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Jornada 6

Machín vuelve a desangrar al Madrid

El soriano reedita al frente del Sevilla la lección que propinó a los merengues con el Girona, beneficiado por la poca tensión de los vestidos de coral

Óscar Bellot

Madrid

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Miércoles, 26 de septiembre 2018

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El Sevilla-Real Madrid se ha convertido en algo más que un clásico de la Liga. El equipo de Julen Lopetegui tiene este miércoles, a priori, su partido más complicado desde que comenzó la Liga y una buena prueba para testar el verdadero nivel del equipo. En su última salida del Santiago Bernabéu, en San Mamés, el equipo blanco firmó un empate, que sumado a los antecedentes en el feudo sevillista, obligan al técnico vasco a extremar las precauciones de cara a su visita a Sevilla. De hecho, la 'caldera de Nervión' como se conoce al Sánchez Pizjuán, cobra especial calor cuando llega el Real Madrid, como demuestra el hecho de que el Sevilla ha ganado en su estadio al equipo blanco seis de los últimos ocho duelos, con un empate (copero) y una victoria blanca (un 2-3 en la jornada 35 de la 2014-15). Si ampliamos el dato a las últimas 20 comparecencias, las derrotas aumentan a 12, con dos empates y sólo seis victorias para los blancos. «Si hay algún estadio que se lo ha puesto difícil al Madrid es el Sánchez-Pizjuán», recordaba Pablo Machín, técnico sevillista, en la previa del partido.

Para esta batalla, Julen Lopetegui recuperará efectivos, pero puede perder a dos piezas clave en su esquema. Las buenas noticias llegan por parte de Marcelo, Toni Kroos y Gareth Bale, ausentes en el duelo ante el Espanyol para darles descanso, y que salvo sorpresa serán titulares en el Sánchez Pizjuán. El aspecto negativo lo ponen Isco y Carvajal. El malagueño fue operado este martes de «apendicitis aguda» y el lateral sigue con las molestias musculares tras un golpe en su muslo izquierdo ante el Roma, que ya le impidieron jugar el sábado ante el conjunto 'perico'. La baja de Isco, de confirmarse, podría dar una nueva oportunidad a Dani Ceballos -que fue titular ante el Espanyol- o haría que Lopetegui tuviera que cambiar sus planes con Modric, al que pensaba darle descanso ante el Sevilla después de que haya participado en los siete encuentros oficiales (ha sido titular en cuatro ocasiones) y tras la cascada de emociones de haber recibido el premio 'The Best' el pasado lunes en Londres.

Además, al Real Madrid no suele sentarle bien la resaca de los premios 'The Best', como demuestra que ha perdido su siguiente compromiso liguero a la ceremonia en las dos anteriores temporadas en las que se han entregado estos nuevos galardones de la FIFA creados en 2016. La pasada campaña cayó en su visita a Girona (2-1) y hace dos campaña, cayó derrotado, precisamente, en el Sánchez Pizjuán (2-1), donde además se rompió con una racha de 40 partidos sin perder del Real Madrid. «No creo que los premios descentren a los jugadores», dijo Lopetegui. «No es lo que más me gusta pero forma parte del fútbol actual», se resignó. «La mayor motivación del equipo es lograr los tres puntos en un partido tremendamente difícil ante un rival que nos lo va a exigir». Es un reto, un objetivo y una ilusión que está por encima de premios», advirtió.

El Sevilla apela a la grada

Por su parte, el Sevilla llega tras recuperar la alegría con dos goleadas -una en la Europa League y la última en Liga ante el Levante-, pero con muchas bajas y la cautela que otorga el rival que tendrán enfrente. «El Madrid es un equipo de enorme pegada, tiene una muy buena contra... hagas lo que hagas van a tener sus oportunidades», avisaba Machín. El técnico eso sí, quiso lanzar un mensaje a su afición para que conviertan el Sánchez Pizjuán en la 'caldera de Nervión' de las grandes ocasiones: «Las aficiones también juegan, y en este caso la nuestra es el jugador número 12. Ojalá tengan la importancia que siempre han tenido y nos ayuden a conseguir la victoria».

En lo deportivo, el técnico sevillista es consciente que «atacar al Madrid es difícil porque antes hay que quitarle el balón» y por ello mantendrá su plan de cinco defensas, con dos laterales con recorrido con el objetivo de hacer sufrir a Marcelo -como ya hizo cuando entrenaba al Girona- y a Odriozola. En el centro del campo, Roque Mesa volverá a ser el pivote inicial junto a Éver Banega, dejando a Franco Vázquez y a Sarabia justo por detrás del delantero André Silva, que cuenta con más opciones de jugar que Ben Yedder, a pesar de la racha goleadora del francés, aunque no descarta jugar con dos delanteros de inicio. «Hay que buscar el equilibrio juguemos con dos puntas o con uno. Buscaremos nuestro plan de inicio pero también tener alternativas. Tenemos dos nueves de referencia, pero tenemos otras opciones en la mediapunta. Tenemos que buscar un plan A y luego tener también opciones desde el banquillo», señaló.

Nervión volvió a poner una cruz en el camino del Real Madrid, que sumó su cuarta derrota consecutiva liguera en el feudo hispalense y dejó pasar la oportunidad de colocarse líder que le había servido el Barcelona con su fiasco en Butarque. Dos tantos de André Silva y otro de Ben Yedder en una primera parte memorable de los pupilos de Pablo Machín sepultaron al cuadro de la capital española, desbordado en todo momento por un equipo que tuvo en la cascada de goles el justo premio a su mejor propuesta táctica y mayor intensidad, además de un merecido castigo a un conjunto en el que no hubo atisbos del espíritu que le había mantenido invicto en Liga hasta su visita al Ramón Sánchez-Pizjuán.

Desangelado y sin rastro del propósito comunitario que venía alumbrándole desde el inicio de la temporada, el Real Madrid compareció destensado, como si la derrota del vigente campeón aminorase la presión sobre los pupilos de Julen Lopetegui. De coral, esta vez, sólo tuvo la vestimenta que lució. Todo lo contrario que el Sevilla que, espoleado por sus dos recientes goleadas y con un dibujo cada vez más asentado, interiorizadas las lecciones que dejó la dura derrota ante el Getafe, le dio un repaso de los de toma pan y moja.

Acudió con todo Machín, bravo como pocos. Envalentonado por las exhibiciones ante Standard y Levante, repitió el once que abrasó al cuadro granota con la única variante de la entrada de Arana por Aleix Vidal, ausente por una lesión en el aductor de la pierna derecha. Mantuvo su apuesta por dos delanteros natos como Ben Yedder y André Silva, asistidos por Banega, Sarabia y Franco Vázquez y dos carrileros de largo recorrido, marca de la casa. Un bloque muy ofensivo ante el que quiso resguardarse Lopetegui recurriendo a Nacho para el costado derecho en detrimento de Odriozola, titular ante el Espanyol y que esta vez, tocado, no tuvo ni asiento en el banquillo.

Sevilla

Vaclík, Carriço, Kjaer, Sergi Gómez, Navas, Banega (Roque Mesa, min. 90), Arana (Nolito, min. 84), Sarabia, Franco Vázquez, André Silva y Ben Yedder (Promes, min. 69).

3

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Real Madrid

Courtois, Nacho (Lucas Vázquez, min. 59), Varane, Sergio Ramos, Marcelo, Casemiro, Kroos, Modric (Ceballos, min. 70), Asensio, Bale y Benzema (Mariano, min. 59).

  • Árbitro: Hernández Hernández (Comité Las Palmas). Amonestó a Bale, Franco Vázquez, Kroos, Modric, Banega, Sarabia y Mariano.

  • Goles: 1-0: min. 16, André Silva. 2-0: min. 20, André Silva. 3-0: min. 38, Ben Yedder.

  • Incidencias: Partido de la sexta jornada de Liga disputado en el Ramón Sánchez-Pizjuán ante 40.972 espectadores.

La puesta en escena superó con creces las expectativas de los hispalenses más optimistas. El Sevilla entró con brío y el Madrid, encajonado, quedó hecho un guiñapo, para pasmo de un incrédulo Lopetegui. Propinó pronto el tortazo inicial la escuadra andaluza. Entregó mal Marcelo una bola a Casemiro, robó el Sevilla en tres cuartos y aprovechó el boquete que había dejado el brasileño a su espalda. Por allí incursionó Navas sin que el zurdo, en su enésimo enfrentamiento con el palaciego, acudiese a tiempo al repliegue. A placer, el andaluz sirvió atrás para que André Silva batiese a Courtois.

Mismos protagonistas en el primer gol que en el segundo, nacido en esta ocasión de un córner botado por el Real Madrid que el Sevilla acabó convirtiendo en una contra de manual tras un servicio de Ben Yedder a Navas. Disparó duro el sevillano para que rechazase Courtois, que nada pudo ya hacer cuando el cuero fue a las botas de André Silva.

En cuatro minutos, Machín replicó el infierno que ya consumió al Madrid un año atrás en la visita al Motilivi de su por entonces Girona. Allí comenzó a diluirse definitivamente el anhelo capitalino de revalidar el título de Liga. El cuadro de Lopetegui precisaba de una machada para rendir el estadio de sus peores pesadillas. Pero Bale era el único con arrestos para insubordinarse ante la tiranía táctica de Machín, con un disparo a la madera. La misma que besó un tiro de Franco Vázquez a pase de Sarabia tras otro error merengue, esta vez de Kroos.

Donde marró el argentino, atinó Ben Yedder, que recogió un servicio con la testa del mediapunta en una pugna con Marcelo para fusilar a Courtois. Le faltó de nuevo empuje al brasileño, reflejo de un equipo superado en todas las facetas y que amagaba con hecatombe de proporciones mayúsculas.

Más que una remontada quimérica, para el Madrid era ya asunto de no emborronar aún más su imagen. Trató de limpiarla Lopetegui envidando con Lucas Vázquez por Nacho y adelantando a los laterales, a semejanza de los carrileros del Sevilla. Alistó también a Mariano y Ceballos, aumentando de paso la inquina del Nervión, por si no tenía bastante con Sergio Ramos.

Apenas un lavado de cara, ya que ni Modric, con un tanto que no concedió el VAR por fuera de juego, ni Bale, negado por una brillante intervención de Vaclík, pudieron levantar a una escuadra a la que siguen dándole mal fario los premios The Best –tercera vez consecutiva que caen en su primer partido tras ver entronizadas a sus estrellas- y que acabó con diez por la lesión de Marcelo cuando el vasco ya había agotado sus cambios.

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