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El ganador de la prueba BTT, Alberto Fernández, a su llegada a meta.
Los titanes del esfuerzo

Los titanes del esfuerzo

El exciclista profesional de Barros, Alberto Fernández, se ha impuesto en la línea de meta a Joseba Albizu y a Roberto Fernández Garrido

L. Alcolea | R. Torre Poo | M. g. vidart

Sábado, 20 de mayo 2017, 09:30

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Faltan cinco minutos para la salida de las ocho de la mañana de los participantes de BTT, maratón, ruta a pie y ruta adaptada de los 10.000 del Soplao. Los segundos caen en el cronómetro de la meta como una gota de agua detrás de otra. La multitud se agolpa en torno a la plaza de Cabezón de la Sal. A los valientes les palpita el estómago de emoción. El presidente de Cantabria, Miguel Ángel Revilla, les desea suerte y Nacho Barquín, el 'speaker', realiza la cuenta atrás: "3, 2, 1... Adelante valientes". El humo de los petardos nubla el sueño de la meta por unos segundos y enseguida empiezan a salir los ciclistas con sus bicicletas de montaña. Una serpiente de colores que dura 17 minutos. Les siguen los de la maratón, marcha a pie y ruta adaptada. Todos son aplausos y los participantes saludan mientras parten hacia 'El Infierno Cántabro'.

Así ha sido la salida de los deportistas en la prueba deportiva más importante del norte de España. El triunfo en la modalidad de bicicleta de montaña se lo llevó Alberto Fernández, de Barros, exciclista profesional que su su segundo triunfo (nadie lo había conseguido). A llegar a meta dijo "aquí, en Cabezón, te empuja la gente animando". Lo del ambiente lo dijeron todos, ganadores de podio en podio. En Cabezón, en Ruente, en la montaña... te lleva la gente. Que en los avituallamientos había a las seis de la mañana en torno a sesenta personas", decía un participante de la ultra al llegar a meta. Y es que el público anima de verdad en el Soplao. Es el aliento que a veces falta en la oscuridad del reto. El público ablanda lo agreste del paisaje.

El triunfo en la ultramaratón se lo llevó Jesús Herrero, ya veterano del Soplao, que también llegó el primero en esta modalidad hace dos años. "De Carrejo", puntualizaba en meta, ha ganado este año también la Zugor y varios años consecutivos la Guarriana Trail que se celebra en su pueblo. Un campeón que se merendó los 113,4 kilómetros de la ultramaratón en doce horas y cincuenta y tres minutos. Llegó a meta, dio un emotivo discurso, le dedicó el triunfo a su hermano y para coronarse y dejar enmarcado el momento, le pidió matrimonio a su novia, Alba Díaz, que le dijo que sí. Luego más tarde, decía Alba que "estar con alguien tan dedicado al deporte, te limita la vida social, pero me gusta tanto que lo vivo con él. No lo cambiaría por nada y esto ha terminado siendo mi hobby también". Cuando llegó, sintió una calma infinita, "porque la noche fue dura", aseguraba la novia.

A los pocos minutos de Jesús, atravesaba la meta el ganador de la maratón, Marcos Santiago, de un pueblo de Vargas. Emocionado y aún con la resaca de la dureza de las cuestas. "Ha sido muy emocionante", decía. En los últimos cuatro kilómetros se sujetó las lágrimas, "porque ahí arriba cuesta mucho". Muy duro, decía, como todos. "Unos dicen que sí es un infierno y otros que no, pero yo creo que sí". Lo oscuro de la montaña les hace a muchos pensar en abandonar "muchas veces", cuentan al bajar, pero algo les alienta y siguen hasta la meta. Es la esencia del Soplao. Esa que te agarra y se te encaja en la garganta y no desaparece hasta la meta. Allí ya todo son sonrisas y lágrimas. El Soplao es mucho Soplao. Es un sueño en forma de esfuerzo sobrehumano. Como el que hizo Tino Zaballa, ganador del Soplaoman, que después de nadar por la mañana del viernes se hizo la ultramaratón en ocho horas, cogió la bici y al mediodía estaba en meta y había ganado. Tan tranquilo, fue de los únicos que respondió que el Infierno Cántabro "no es un infierno". El año que viene repetirá. Un superhombre.

En la BTT femenina la vencedora fue Meritxell Henales, que se impuso con un tiempo de 8.42.02 a Clara Pirla y María Fernández. Una gran clásica del atletismo cántabro y fondista de referencia nacional como Azara García de los Salmones fue la ganadora en la categoría de maratón (4.21.44) con una gran ventaja sobre María Jesús Gómez (5.18.08) y Vanesa Cadavieco (5.27.34). En la ultramaratón la ganadora fue Joana Salvador tras una interminable jornada de 16 horas, 29 minutos y 47 segundos, mientras que Belén Planells se impuso en la ruta a pie. La organización no ha facilitado información sobre la combinada femenina.

