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Andrés Iniesta se despide del Camp Nou al ser sustituido. Efe
A Iniesta le robaron el protagonismo pero tuvo pasillo
Jornada 36

A Iniesta le robaron el protagonismo pero tuvo pasillo

Sergi Roberto vio su segunda roja consecutiva en Liga, el manchego dijo adiós en un partido marcado por el arbitrajes y tras el cual el staff técnico hizo un homenaje improvisado con el Camp Nou casi vacío

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Domingo, 6 de mayo 2018

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El 'clásico' poco tuvo de descafeinado. Es más, pareció que algunos de sus protagonistas llegaron con exceso de cafeína al partido porque se vio mucha intensidad, de la mala, para ser un partido en el que los puntos apenas tenían trascendencia. Fue creciendo hasta tal punto que Hernández Hernández se convirtió en el principal protagonista. Tuvo tanto trabajo y estuvo tan poco ayudado, por futbolistas y sus asistentes, que se equivocó demasiadas veces. Hubo muchas cosas futbolísticas que destacar para centrarse en el trencilla canario, sobre todo porque ver a azulgranas y madridistas despotricando de los árbitros y compitiendo por culpar al rival de ser el que más ayudas arbitrales recibe me parece hasta surrealista. El debate arbitral está devorando el fútbol de elite. Deberían estar todos calladitos hasta que llegue el VAR, que cada vez se antoja más necesario porque no se puede analizar cada encuentro como un 'robo' premeditado. Una liga son 38 jornadas. Y una Champions 13. Olvidemos conspiraciones y optemos por el fútbol.

Iba a ser el 'clásico del pasillo' pero el morbo quedó finiquitado mucho antes de llegar las 20:45. Eso sí, por unos instantes pareció que habría pasillo.... de los juveniles del Barcelona que habían saltado al césped a ofrecer a la afición la Youth League tras el calentamiento de ambos equipos. Pese a que la Liga en la hoja oficial de alineaciones así lo anunciaba al final nadie se colocó allí a ambos lados de la línea central. 0 de 2. Así, el protagonismo pasó a Iniesta. El Camp Nou, sabiendo que el manchego tendrá una despedida en la jornada final ante la Real Sociedad con trofeo de Liga incluido, se tomó la cita como un evento reivindicativo del doblete. «La pelota nos hace campeones» fue el mosaico con el que se recibió a los protagonistas. «Campeones, campeones» gritaba la afición local cuando el partido se inclinaba, la mayor parte del tiempo, hacia el lado madridista.

Y eso que se adelantó el Barcelona, con un contragolpe en el que Sergi Roberto atacó el espacio y asistió a Luis Suárez aprovechando el hueco dejado por Marcelo. Esas ausencias del brasileño no son nuevas y lo aprovechó el lateral, que puso un balón perfecto a Luis Suárez que la mandó a la red con la tibia. Reaccionó el Madrid con un gol precioso, también a la contra para disgusto de los puristas. Eso sí, lo hizo tras una jugada colectiva en la que Benzema asistió a Cristiano para que remachase sobre la línea un balón pasado puesto por Kroos.

En el remate se dobló el tobillo el portugués, que aguantó hasta el descuento y rozó dos veces más el gol -con el que hubiese superado a Di Stéfano en los clásicos, pero sus disparos no besaron la red.

Keylor frenó a Messi

El Real Madrid rindió a un alto nivel en todos los aspectos, con momentos memorables en fase ofensiva gracias a la absoluta superioridad en zonas del centro del campo. Sufría el Barcelona, que el 99% de las veces que los partidos se calientan acaba desquiciado. No es su hábitat y eso pasó en una acción justo antes del descanso. Repelió de modo absurdo a un choque con Marcelo sin balón de por medio. Pegar, al margen de la intensidad, al rival lo normal es que provoque una expulsión. Es curioso porque Sergi Roberto lleva dos rojas consecutivas.

Y eso que el lateral del Barcelona no había sido expulsado nunca en Liga hasta hace tres jornadas en Vigo cuando agarró a Iago Aspas para evitar un gol del Celta. Aquello le costó una roja directa. Volvió al once azulgrana ante el Madrid tras cumplir sanción frente al Deportivo. Participó en el 1-0 de Luis Suárez con una genial asistencia antes de ser expulsado. Es la primera roja a un azulgrana desde 2013, ya que las seis últimas en un clásico fueron madridista. Pudo haberse quedado el Madrid con uno menos, porque Bale hizo una entrada demasiado agresiva a Umtiti pero se llegó al descanso con 1-1.

Iniesta finaliza su etapa en el Barcelona con 38 clásicos, en los que disputó 3.002 minutos para lograr tres goles, repartir seis asistencias y sólo ver tres tarjetas

El Madrid era superior y tenía uno más. Hace varios años que el Madrid juega mejor en el Camp Nou y el Barça en el Bernabéu. Raro, pero así viene siendo. El plan del campeón para no ceder su racha sin caer era darle la pelota al rival, correr, presionar, robar y que Messi pudiera hacer magia. Sucedió... porque Luis Suárez robó la bola a Varane con una falta. Messi recibió, hizo un slalom y marcó con su clásico zurdazo antes de que Iniesta pusiese su final en los clásicos.

El manchego dejó algunas acciones brillantes, un 91,7% de acierto en el pase, pero no pudo ser determinante para que su equipo marcase. El '8', que al dejar el campo en el minuto 57 se llevó una ovación del Camp Nou, finaliza su periplo en el Barcelona con 38 clásicos, en los que disputó 3.002 minutos para lograr tres goles, repartir seis asistencias y sólo ver tres tarjetas. Es el tercero, igualado con Messi y Ramos, con más clásicos disputados, a cinco de Manolo Sanchis (43) y Paco Gento (42).

Tiene pinta que tanto Messi como Ramos lucharán por ser los primeros en ese ranking. El argentino, cuando el Madrid dominaba de nuevo cuando Lucas Vázquez le dio otro aire a los blancos, tuvo otra vez dos opciones claras pero en ambas respondió de modo soberbio Keylor Navas. El que si acertó fue Bale, muy desconectado del juego pero que acertó con un gran disparo a pase de Asensio. Peligró el récord azulgrana pero Rakitic ayudó a todos para evitar fugas. El Madrid se quejó del árbitro (hubo un penalti clarísimo a Alba) que acaparó protagonismo pese al buen fútbol que se vio. La ausencia de VAR, genera polémica de bar.

«He intentado disfrutarlo todo lo que he podido»

Tras el pitido final, Iniesta tuvo que regresar al césped sin botas para la fiesta improvisada en el círculo central tras el encuentro. Alba cogió el micrófono y llegó el confeti previo a los fuegos artificiales. Entonces llegó el momento de Piqué, que quería involucrar a Valverde, que tiró del regate que manejaba en su época de futbolista. «El partido ha tenido mucha cafeína. Al final un partido de éstos ya sabemos como son», dijo 'Txingurri' en el césped, antes de colocarse junto a cuerpo técnico para hacer un pasillo improvisado a Iniesta, al que le hizo ilusión el improvisado homenaje aunque se mostró más taciturno que de costumbre. Estaba emocionado. Le da pena irse. Y a nosotros aún más. «Los clásicos son intensos y especiales. Ha sido un partido bonito, disputado y los dos hemos intentado sacar todo lo que teníamos para ganar. Más allá de acciones puntuales, el empate, después de ir con un hombre menos, nos deja con un sabor de boca positivo», declaró el futbolista de Fuentealbilla a la conclusión del choque y tras el pequeño homenaje junto a sus compañeros por el título de Liga y su adiós a la que ha sido su casa desde los 12 años. No quiso detenerse demasiado en ello Iniesta, siempre humilde. «Lo primero de todo, y lo más importante es hacer un análisis del partido, que hemos acabado sin perder después de la dificultad de jugar con uno menos. Después, una mini celebración sobre el campo. Era el primer partido que jugábamos tras ganar la Liga y nos vamos contentos. A seguir el reto de acabar la Liga sin perder», manifestó a los micrófonos de Movistar Partidazo.

Recibió Iniesta el calor de sus compañeros pero también de los adversarios, en especial de Sergio Ramos. «Nos hemos saludado. Somos rivales, pero nos conocemos desde hace tiempo. Son muchos enfrentamientos, muchas disputas y siempre se le desea lo mejor al compañero», comentó. ¿Con qué se queda de su último clásico? «Con todo. Con la suerte de disputar un clásico más, aunque no eran las mejores condiciones. Son partidos para disfrutar. He intentado disfrutarlo todo lo que he podido», respondió el manchego, que indicó que tiene un pequeño problema que arrastra desde la final de la Copa del Rey pero que hace todo lo posible para jugar todo lo que pueda antes de poner fin a su estancia en el Barça. «Parece que nunca llega el final pero llega, así que intento saborearlo», remachó.

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