Cantabria exporta su talento arbitral
Quince colegiados de la Territorial dirigen partidos en las tres principales categorías nacionales y consolidan el crecimiento del estamento autonómico
ADELA SANZ
santander.
Domingo, 29 de octubre 2023, 03:00
El ascenso de la dupla cántabra Javier Ariño y Pablo San Emeterio a División de Honor Plata, segundo escalón del balonmano español, es la última ... muestra del reconocimiento nacional al arbitraje cántabro, que cuenta con quince colegiados recorriendo las pistas de la península cada jornada. Si no fuera suficiente el éxito de mantener dos parejas en la élite –los hermanos Escudero, Jorge y Jesús, por un lado y Axel Riloba y Alejandro Hoz, por otro–, la evolución imparable de Ariño y San Emeterio y nueve colegiados más en Primera Nacional consolidan el efectivo método de trabajo del Comité Técnico Arbitral de la Federación Cántabra.
La exportación de talento cántabro no es flor de un día ni fruto de la casualidad. Es más, este crecimiento «es una satisfacción», define Pablo Ruiz, presidente autonómico de los árbitros. «Desde hace ya unas cuantas temporadas hay una cantidad bastante decente de colegiados formados en nuestra territorial», continúa el máximo mandatario. La numerosa presencia en las tres principales categorías del balonmano español contrasta, por contra, con la territorial. «Sí andamos un poco escasos y te quedas con efectivos limitados, así que a veces hay que ajustar parejas», añade. El pilar fundamental de estos resultados es que «todos los que estamos aquí tenemos mucho compromiso y una responsabilidad adquirida que se mantiene con el paso del tiempo», concluye Pablo Díaz.
Un ejemplo de la implicación de la primera linea arbitral cántabra es Axel Riloba. El colegiado de Asobal es también director de la escuela y director técnico de la territorial y no duda al asegurar que la numerosa presencia autonómica se debe a «un conjunto de circunstancias que han concluido en las últimas temporadas». Riloba asegura que la gran explosión a nivel nacional se debe a la decisión tomada «hace varios años, cuando se aumentó la Primera Nacional, lo cual te obligaba a tener más parejas en esa categoría y ahí es donde ya se ve el trabajo y el talento para poder valorar la progresión». Trabajo y talento, esos son los dos cimientos en los que se basa todo buen colegiado. «Al final Alejandro Hoz –su compañero en Asobal– y yo hablamos mucho de que es un don, un talento que te permite tener una toma de decisiones rápida y, obviamente, acertarlas», cuenta el deMaliaño.
Horas de trabajo
A la capacidad innata se suma la cantidad de horas que invierten en pulir los detalles. «Al final tienes que ver tus partidos, cortar los errores, saber por qué te equivocas y buscar la ayuda de alguien para que te dé las directrices o la ayuda para intentar no cometer el error de nuevo», explica Axel Riloba. Para el director técnico y de la escuela del Comité, el arbitraje cántabro «está creciendo, pero no tenemos una pirámide como tal ahora mismo sino, más bien, un rumbo inverso. Hay mucho colegiado de nacional y para los niños, aunque faltan territoriales».
El mejor ejemplo de esos dos cimientos que enumera Axel Riloba es la pareja arbitral que forman Javier Ariño y Pablo San Emeterio. Después de siete temporadas juntos como colegiados, acaban de escalar a División deHonor Plata, aunque se conocían de mucho antes, cuando ambos compartían vestuario en el Sinfín como jugadores. «Teníamos poco más de 20 años y tanto Javi, por lesión, como yo, por decisión propia, decidimos dejar de jugar para juntarnos y tomarnos en serio el arbitraje», cuenta Pablo San Emeterio sobre el inicio de esta efectiva sociedad.
Ahora, ya en el segundo escalón del balonmano español, es el momento de «disfrutar de la categoría y habrá muchos partidos muy bonitos», apunta Javi Ariño. Sobre el futuro no se ponen límites: «¿Por qué no soñar con cotas más altas? Pero siempre partiendo de la base de disfrutar como todos los años anteriores», añade Ariño. «Eso es lo que hace que nos vaya bien», continua Pablo San Emeterio. Pasarlo bien sobre la pista, pero también haber sido jugadores. «Sobre todo el haber jugado ya con cierto nivel –Ariño lo hizo en Asobal y San Emeterio en Plata– sí que te da un poco de vista, sobre todo en los momentos más críticos o tensos», cuentan. A ese cóctel se suman muchas horas de trabajo «tanto de vídeo como de preparación física, que para nosotros también es un aspecto importante», cierra San Emeterio.
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