Pero el Soplao es algo más que los héroes que se comen la montaña. Son los que se levantan a las ocho para animar en la salida. La novia que sigue a su novio toda la noche y sufre con él las subidas y bajadas. El de la organización, que está doce horas encajado en el suelo para que todo salga bien. El speaker y los de la radio. Los 400 operarios que han participado en el dispositivo de seguridad. El que se disfraza y se planta en medio de la montaña para sacar una sonrisa del vacío que causa el cansancio. El que pone la música y el hostelero. Como Marisa Montoya, camarera, que trabaja más horas que nunca y le encanta, porque yo lo vivo mucho, decía mientras servía cafés. En el Soplao hay categorías, premios y aplausos, pero ganadores son todos.

8.500 almas por el averno

El comienzo del peregrinar de los 8.500 participantes de esta edición de Los 10.000 del Soplao hacia el infierno ha sido un poco más fresco de lo esperado. A las ocho de la mañana se unía a la fiesta, sin estar invitada, la lluvia. Los participantes tenían que sacar de la mochila el chubasquero, algo que no estaba previsto en los planes iniciales, antes de comenzar el camino. No habían sonado los últimos acordes del Thunderstruck de AC/DC y los corazones bombeaban al máximo. La traca final indicaba que la undécima edición de esta fiesta de la bicicleta y otros deportes de montaña había comenzado.

Cada año la apuesta es la misma. ¿Cuánto tardarán en salir los más de 4.500 bikers de la prueba de bicicleta de montaña? Diecisiete minutos. Ese fue el tiempo exacto. Así que cuando el primer ciclista enfilaba las duras rampas de Santibáñez, el último aún cruzaba el arco de salida en Cabezón de la Sal. A continuación, emprendían su ruta el resto de participantes de las diferentes pruebas a pie.

Se espera que a medida que vaya avanzando el día la climatología mejore porque, de lo contrario, a la dureza del recorrido habría que sumar la del tiempo, que en otras ocasiones ha hecho de las suyas enfriando El infierno cántabro. El gallego Brandán Máquez tuvo el honor de ser el primero. Él, de Santiago de Compostela, se convirtió en el primer peregrino de una utopía. Un 26 de mayo de 2007, de Cabezón de la Sal salían en sus bicis de montaña 425 locos para internarse en el corazón verde de Cantabria. Llegaron a la meta 160 supervivientes cubiertos de barro hasta los ojos, comandados por ese gallego que fue el primer peregrino hacia el infierno. Era el modesto inicio de una carrera de bicis de montaña en un pueblo de Cantabria.

Ha bastado una década once ediciones para que aquel comienzo casi en familia se haya convertido en el mayor acontecimiento deportivo de la región. A los 8.500 participantes que han tomado la salida hoy, aún faltarán los 2.000 de la prueba de carretera, a celebrar el próximo 3 de junio.

No hay grandes novedades para esta undécima edición de 'Los 10.000 del Soplao'. "En el Soplaoman participarán dos chicas", resaltaba durante la semana Maestegui. Dos valientes que se enfrentarán a 10 kilómetros a nado para algunos, será la prueba de natación en aguas abiertas, casi 111 kilómetros en bicicleta de montaña y 76 kilómetros de carrera a pie. Anoche a las 23.000 horas se dio la salida a los participantes de la ultramaratón, que se enfrentan a casi 114 kilómetros de recorrido. "Se ha aumentado, ya que antes eran 97 kilómetros", comentaba Maestegui.

Pero las estrellas de estos dos días serán los participantes en la prueba con la que comenzó todo. Los que han seguido el camino hacia el averno que Brandán Vázquez fue el primero en hacer. Por delante tendrán 163 kilómetros de recorrido, con 4.680 metros de desnivel positivo. El trazado será el de años anteriores, pero con un par de salvedades. "En Renedo de Cabuérniga, cuando los ciclistas bajen de Llendemozó les desviaremos a la altura del puente, para que vayan por una senda en dirección al Negreo. Ahí se montaba un poco de caos con los coches. Por otro lado, en Carmona, pasarán por el pueblo de San Pedro", añade Maestegui. Junto a los bikers han salido los participantes de la maratón (48,5 kilómetros), la marcha a pie (49,9 kilómetros) y las dos rutas adaptadas, una de 15 y otra de 25 kilómetros.

Un tinglado de tal calibre no sería posible si, además de la organización, no hubiese muchas personas echando una mano de forma desinteresada. Voluntarios que ayudan en todo lo que se les pide. Por suerte, manos no faltan. La repercusión de 'Los 10.000 del Soplao' ha sido tal que en los municipios implicados sobran ganas de ayudar.

Más de medio centenar de inscritos de fuera de España, el 70% de participantes que procede de otras comunidades... Cifras "habituales" ya en una prueba cuya fama ha trascendido los límites de Cantabria en su década de vida. Cabezón de la Sal es hoy, sin duda, la capital regional del deporte.

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