Borrar
Los boxeadores homenajeados, en el comedor del Riojano. :: R. G. S.
El boxeo cántabro celebra su historia

El boxeo cántabro celebra su historia

Hasta 27 púgiles cántabros, encabezados por Uco Lastra, se reúnen en una cita convertida en historia viva del deporte

RAÚL GÓMEZ SAMPERIO

SANTANDER.

Domingo, 6 de octubre 2019, 07:36

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

El presidente de la Federación Cántabra, Gabriel López, resumía al final la velada: «El boxeo de Cantabria sois vosotros». Y el boxeo de Cantabria, con sus campeones, sus recuerdos, su palmarés, sus rivalidades y unos cuantos años, volvió al simbólico ring en el que se convirtió la noche del Riojano. En cada una de las esquinas de ese múltiple cuadrilátero se situaban púgiles dispuestos a imponerse a la memoria. Contaron para ello con la colaboración de Armando González, autor del libro 'Boxeo en Cantabria', que peleándose con el micrófono y con las distracciones de tanta concurrencia ávida de saludarse y contar sus batallas explicó que la idea del homenaje surgió del restaurador Carlos Crespo, anfitrión y aficionado al boxeo. Y así, mientras su hijo entrenaba con Rasilla, maquinó junto a su amigo Félix González 'Satur', púgil de los medios en los setenta, una velada en el Río de la Pila que se hizo realidad con el apoyo de Violaya Sánchez.

Fueron en total 27 estrellas deportivas las que desfilaron ante una mesa presidencial que les otorgó un pequeño y simbólico trofeo que pareció crecer con las ovaciones y admiración de los invitados. En los tiempos que corren, parece imperdonable la ausencia de mujeres, pero incluso solo pudo solventarse con la presencia de Alba Cascajo, que dejó el buen sabor de boca de ser campeona de España.

Por orden alfabético, fruto del espíritu metódico del autor, fueron pasando las viejas glorias. El primero fue Eloy Campo 'Béisbol', así llamado cuando se presentó en el gimnasio de Amador Cué vestido con una camiseta amarilla donde se leía esa palabra. Y entonces se cayó en la cuenta de que antes debía haber salido Manuel Barquín. El de Castillo Pedroso, iniciado en el gimnasio de José Luis Torcida, ha estado ligado al boxeo durante más de cuarenta años y fue director de la Federación y de su escuela.

Rompiendo el orden impuesto, la joya de la corona fue para Uco Lastra, el campeón del mundo que comenzó a boxear a los quince años, sin tener la edad reglamentaria y que como profesional disputó 41 combates. Lastra fue campeón de España en cuatro ocasiones y campeón del mundo WBA al derrotar en Torrelavega al panameño Rafael Ortega. Uno de los diez mejores boxeadores mundiales en 1977.

Otro campeón del mundo, pero latino, fue Dani la 'Cobra' Rasilla, que lo fue en 2011 y 2012, con cuatro europeos y cuatro nacionales en su palmares y acompañado en la velada por su padre y técnico, Daniel Rasilla. Otras de las figuras que recogieron su distinción fueron José Luis Torcida y su hijo José Ignacio. El grande, es decir el padre, José Luis, se ha distinguido durante más de medio siglo como uno de los hombres más brillantes del boxeo cántabro, con más de cien combates como aficionado, internacional con España, campeón de España en superligeros en 1966 y profesional. José Luis Torcida añade a sus méritos de púgil los de preparador, dirigiendo a más de una treintena de campeones de España y organizando unas 280 veladas de boxeo. Por su parte José Ignacio fue internacional en seis ocasiones y colaborador del gimnasio instalado detrás del pabellón del Complejo Deportivo de La Albericia.

También fue grande la ovación y el reconocimiento para Mirín Martínez, 'El león' o 'El Hércules de Cos', según versiones, con sólo una derrota en el campo profesional al enfrentarse contra Urtain. Su historia al proclamarse campeón de España en Ontoria, ante Echevarría, en 1972, y presenciar la muerte de su padre, que falleció en la velada de un infarto, sigue poniendo la carne de gallina.

Veteranos

Otro homenajeado fue el veterano Marcos Bermejo, destacado árbitro que llegó a dirigir combates en Estados Unidos y arbitró el combate de 1977 donde Lastra ganó el Mundial. Jesús Bezanilla, representando a su familia de púgiles, también recibió otro de los trofeos por alcanzar la profesionalidad. Cristian Torre, iniciado en el gimnasio de Barquín, también llegó a profesional, destacando en kickboxing, donde fue campeón de España de peso mosca en 2009 y 2011.

Cipri Fernández también arrancaría emotivas ovaciones y gritos de simpatía. Llegó a ser internacional en 1978, seleccionado en el España-Túnez, disputó 198 combates como aficionado, y después profesional. Le acompañó su hermano Rafa, retirado por una lesión y que a pesar de todo instaló un gimnasio y divulgó el boxeo por medio de un programa televisivo. Otro púgil formado en la fructífera escuela de José Luis Torcida es David del Ojo, también profesional y campeón de España de peso pluma junior en 1994 y absoluto en 1995, siempre como aficionado.

Más distinguidos, como Esteban Eguía, otro campeón de España en peso pluma y en peso gallo, gracias a su enorme técnica. Tres veces asaltó sin éxito el Europeo, pero dejó huella. Julio Gómez también se llevó los aplausos de los asistentes: 174 peleas como aficionado, tres campeonatos de España y sobre todo por ser el primer púgil cántabro que participó en unos Juegos (Los Ángeles 84).

Otro de los distinguidos fue Iván González, formado en el gimnasio de José Luis Torcida, campeón de España junior de los wélter en 2000 y 2001 que tras 80 peleas como amateur también entraría en el mundo profesional. Representando a toda su familia de 'gringos', también recogió su merecido galardón Gringo I (José Manuel Suárez), seleccionado español en ocho ocasiones y preparador de otros púgiles como Tomás Ruiz, Javier Martínez y Gringo, entre otros.

También se aplaudió a Iván Salcines, que tras 58 combates como aficionado pasó al profesionalismo en 2007; Gerardo Ruiz (más de treinta años en el rincón del ring), Dennis Horning, campeón de España aficionado en cinco ocasiones en los noventa y que llegó a profesional; Juan Alberto Ibáñez, también campeón de España pluma (1972), pesado (1975) y medio (1976); Iván Torres, con 53 peleas como aficionado y que tras diez años dio el salto al profesionalismo y luego al kickboxing; Antonio Maza, que desde el gimnasio de Amador Cué disputó 80 peleas como aficionado, Hilario y los promotores Antonio Gutiérrez y José García.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios