Un club de la lucha con acento cántabro
Deportes de contacto. Cinco de los siete hermanos de la familia García García se dedican a modalidades como el jiu-jitsu, el grappling o las MMA, con medallas incluso a nivel mundial
Desde hace diez años, viven por trabajo -tienen una empresa de asesoría energética- en Las Palmas de Gran Canaria. Pero las raíces de la familia ... son cántabras y se escapan a la tierruca siempre que pueden. Pedro y María José García, santanderino el uno y reinosana la otra, son los responsables de una familia más que numerosa. Siete hijos, con edades comprendidas entre los 17 de Iris, la mayor, y los tres añitos de María José. La peque y la que la antecede en la lista, Abril, que tiene cinco, son las únicas que no integran -por el momento- un equipo de lo más especial en esta prole cántabro-canaria. Porque los cinco hermanos mayores se dedican a los deportes de contacto. MMA, grappling, jiu-jitsu... Un particular club de la lucha con acento cántabro.
«Yo me dediqué al fútbol», señala divertido Pedro, el padre. «Un día mi hermano, Tarek, les dijo que lo probasen aquí, en Las Palmas y...». Por entonces, y de eso hace unos cuatro años, Iris jugaba al fútbol. «Al principio me daba vergüenza», reconoce la mayor de la saga, que había hecho piragüismo, patinaje o tenis, además del fútbol. «Pero me gustó mucho. Los derribos al oponente... Era algo diferente. Y cada lucha es diferente. He hecho jiu-jitsu, grappling, MMA y lucha libre». Un verano intenso en cuanto a entrenamientos le sirvió para mejorar a pasos agigantados y empezar a competir. «Mis entrenadores y mis rivales me decían que era buena. Hasta me lo ha dicho el seleccionador de Kazajistán». Desde entonces, en su trayectoria ya hay dos bronces mundialistas, uno en un Europeo, cinco Campeonatos de España...
Aunque Iris fue el modelo a seguir para los demás hermanos, todos empezaron a la vez en esto. Deportes que para unos padres no son fáciles de asumir. «Por ejemplo, el jiu-jitsu es más de sumisiones, llaves. No de puñetazos. Eso a mí me ha tranquilizado», comenta Pedro. María José aún no lo lleva bien. «Me da unos nervios increíbles. No se puede comparar a nada que vivas en el día a día». En estos días, tres de sus hijos -Iris, Mario y Marco- han competido en el Mundial Juvenil de MMA en Abu Dabi, en el que Iris fue quinta; Mario, sexto; y Marco undécimo en sus respectivas categorías. Y este próximo fin de semana, también en Abu Dabi, participan en el Mundial de grappling.
Las claves
La saga
Iris, de 17 años, es la mayor del grupo. Martín, con siete, es el más joven
Competiciones
La familia pasa estos días en Abu Dabi entre el Mundial de MMA y el de grappling
Los 21 días que se van a pasar en el Golfo Pérsico es solo uno de los viajes que tiene que afrontar la familia en cuanto a competiciones. Y muchos de los desplazamientos corren de su cuenta. «Los hemos costeado nosotros», incide Pedro García. «En competiciones de grappling tenemos ayuda de la federación de Canarias, y algún patrocinio hemos conseguido». Hasta han creado una marca de ropa deportiva. El carácter de deportes minoritarios de todas estas especialidades hace muy difícil encontrar patrocinadores con presupuestos generosos. Una esperanza es que una de esas modalidades, la lucha grappling, pueda ser olímpica. «Es la suerte que podríamos tener», añade el padre de la saga.
A los 14, Marco sigue los pasos de su hermana mayor. Y tranquiliza a su madre. «Son deportes menos violentos de lo que parece. Hay mucho respeto», apunta. «Me lesiono más en otros deportes. Por el momento, en esto, nada grave». Cuando acaba de entrenar en jiu-jitsu, se va a entrenar a fútbol. En esos deportes de contacto, sus miras están altas. «Me gustaría ser campeón mundial de jiu-jitsu y MMA», aunque reconoce que no ve muchos combates por la tele. «Me cuesta madrugar», señala entre risas. Entre estudios y entrenamientos de todos, «el día está comprometido totalmente. No hay vacaciones», añade su madre.
«Yo no me pierdo nada. Soy un entendido», resalta Mario, a sus 12 años, que también alterna estos deportes de contacto con el fútbol. Aunque parece que el balón gana terreno. «Quiero destacar más en el fútbol. Cuando tenga que decidir, me decantaré por él». Tras él vienen Pedro, de nueve, y Martín, de siete. Y pesar de su corta edad, a finales del año pasado ya fueron subcampeones mundiales de jiu-jitsu.
Iris, que ya tiene la consideración de deportista de alto nivel, ya ve su vida enfocada al deporte. «Me quiero dedicar a ello». Sus padres ya dan vueltas a una idea. «Coger un local y crear un club deportivo... Es una opción. Estamos en ello. Se va a intentar», concluye María José. Quizá la madre que, en toda España, más debe velar para que no haya peleas entre sus hijos.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión