Un cinturón de oro para Jon Míguez
El boxeador cántabrose proclama campeónde España de pesowélter en Cullera, Valencia, después de tumbar a un competitivoRicardo Roser
Con una pequeña magulladura en la ceja, algún que otro golpe encajado y un cinturón de oro abrochado a la cintura. Así regresa a Cantabria ... Jon 'Good Boy' Míguez (Castro Urdiales, 1996) –13-0 (6KO)– después de proclamarse campeón de España de peso wélter en una velada organizada por la promotora KO Boxing y celebrada el pasado sábado en el Pabellón Municipal de Cullera, Valencia, tras deshacerse del aspirante local Ricardo Roser –7-1, 1 KO– en el octavo asalto. Míguez brilló sobre el cuadrilátero, pero no tuvo una pelea fácil, ni mucho menos.
El combate prometía espectáculo y ninguno de los dos púgiles defraudó. Roser se lo puso muy difícil al castreño, que poco a poco fue imponiendo su ritmo para dejar fuera de juego al valenciano. Y eso que en el primer asalto ninguno de los dos se decidía a tomar la iniciativa. Un lento tanteo por ambas partes para calibrar al rival que terminó con una presión constante de Míguez. Acoso y derribo. Demolición. Tardó en sacar su ritmo, pero pronto la pelea se iba decantando a su favor y el cántabro pasó de suave brisa a vendaval. Sobre todo después de que Roser, con un corte cerca del ojo izquierdo, fuera poco a poco cediendo terreno a medida que digería como podía los impactos de 'Good Boy', hasta que con un último golpazo en su ya bastante maltrecho ojo izquierdo, claudicó. Y a pesar de que hasta entonces se revolvía a base de coraje y contragolpes ahí terminó la pelea. Clavó la rodilla en la lona y con ese gesto otorgó la victoria a Míguez.
Esa misma noche también estaba en juego otro campeonato de España, el de peso superpluma. JuanFélix Gómez –10-0, 2KO– se alzo con la victoria ante Diego Salvatierra –6-3, 2KO– en una pelea que el entrenador de Salvatierra, Txutxi del Valle, paró tras el séptimo asalto. Gómez había neutralizado totalmente a su rival sobre el cuadrilátero, era superior, y Del Valle prefirió velar por el estado de su púgil en vista de que no había ya nada que hacer sobre la lona.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión