Marco Sangalli sustituyó a Michelin. Había que aprovechar la carrerilla. En el Oviedo, el cántabro Paulino sustituyó a Cazorla, quien, pese a la camiseta, se llevó unos cuantos aplausos de la afición local. Y tuvo el Racing el segundo. En una falta lateral colgada por Íñigo Vicente desde la derecha, Mantilla se lanzó en plancha en el corazón del área pequeña. Iba dentro, pero Aarón sacó una mano fantástica para enviar el balón a córner por encima del larguero.
Casi cuarenta minutos tardó el Oviedo en llegar al área de Ezkieta en el segundo tiempo y lo hizo con peligro. Un disparo lejano de Colombatto puso en aprietos al meta navarro. Acto seguido, Fede Viñas marcó para el Oviedo, pero el tanto fue anulado por un fuera de juego sucedido media hora antes.
El Racing había perdido la efervescencia posterior al gol. Aún así, Karrikaburu iba a disponer de una ocasión. El delantero no se atrevió a rematar de primeras con la izquierda, recortó y la pegó, flojo, con la derecha. Sin dificultades para Aarón.
El partido estaba tan tenso, que José Alberto no se atrevía ni a hacer más cambios. Departía con Pablo Álvarez en busca de nuevas aportaciones, pero ya al borde del noventa, tampoco tenía mucho sentido. Sobre todo porque el árbitro tenía prisa e iba a dar únicamente tres minutos de añadido.
Así que ya no se movió la cosa, más allá de la sonora pitada que se llevó, por parte cántabra, el colegiado que tan poco gustaba en Oviedo. El empate final comprime aún más la zona alta de la tabla. Se la van a tener que jugar a tortas. Todos. El punto mantiene al Racing no muy lejos de los puestos de ascenso directo y sostiene el mano a mano con los perseguidores, aunque cae al cuarto puesto. Quedan tres jornadas y aquí no se rinde nadie.
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