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El capitán Raúl Entrerríos, levanta el trofeo de campeón de Europa. EFE
Europeo de balonmano

España retiene la corona europea

La defensa de los Hispanos se impone a Croacia y gana la plaza directa para los Juegos de Tokio 2020

miguel ángel pindado

Madrid

Domingo, 26 de enero 2020

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España revalidó su título europeo en una final agónica donde la igualdad y las defensas se impusieron por completo a los ataques. Con este triunfo, los Hispanos consiguen retener el cetro continental, algo que no se conseguía desde hace más de veinte años, y además se ganaron la plaza directa para los Juegos Olímpicos de Tokio 2020. Españoles y croatas ofrecieron una final menos vistosa que sus partidos anteriores, conscientes de que estos duelos solo valen si se ganan. En la primera mitad, fue Croacia la que mandó en el electrónico siempre con exiguas ventajas, pero las apariciones de Maqueda y sobre todo del portero Pérez de Vargas revolucionaron el encuentro para España, que se fue al descanso con mínima ventaja. Tras el receso, ambos equipos defendieron cerrados atrás y los treinta minutos fueron casi un calco del partido de la fase anterior que disputaron ambos: España se marchó fácil en el marcador y se atascó por completo durante casi diez minutos. Pero los Hispanos supieron jugar mejor los minutos decisivos para llevarse el título y volver a ganar a Croacia una final, como ya ocurriera en el Mundial de 2005.

Salieron ambos equipos al pabellón de Estocolmo con el 5-1 en sus defensas. Jordi Ribera apostó por Alex Dujshebaev de avanzado con el fin de desconectar el juego de Duvnjak en la posición de central, mientras los croatas atacaban únicamente con Stepancic como lateral y con los centrales Karacic y Duvnjak para mover el balón. Fueron los balcánicos los que tomaron la medida antes a la defensa española, circulando el balón para dejar un dos para dos en el centro para jugar con su pivote. Mientras, España en ataque ofrecía la movilidad de sus hombres para desconcertar a la defensa croata y buscar soluciones relativamente fáciles para anotar. De esta forma, aunque la selección balcánica fue la que tomó el mando en el marcador, este se movía con cuentagotas en un intercambio de goles. Y es que en una final y ante equipos de tanta calidad, cualquier mínima ventaja se puede convertir en una auténtica losa para el rival. Mientras los Hispanos ofrecían juego y creatividad en sus jugadas, los croatas aprovechaban el 5-1 español para finalizar sus ataques en los seis metros, lo que suponía o bien gol o penalti (tres lanzaron los croatas en la primera mitad).

España

Corrales, Solé (1), Raúl Entrerríos (3), Goñi (1), Virán Morros, Ángel Fernández (1), Alex Dujshebaev (1) -siete inicial-, Pérez de Vargas (8 paradas), Maqueda (3), Sarmiento (2), Aguinagalde (2), Figueras (1), Cañellas (2), Aleix (5, 3 de penalti), Ariño y Guardiola.

22

-

20

Croacia

Sego (4 paradas), Maric (3), Duvnjak (5, 3 de penalti), Stepancic (3), Horvat (2, 1 de penalti), Karacic (4), Mamic (1), -siete inicial-, Asanin (1 parada), Hrstic, Sarac, Musa, Cindric, Brozovic (1), Sipic.

  • parciales cada cinco minutos 2-3, 4-5, 6-8,8-10, 10-10, 12-11, 15-12, 16-14, 17-15,18-18, 19-19 y 22-20.

  • árbitros Nachevski y Nikolov, de Macedonia. Excluyeron a Sarmiento (min. 27) y Raúl Entrerríos (min. 56), por parte de España y a Horvat (min. 33) y Karacic (min. 44) por parte croata.

  • incidencias Stockhlom Halle, de Estocolmo, ante 17.769 espectadores, en su gran mayoría croatas.

