«Seguir, tal y como están las cosas, es un lujo»

–Un año más en la élite, ¿cómo ha recibido la noticia?

–Muy contento. Quería seguir un año más y BMC quería que continuase y nos hemos puesto de acuerdo muy rápido. Ellos están contentos con el trabajo que hago, piensan que tengo esa capacidad para trabajar y me siento valorado.

–Ha pasado usted a ser uno de los hombres de confianza de los líderes...

–En un equipo como este, con el nivel que hay, es difícil serlo. Hace unos cinco años asumí ese cambio de rol. No trato de meterme en las fugas, de colarme en los sprints... Quizás también yo mismo vi que ya me quedaba un poco atrás, frenaba más, veía el peligro que antes no veía y me adapté. En el equipo valoran esa versatilidad que tengo de saber estar en una vuelta de tres semanas o en una clásica y yo encantado.

–En 2019 cumplirá su tercera temporada en BMC –aunque pase a llamarse de otra manera seguirá siendo la misma estructura–, ¿qué diferencias ha notado con el ciclismo español?

–Aquí valoran mucho otras cosas. Ellos saben qué trabajo tiene cada uno y si lo cumples no importa que luego te subas al autobús. Si haces ese trabajo que nadie ve, eso que pasa en los 150 kilómetros y luego no acabas la carrera, para ellos has cumplido. Eso es impensable en España. A veces no das el 100% por intentar acabar, aquí –en BMC– no;aquí te vacías haciendo tu trabajo y cumples en lo tuyo. No se te valora por acabar las carreras sino por cumplir tu misión.

–El año que viene cumplirá 37 años. Valverde, usted... ¡No hay quien pueda con la vieja guardia!

–Para mí es un sueño. Hago lo que más me gusta y es un orgullo. Seguir un año más tal y como están las cosas es un lujo. Ahora que en las grandes vueltas se ha reducido de nueve a ocho ciclistas, en las clásicas de ocho a siete... Es muy complicado y agradezco la confianza.

–¿Ha cambiado mucho el ciclismo en sus quince años de profesional?

–Muchísimo. Todo está más profesionalizado, medido, hay control por todo;un repecho, una cuesta... Todo es distinto ¿A mejor o a peor? Digamos que todo está más controlado.

–¿Cómo lleva alguien con tantas 'guerras' lo de cuidarse al detalle y entrenar más que nunca a estas alturas?

–Haciendo lo que más te gusta todo es más fácil. Acabas una Vuelta y te vas un mes a Sierra Nevada o a Andorra.Algunos se echan las manos a la cabeza, pero a los que nos gusta nuestro trabajo no nos cuesta.

–Y después de tanto tiempo, ¿cómo se explica que la carretera esté llena de ciclistas y aficionados, que cada vez haya más amantes de las bicicletas, más licencias y Menos equipos?

–El World Tour ha producido muchas audiencias, más público, pero en el ciclismo de base está la realidad. Los chavales, cuando tienen 18 o 19 años, no tienen referentes para seguir. Cuando yo pasé a profesionales había quince equipos y ahora sino fuera por Murias, Burgos BH... Es realmente paradójico que no haya más empresas que se decidan a invertir.

–¿Y cómo ve el ciclismo en Cantabria?

–Es un poco el reflejo de lo que pasa a nivel internacional. Recuerdo cuando estaba el Noja, el Pindal... Trece o catorce equipos. El Circuito Montañés, el Besaya... Podías hacer cincuenta carreras en la región.Ahora... Es un momento difícil.

–Y usted, ¿cuánto pasa por la tierruca?

–Menos de lo que me gustaría.Sólo vengo a descansar y a disfrutar de mi otra pasión, los rallies. Con Freire tengo un pique sano.En bici ya sé quién gana...