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Sergio Ramos celebra su gol de penalti, en Bucarest, y España mira hacia la Eurocopa. Reuters
Contundencia y oficio, las claves del éxito que le faltan a España
Clasificación Eurocopa 2020

Contundencia y oficio, las claves del éxito que le faltan a España

Los ejercicios de autocrítica de Robert Moreno y Sergio Ramos por el evitable sufrimiento final en Bucarest confirman que la selección va por buen camino

Ignacio Tylko

Enviado especial a Gijón

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Viernes, 6 de septiembre 2019, 15:20

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Si lo bordas durante una hora larga y acabas pidiendo la hora, con tu portero como héroe de la noche, tienes un problema. Y si te falta contundencia para resolver por goleada, ya en el primer tiempo, y luego bajas la intensidad, pierdes la concentración, sufres desajustes, te partes, muestras poco oficio y dejas renacer a un rival agonizante, algo falla también. Y no es una cuestión baladi. Existen sobradas razones para el optimismo, hay brotes verdes que permiten soñar con un bosque fértil en la Eurocopa del próximo verano, pero aún debe ajustarse y reforzarse esta atractiva España que inició Luis Enrique y en la que ha tomado el relevo por una desgracia terrible Robert Moreno, inexperto él pero una bocanada de aire fresco.

El primero que conoce las deficiencias, las asume y se las traslada a sus jugadores y a la opinión pública es el técnico debutante. «Hay que arrimar más el hombro, estar siempre más juntitos e intensos y no perder balones cuando estamos saliendo porque así llegan las jugadas como la que provocó la expulsión de Diego Llorente», expuso el preparador de Hospitalet (Barcelona) en su primer análisis de esta victoria de prestigio, la primera de España en Rumanía, un territorio inexpugnable en las seis batallas precedentes. Se mostró satisfecho por la gran imagen mostrada antes del barullo final, pero se decantó más por la autocrítica. Síntoma de pureza y ambición.

Idéntica lectura, sin tiempo aún para definir el argumentario a emplear ante los medios, hizo el capitán Sergio Ramos, el primero que alterna el dominio de la situación de un mariscal con signos de autosuficiencia que cuestan goles. Le ocurre con cierta frecuencia en el Real Madrid y también con la selección. Pero su liderazgo, carisma y titularidad, son indiscutibles. Falta conocer su acompañante, ya sin Piqué y con muchos candidatos como Diego Llorente, Mario Hermoso, Unai Núñez, reciente campeón de Europa con la sub-21 y quizá debutante el domingo en El Molinón, e incluso Iñigo Martínez, ausente en esta convocatoria.

«Hicimos un grandísimo primer tiempo en el que debimos sellar el triunfo pero luego bajamos la intensidad y la noche se nos complicó. Hay que aprender y mejorar», insistió Ramos tras un éxito que deja a España con pleno de cinco victorias y virtualmente clasifiada para la Eurocopa, la séptima consecutiva desde la ausencia en Suecia-92, el mismo verano, paradojicamente, del oro olímpico en Barcelona. Si juega en Gijón, el sevillano igualará a Iker Casillas como el español más internacional (167 partidos).    

El liderazgo de Fabián

Moreno sigue la estela de su maestro, con algunos retoques interesantes. Quiere el balón pero con un juego más enérgico, rápido y profundo. Desea acabar las jugadas con disparo a puerta para evitar contragolpes. Apuesta por perfiles de jugadores intensos, decididos, explosivos y desbordantes. Jugar a tope de adrenalina. En ese estilo brilla con luz propia Fabián Ruiz, por quien apuesta firme el técnico pese a sus 23 años. Campeón de Europa también con la sub-21, muestra un liderazgo abrumador. La pide siempre, la juega con criterio y es llegador.

Fabián Ruiz, en el choque ante Rumanía.
Fabián Ruiz, en el choque ante Rumanía. Efe

Asomó por todo el frente de ataque, se asoció con todos y en especial con su paisano Dani Ceballos, otra apuesta del técnico por un chico joven, ya ganador con la inferior, y sobradamente preparado. El paso a lo Laudrup a Jordi Alba que preludió el gol de Alcácer, le define. Incomprensible que Fabián y Ceballos no disputen la Liga española. Bien por el Nápoles y el Arsenal.

Le faltó gol a España en Bucarest pero Paco Alcácer volvió a reivindicarse tras más de diez meses sin aparecer por la selección. Fue un quebradero de cabeza constante para los rivales, un chollo para los centrocampistas por su movilidad y desmarque; marcó su décimo gol con la absoluta en 16 apariciones, el mejor ratio español en el fútbol moderno. Dio un paso al frente en la lucha por el '9', aún abierta. Mucho mejor que Rodrigo Moreno, todavía lejos de su mejor forma física, y seguramente mental, después de semanas de incertidumbre por su futuro.   

El duende de Kepa

Fenomenal el juego por banda, donde el rejuvenecido Jesús Navas le ganó la partida a Dani Carvajal, y Jordi Alba es una apuesta segura, con Gayà por detrás. Y mención especial para el portero. Moreno ha dicho por activa y por pasiva que, a día de hoy, su idea es alternar a los guardametas, pero Kepa Arrizabalaga tiene duende. Su parada de balonmano, con el pie, a bocajarro, evitó el empate. Y tuvo la fortuna de que un disparo posterior se marchó fuera cuando el gol se cantaba.

Kepa Arrrizabalaga, advertido por el árbitro Deniz Aytekin.
Kepa Arrrizabalaga, advertido por el árbitro Deniz Aytekin. Reuters

Lo tiene complicado David de Gea, inseguro en la selección aunque su calidad está contrastada en la Premier y debe volver por sus fueros. Todos lo arropan. Un detalle: sus compañeros le aplaudieron y vitorearon en el entrenamiento del miércoles en Bucarest, donde realizó paradas antológicas. Acabado el partido, Kepa destacó el «buen ambiente» que existe entre los tres cancerberos. El del guardián es un debate muy viejo en España, que se lo digan al mismísimo Luis Miguel Arconada, o a Andoni Zubizarreta, por no hablar ya de un tal Iker Casillas.

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