En ataque, España comenzó a tener problemas, perdiendo varios rechaces y balones, especialmente de la mano de Sarmiento, que llevaron a Croacia a los tres goles de ventaja (7-10, min. 18). Enseguida Jordi Ribera paró el partido para cambiar por completo al equipo. Dio entrada a Pérez de Vargas en la portería por un desacertado Corrales, así como a Maqueda, Cañellas y Figueras, a la vez que ordenaba una defensa 6-0 más cerrada que obligase a los croatas al lanzamiento exterior. También Croacia aprovechó para dar entrada a Cindric, otra de sus estrellas pero renqueante y sin la responsabilidad ni la eficacia habituales, y ofrecer descanso a Duvnjak. Pero fueron Pérez de Vargas y Maqueda quienes revolucionaron por completo a los Hispanos. El guardameta se convirtió en un auténtico muro, hasta el punto de anotarse siete paradas y encajar únicamente un gol en los diez minutos que faltaban para el descanso, mientras que Maqueda, con tres goles consecutivos puso el empate en el marcador para que Cañellas, tras una nueva parada de Pérez de Vargas, le diese a España la delantera en el marcador por primera vez en todo el partido (11-10). Incluso los Hispanos pudieron aumentar su ventaja, pero un par de errores desde el pivote y de lanzamientos claros errados impidieron que al descanso la ventaja fuera aún mayor. Raúl Entrerríos, casi sobre la bocina, deshizo de nuevo el empate para colocar un 12-11 que mostraba el potencial de España a la hora de cambiar sus sistemas de juego para aumentar su eficacia.

Tras el paso por el vestuario, ambos técnico bajaron sus defensas a un 6-0 mucho más cerrado y que permitía un menor desgaste de sus hombres. A los tres minutos, la exclusión de Horvat dio a España la superioridad sobre la cancha por lo que Croacia se propuso atacar vaciando su portería. Pero si el 6-0 croata es uno de los mejores del mundo, el hispano no se queda atrás, y con varios robos consecutivos y la eficacia de Aleix desde su cancha, con tres goles consecutivos, España elevó las diferencias hasta un 15-12 que Cañellas redondeó con el 16-12 cuando apenas se llevaban disputados seis minutos de la segunda mitad.

Atasco ofensivo

Todo parecía ir rodado para el equipo español, por lo que Lino Cervar paró el partido. Y tal y como ocurrió en el partido de la 'main round', las tornas cambiaron por completo. Croacia decidió atacar con siete hombres acertando en sus ofensivas y encontrando sin errores las redes de Gonzalo Pérez de Vargas. Pero en ataque, los Hispanos se atascaron por completo. Ocho minutos sin marcar, sin ni siquiera disparar, perdiendo balones absurdos, sin encontrar un hueco en la defensa balcánica, hicieron que Croacia fuese poco a poco reduciendo las diferencias. Alex Dujshebaev acabó con esa sequía par poner el 17-15 a falta de un cuarto de hora para el final, pero sin dar la sensación de poder aguantar mucho tiempo más, ya que Croacia apenas fallaba en sus ataques mientras que España se las veía y deseaba, no ya para marcar, sino para enlazar una jugada colectiva sin cometer errores o pérdidas. Mamic empató a falta de doce minutos (18-18) y la final volvía a empezar pero con tan solo doce minutos por jugar y con España sin un desatascador que encontrase soluciones en ataque.

La tensión se cortaba con cuchillo sobre la pista hasta el punto de que durante seis minutos, ninguno de los dos equipos encontró portería. Las defensas se imponían claramente a los ataques y el miedo a perder comenzaba a hacer daño en ambos conjuntos. Croacia dio primero en el clavo con una pantalla a la vieja usanza para que su cañonero Stepancic anotase el 18-19 a falta de seis minutos. Y es que Croacia atacaba con una lentitud pasmosa y un sinfín de pases sin que los colegiados señalasen pasivo. Para más inri, y después de un penalti de Aleix, los colegiados ordenaron la exclusión de Entrerríos por una falta sobre Stepancic. En inferioridad y cuatro minutos por disputarse, la defensa hispana demostró de nuevo ser de las mejores del mundo, ya que aguantó el tipo en esos dos minutos e incluso permitió a España el lujo de colocarse por delante con un gol de fortuna de Dani Sarmiento, al que enseguida respondió Brozovic.

Aleix volvió a anotar de penalti tras una buena jugada de Julen y puso el 21-20 con apenas minuto y medio para el final. De nuevo la defensa hispana resolvió la papeleta para robar el balón y ya en ataque, con un lanzamiento muy poco ortodoxo de Alex Dujshebaev, los Hispanos anotaron el 22-20 que sentenciaba el partido. De nada sirvió el tiempo muerto de Lino Cervar. Su ataque volvió a ser frenado por la excelente zaga hispana, España revalidó su título continental con total merecimiento y se ganó la plaza directa para acudir a los Juegos Olímpicos de Tokio 2020.

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