«La verdad cuando se presenta de una forma elocuente puede resultar ridícula»

Al otro lado del teléfono, el autor de la obra, reconoce que no está tan nervioso como en los anteriores estrenos - 'Subprime' (2012) y 'Faraday (El buscador)' (2018). «Al revés, todos los que trabajamos en esta obra estamos con ganas de vivir Santander y sobre todo ver la reacción del público», comenta. Y también que para él todo esto es una celebración «Lo vivo casi como si fuera de boda», comenta entre risas. La idea de 'Robots' -y también una buena parte de la escritura- le surgió durante el confinamiento. También ambienta en esa desgraciada época la trama de este thriller que, como una buena parte de ellos, surge de una pregunta: «¿qué pasa cuando se persigue un buen fin con las razones equivocadas?». «Pues que al final esa buena obra acaba siendo un desastre». Y eso es lo que les pasa a los personajes de esta producción: Un director de marketing un banco, que posiblemente va a ser imputado en un caso de corrupción y que para ganar puntos ante el juez decide traer de China unos robots americanos que multiplican la capacidad de hacer test del covid; un político que en su día tuvo su momento de gloria y que ahora está semienterrado en el Ministerio de Sanidad, y una científica que en un principio parece ser la más solidaria y con mejores intenciones. Los tres llevan el peso de una obra en la que no falta la acción, ni el humor. «Sobre todo en el personaje del político que interpreta Juanjo Artero porque da al público la oportunidad de ver a un político sin esa corrección que muestran en los actos públicos. Se le escucha hablar sin pelos en la lengua y eso es lo que provoca tanta gracia porque la verdad, cuando se presenta de una forma elocuente, puede resultar exagerada», asegura Ramírez Baeza.

Y esa oportunidad de volver a la primera plana de la política por la puerta grande, en el caso de este personaje, o la de llevar a cabo una buena acción que le libre de ser juzgado, en el caso del director de marketing, es lo que les anima a cometer esa buena acción, ayudar a prevenir el covid en el peor momento de la pandemia, por esas «razones equivocadas». «Esa es la idea que subyace en la trama. A partir de ahí se me ocurrió que fuese un thriller y que a caballo del suspense el espectador vaya preguntándose cosas y descubriendo que pasa», explica el autor.

Y la trama, trepidante, rápida, ingeniosa se desarrolla en una puesta en escena que tiene fascinado a Ramírez Baeza. «He tenido la suerte de toparme con Gabriel Olivares, que no solo es el director que más obras ha estrenado en los dos últimos años, sino que además tiene estudios de cine y eso hace que el espectador viva una película de cine en un patio de butacas de un teatro». Además, adelanta, el público se va a sorprender con la escenografía. «Se prescinde de un escenario al uso porqué está en continuo movimiento. Es algo brutal porque traslada al espectador a una película o a un set de rodaje. El movimiento permite reproducir muchas secuencias como si fuese cine y al tiempo le proporciona un dinamismo que hace que todo pase de forma muy rápida. Siempre he apostado por un teatro en el que la acción sea tan importante o más que el texto y no podía haber encontrado un mejor aliado que Gabriel Olivares».

Es imposible acabar la conversación con este director sin preguntarle si al final, el confinamiento, toda la crisis del covid, ha traído algo positivo a la humanidad. «Creo que para casi todo el mundo es un mal recuerdo, y que han quedado buenos hábitos en lo que respecta a la prevención y el consumo, pero lo mejor y también se recoge en la obra es el respeto y agradecimiento que desde entonces mostramos a todo el personal sanitario que lidió con todo aquello».