El jugador del Atlético Deva, sancionado con cuatro meses por agredir al árbitro
El Comité de Competición le ha impuesto además otros dos partidos por «menospreciar notoriamente la autoridad del árbitro»
Se esperaba una sanción dura y así ha sido. El Comité de Competición de la Federación Cántabra de Fútbol ha dictaminado que Mario González, jugador del Atlético Deva, no pueda jugar en los próximos cuatro meses por agredir ... el pasado sábado, en el encuentro que su equipo jugó en Molledo ante el Iguña, al colegiado del partido, Alejandro Hernández Rodríguez. Además de esos cuatro meses, González no podrá jugar otros dos encuentros más por menospreciar la autoridad arbitral. Así las cosas, el jugador del Atlético Deva no podrá regresar a los terrenos de juego con su equipo, en el grupo A de la Segunda Regional, hasta el mes de marzo.
Los hechos ocurrieron en el minuto 89 de partido, cuando tras una tangana, el colegiado mostró la tarjeta roja a González y el jugador empujó al árbitro, mandándole al suelo. El comité señala que dicho acto está tipificado en el artículo 38.1 del Reglamento Disciplinario. «Incurrirá en suspensión o inhabilitación de tres a seis meses el que agrediese al árbitro, árbitros asistentes, directivos o autoridades deportivas, siempre que la acción fuere única y no ocasionara ninguna consecuencia dañosa». Los otros dos encuentros de castigo se derivan del artículo 49.a, en el que se establece esa sanción «por menospreciar notoriamente la autoridad del árbitro con palabras o ademanes».
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El acta del encuentro no dejaba mucho resquicio a la duda, por más que González hubiese pedido al club que hiciese llegar una carta de disculpa al colegiado. En el acta, Hernández Rodríguez recogió que el agresor, tras «protestar de forma ostensible» una decisión suya y mostrarle la tarjeta roja, le propinó «un empujón cayendo al suelo». Tras salir de las instalaciones de Molledo, en el hospital de Sierrallana le examinaron de unas molestias en la espalda que le impedirán arbitrar este fin de semana. Posteriormente, puso una denuncia en un cuartel de la Guardia Civil.
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