La astillerense Virginia Díaz pierde la beca del Basque Team
Remera de Raspas y residente en el País Vasco desde 2013, su ingresoen el CAR de Sevilla desencadenó la situación
El Gobierno vasco ha retirado las becas de Basque Team a cuatro deportistas, entre ellos la cántabra Virginia Díaz, al considerar que no reside de hecho en el País Vasco ni tiene la 'condición política' de vasca. Una situación que para la astillerense, residente y empadronada en el País vasco desde hace más de una década, ha supuesto «no solo un golpe en lo administrativo, sino en lo personal y emocional, porque que se te ponga en duda de esta manera es duro».
Sin entrar a valorar los demás casos, explica que el suyo «no tiene nada que ver». «Te preguntan si legalmente resides en el País Vasco –allí está empadronada–, y lo que ocurre es que cuando alcanzas cierto nivel los deportistas nos convertimos muchas veces en nómadas y ahora paso más tiempo no en Cantabria, sino en el centro de alto rendimiento de Sevilla. Y también en Sierra Nevada, Galicia, Banyoles, en las distintas competiciones. Y aprovecho las vacaciones para poder visitar a mi madre en El Astillero».
¿Cómo una cántabra de El Astillero está becada por el Basque Team? Lo explica: «Me trasladé en 2012 de El Astillero a Getxo con mi pareja y entrenador, con un contrato de trabajo con Raspas y para matricularme en Medicina en la UPV/EHU. Ya lo he explicado en la investigación: «El primer año alquilamos una habitación, en 2013 firmamos un contrato de alquiler propio y me empadroné en 2014.Entonces era joven, ni siquiera pensaba en las becas y no me detuve a pensar qué papeles hacer, pero el club nos recomendó empadronarnos porque teníamos un proyecto para ir a los Juegos y lo hice en 2014. Entré en el Basque Team, que es como se accede a esas becas, cuando ya llevaba viviendo siete años en Vizcaya, donde hacía mi entrenamiento y mi vida. Después, preparamos los Juegos de Tokio y París en el pantano de Legutio, pero los entrenamientos también nos obligan a viajar constantemente».
Por ese motivo la Consejería de Cultura no ve creíble que la astillerense y los también remeros Esther Briz, Adrián Miramón y Aleix García Pujonar residan en el País Vasco por lo que «no ostentan la condición política de vascos», requisito imprescindible para percibir un mínimo de 11.000 euros al año por persona en subvenciones.
Díaz se ha visto salpicada en cierto modo por una cuestión ajena que salpica a otros deportistas. Según desveló el diario El Correo, el primer expediente se le abrió al malagueño Miramón, excluido del programa al no haber podido ser localizado en varias ocasiones en el domicilio de Getxo donde comunicó estar empadronado. Percibía fondos de cinco instituciones diferentes (Gobierno vasco, Ayuntamiento de Málaga, Junta de Andalucía, Diputación de Málaga y el Consejo Superior de Deportes), puesto que la beca aprobada es compatible con otros ingresos públicos. Ya en primavera denegó la beca al catalán García Pujonar y ahora lo ha hecho con estas dos remeras. La zaragozana Esther Briz presentó un empadronamiento de Getxo. Ya había obtenido su condición de atleta vasca de alto rendimiento en 2024 y accedió entonces a la beca de Basque Team, que renovó este año. Como al malagueño Adrián Miramón, la Fundación puede solicitarle la devolución del importe percibido si se confirman las irregularidades.
El caso de Virginia Díaz es, por lo tanto, diferente. La palista, diploma en Tokio 2020 y duodécima en París 2024, esta muy vinculada al País Vasco. Reside habitualmente en Las Arenas, donde cursó Medicina (antes se había graduado en Enfermería por la UC) y sigue perteneciendo al club getxotarra Raspas del Embarcadero. De hecho, en 2022 fue galardonada con el Bizkaia Kirolak Sariak a la mejor mejor deportista del territorio. «Cuando en 2022 me dieron la beca de concentración para el equipo nacional en Andalucía y tuve que trasladar la matrícula a la Universidad de Sevilla, pero había estado en Getxo y Leioa diez años».
«No quiero entrar a opinar de otros casos, pero a mi me ha salpicado una situación que pone en duda mis valores como deportista y persona, y eso me ha dolido. He querido hablar porque no tengo nada que ocultar y no he buscado beneficiarme en ningún momento de nada y he cumplido los requisitos», señala en referencia a su concesión otros años de una beca que ahora ha perdido. «Esto es algo que duele tras muchos daños y dedicación a un club vasco y a donde he ido es a un centro de alto rendimiento, que es lo que he explicando al Gobierno. Mantengo la relación con el club, sigo empadronada, tengo hasta la tarjeta sanitaria vasca. Estás en un traslado; no he cambiado de residencia, porque esto es algo provisional y tampoco estoy todo el tiempo en Sevilla. Espero que lo valoren y se solucione; es muy duro en lo personal y emocional que se te ponga en duda de esta manera», concluye.