Borrar
Olivier Giroud dispara frente a Thibaut Courtois durante la semifinal Francia-Bélgica. Reuters
Giroud, Guivarch y la cábala de 1998

Giroud, Guivarch y la cábala de 1998

Aún no ha marcado, sus disparos no van a puerta y muchos le comparan al punta de hace 20 años cuando Francia ganó el Mundial el mismo año que triunfó el Real Madrid en Champions e Israel en Eurovision

Rodrigo Errasti Mendiguren

Enviado especial a Moscú

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Viernes, 13 de julio 2018, 00:43

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

«Olivier desempeña un papel muy importante en nuestro juego. Es un jugador fundamental. Si hubiera podido marcar, estaría muy contento, pero es muy generoso. Hizo un pase decisivo a Kylian Mbappé en el último partido. Además, no se queja. A lo mejor no siempre tiene este lado estético impresionante, pero el equipo le necesita aunque no marque. Le necesitamos en ataque y es fundamental a nivel defensivo para el equilibrio del equipo», recuerda Didier Deschamps cuando le preguntan por la falta de gol de Giroud, que no sólo en Rusia aún no ha marcado gol alguno, sino que solamente uno de sus disparos ha llegado a ir entre los tres palos.

Es el eterno cuestionado para todos menos para su entrenador, Didier Deschamps, que podría convertirse en el tercer hombre, tras Mario Zagallo y Franz Beckenbauer, que gana el Mundial primero como jugador y luego como técnico, que quizá tiene en mente lo sucedido cuando él era capitán de los 'bleus' en 1998. Aquella selección campeona contaba con un gran número de estrellas que brillaron en los grandes clubes europeos de la época. Zinedine Zidane, Bixente Lizarazu, Laurent Blanc, Marcel Desailly, Lillian Thuram, Emmanuel Petit, Youri Djorkaef, Fabien Barthez o el propio Deschamps.

«Tiene esa pequeña frustración por no poder marcar»

Blaise Matuidi considera «injustas» las críticas a Olivier Giroud: «Ha hecho mucho por el grupo. Para nosotros es un gran jugador y estamos contentos por la Copa del Mundo que está haciendo. Tiene esa pequeña frustración de no poder marcar, pero no tiene importancia cuando el equipo gana. Su trabajo es muy importante, tanto ofensivamente como defensivamente».

Ellos, junto a los jóvenes Thierry Henry y David Trezeguet, conformaron una selección de leyenda... que tenía un problema: su '9' no metía goles. Aimé Jacquet, entonces seleccionador, había decidido desde varios años antes que ni Eric Cantona ni David Ginola tenían opciones en su equipo. Por eso, durante el torneo, y debido al escaso momento de forma de Christophe Dugarry, apostó por la titularidad de Stephane Guivarch, que había brillado en el Auxerre.

Aunque en los amistosos previos al Mundial no marcó, Guivarch arrancó como titular en cuartos ante Italia, en semifinales frente Croacia y en la recordada final que supuso el título para Francia ante Brasil. Aquella noche Zidane hizo un doblete y Petit cerró el marcador. Deschamps levantó la Copa del Mundo para Francia justo hace 20 años, un 12 de julio, pese a que el '9' del equipo no anotó ni un solo gol. La estrella en el pecho gala le permitió ir a la Premier, pero tuvo una experiencia sin éxito en el Newcastle.

El caso recuerda al de Olivier Giroud, si bien el punta del Chelsea tiene a sus 31 años una mayor trayectoria. omo internacional (31 goles en 80 partidos para colocarse cuarto máximo anotador histórico empatado con Zinedine Zidane), y en la Premier, donde tras muchos años en el Arsenal a las órdenes de Arsène Wenger (uno de sus goles le hizo ser premio Puskas en 2017) se cambió de bando para jugar de azul con el Chelsea, donde ha terminado quitando el sitio a Álvaro Morata tras empezar de suplente.

Amante de la petanca

Desde el banquillo comenzó también la Copa del Mundo, ante Australia, y después se hizo con un puesto en el once. No ha marcado, pero lo más llamativo es que casi no ha obligado a los porteros en 465 minutos: sus diez primeos tiros fueron blocados por la defensa o se marcharon desviados. De hecho, es el único jugador del Mundial que llegó a realizar diez remates en el torneo sin que ni uno solo de ellos hubiese ido entre los tres palos. El undécimo lo atrapó sin apuros Courtois.

Esa estadística ha llegado a desesperar a la afición francesa, que buscando algo positivo a lo que aferrarse piensa que es casi mejor que no marque, ya que ha empezado a circular a través de las redes sociales una imagen en la que se recuerda que en 1998 Israel ganó Eurovision, el Real Madrid ganó la Champions League y Francia ganó el Mundial... sin que su delantero marcase un solo gol. «Guivarch no anotó en 1998, (Christophe) Dugarry anotó sólo un gol. Es verdad que si ganamos y yo no anoto, seré campeón del mundo. Eso sería un orgullo mayor», reconoce.

Giroud sabe que la afición no entra a valorar como su técnico o compañeros el trabajo que hace en el juego de espaldas o abriendo espacios a Griezmann o Mbappé. Él no parece preocupado y siente la confianza del técnico, con el que suele jugar a la petanca junto al capitán Hugo Lloris, de saberse una pieza fundamental en el 4-2-3-1. «Estoy tratando de hacerles huecos a mis compañeros y jugar para ellos. Soy como un hermano mayor para alguno de ellos como Kylian Mbappé. No he marcado, es verdad, pero pude participar en tres goles, así que no estoy frustrado, aunque sí espero que llegue mi turno en la final», deseó Giroud, tras disponer de dos buenas ocasiones ante Bélgica. Lo que parece casi seguro es que, cuando deje el fútbol, no acabará gestionado un negocio de piscina como hiciera Guivarch.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios