Fuen Vaquero, la reina del barro
La cántabra se proclama campeona de la Liga Farinato Race, el mayor circuito de carreras de obstáculos de España
El barro no la frena, la impulsa. Es el terreno donde la cántabra Fuen Vaquero (Camargo, 1987) se siente más viva, donde cada zancada se ... convierte en un desafío y cada obstáculo en una prueba de carácter. La camarguesa ha cerrado la temporada de la Farinato Race, el circuito de carreras de obstáculos más importante de España, como campeona de la Liga Femenina, tras una última cita en Umbrete (Sevilla) con más de 1.500 participantes que tuvieron que competir en una batalla de lodo y fuego. «En la carrera me pude posicionar primera, pero me quedé atascada en una poza más de ocho minutos... mejor dicho, en dos pozas», recuerda riendo.
Perdió la primera plaza por escasos 30 segundos, porque a causa de ese contratiempo terminó la prueba por detrás de la sudafricana afincada en Galicia Danel de Vries, pero la general se la adjudicó ella. El título ya era suyo al haber ganado más carreras durante el año. «La primera posición de la Liga no me la podían arrebatar porque tenía muchos más puntos», explica. La camarguesa llegó a Umbrete con 740 puntos, en cabeza, por delante de De Vries, que contaba con 720.
Lo cierto es que la experiencia fue bastante dura. Fuen tuvo que lidiar entre el barro con muros naturales, alambradas -algunas de ellas eléctricas-, pirámides, fuego, volteos de ruedas, anillas... Y un sinfín de obstáculos más. Todo para poner a prueba sus límites. Pero esta victoria fue, además, un regreso a sus raíces. «Hace diez años fue mi primera carrera de obstáculos, en plan popular, y este año quería volver a ella para seguir ilusionándome con el deporte», cuenta.
Ese impulso de reencontrarse con el origen la llevó a completar las seis pruebas del circuito, desde Cangas de Onís hasta Umbrete, pasando por Madrid, Segovia y León. Las Farinato son carreras cortas y salvajes, de entre seis y once kilómetros. «Son bastante explosivas y sus obstáculos se parecen a los internacionales, tanto al Europeo como al Mundial. Por eso las utilicé como entrenamiento para esas citas», cuenta.
El resultado fue brillante: plata en los tres kilómetros y bronce en los 14 del Campeonato de Europa al que acudió en junio. «Ese es el fin de las carreras OCR: ir superando cada uno. A veces te atragantas en un obstáculo, te adelantan... Pero hay que seguir entrenando para hacerse más fuerte», reflexiona Fuen. En el Mundial llegó novena y décima en su categoría en las dos pruebas en las que participó. «El cuerpo no me permitió más porque todavía estaba en modo recuperación. Aún así acabé muy contenta. Lograr la clasificación para un Mundial es muy complicado», admite orgullosa.
Ahora solo le queda una carrera para cerrar el año. Después vendrán los trails, el entrenamiento y los nuevos objetivos. «A ver qué apoyos tengo y cómo puedo preparar el año que viene, si puedo volver a un Europeo o algún campeonato internacional». Esta educadora social, que entrena a diario por su sueño y busca financiación para costearse los desplazamientos, no para de marcarse retos.
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