Jesús Gómez Peña
La Librería Gil acoge la presentación de dos textos de culto sobre ciclismo. El Tour visto por Jesús Gómez Peña y, el Giro, por Marcos Pereda
Jesús Gómez Peña (Barakaldo, 1965) trabaja ahora en Internacional, pero durante cinco lustros hizo del ciclismo casi su modo de vida, incrustado en las ... caravanas de Tour, Vuelta y, en ocasiones, Giro para El Correo y como firma especializada de Vocento. Así ha contado en las páginas de El Diario Montañés las victorias de Froome y Contador, entre otros, y los escándalos de Festina y Armstrong. Hoy presenta en la Librería Gil (plaza Pombo) 'El Tour de Francia', un centenar de historias sobre la Grande Bouclé. Lo hará junto al torrelaveguense Marcos Pereda, que hace lo propio con 'El Giro de Italia', de la misma colección.
-¿Cómo nacen estas cien historias del Tour?
-Como el Tour salía de Bilbao, en el periódico pensamos en qué se podía hacer. Como en todas las grandes salidas se coloca cien días antes un panel con una cuenta atrás, propuse publicar cien historias en esos días. La idea no era un libro, sino contar cien historias, pero con el tiempo, y en contacto con Eneko Gárate, de Libros de Ruta, pensamos que el trabajo estaba hecho y salió el libro. Tuvo además la idea de acompañarlo del de Marcos Pereda sobre el Giro y el de Juanfran de la Cruz sobre la Vuelta.
-Ha sido dejar de escribir sobre ciclismo y publicar el libro. ¿Tenía mono?
-Llevaba desde 1999 haciendo el Tour, la Vuelta y algunos años el Giro... Son unas 55 grandes vueltas y, si lo sumas, son muchos años saliendo del hotel por la mañana, buscando otro por la noche, sin cenar en casa, pasando el verano fuera... De hecho, si ves las fotos de las vacaciones familiares parece que mi mujer y mis hijos son viuda y huérfanos, porque no estaba mucho en verano. Al mismo tiempo, también el periodismo ha ido cambiando y llegó el momento de dejarlo. Coincidió con la llegada del Tour a Bilbao. Aproveché que el tren pasaba por mi estación y me bajé.
-El Tour da para millones de historias, pero ¿cómo llegó y eligió esas cien?
-Quería mostrarle al público una panorámica de la historia del Tour; de lo que es. Cien historias parecen muchas pero en realidad son pocas, porque el Tour es una fuente extraordinaria de anécdotas, leyendas, escenarios... Lo hice de forma cronológica. Desde su origen como una estrategia para vender periódicos, porque el ciclismo siempre estuvo muy relacionado con los diarios en su inicio, a esos inicios a la vez con escándalos y complicados, porque era un periodo cercano a la I Guerra Mundial. Hablar de los grandes mitos que surgen, cómo descubren puertos y cómo la carrera se convierte en una gran aventura, que es lo que es el Tour. He tirado de la experiencia de otros y después, porque desde 1999 me tocó seguirlo, de las propias. Y tuvo un principio convulso. Acababa de estallar el Caso Festina. Después la época de Armstrong, Contador, Frooome, hasta Pogacar.
-Al margen del periodismo, lo de la bici lo lleva en el cuerpo...
-Sigo andando en bici. No mucho; 40 o 45 kilómetros y todavía a un ritmo decente, aunque no hago grandes altos, y la llevo de vacaciones. En cuanto a las carreras, he descubierto que se pueden ver con tranquilidad e incluso echar una pequeña siesta cuando no ocurren muchas cosas, lejos de la tensión, los atascos, el lío y las prisas. Se disfrutan, pero de otra manera.
LA PRESENTACIÓN
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Qué 'El Tour de Francia', de Jesús Gómez Peña, y 'El Giro de Italia', de Marcos Pereda.
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Dónde Librería Gil (Plaza Pombo, Santander)
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Cuándo Hoy, 19.00 horas.
-Con más paz, porque estar en la caravana del Tour debe ser estresante...
-No me hagas mucho caso, pero creo que debe rondar las 5.000 o 6.000 personas. Vivía en un atasco ambulante. Éramos los mismos seis mil que íbamos a un pequeño pueblo o a una ciudad, que era todavía peor, porque ya tenía su propio colapso y estábamos siempre huyendo de un atasco que provocábamos nosotros mismos. En un Tour te haces 6.000 u 8.000 kilómetros de coche, más de cien horas. La Vuelta y el Giro son más pequeños comparativamente, pero allí es todo muy complicado. Hasta cenar, por horarios hostelería francesa. Además, los hoteles han mejorado, pero al principio... Por ejemplo, un día de 40 grados en el que no puedes ni respirar y llegas hotel con moqueta en el suelo, la pared... y el techo. Moqueta incluso en el baño. Y sucia, claro. También te encuentras alguno de lujo, pero es una lotería. Y todo a precio de oro, porque llega el Tour.
-Ahora que se ha lanzado con este primer título, ¿se plantea seguir publicando?
-La verdad es que soy un poco perezoso. Ahora se escriben muchísimos libros, pero a mí me da mucho respeto, porque hay gente que lo hace muy, muy, muy bien. Con las historias fantásticas que hay en las librerías, no sé si doy la talla. Este, como ya estaba hecho, ha sido sencillo. Con el ritmo del día a día del periodismo no tengo tiempo ni para planteármelo, pero es verdad que estoy cerca del final de la carrera, así que cuando me jubile, ya veremos. Pero tengo cierta tendencia a la pereza.
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