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Los jugadores del Racing, haciendo rondos sobre el césped de hierba artificial del Complejo de La Albericia.
Batalla sobre un campo minado
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Batalla sobre un campo minado

Las lluvias harán aún más épica la tarde en Estella, donde solo un equipo ha logrado vencer en lo que va de temporada

Sergio Herrero

Domingo, 14 de febrero 2016, 08:36

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La hierba artificial no crece. Inerte. Pero esta semana lo ha cubierto todo. En el Racing no se ha hablado ni de Pedro Munitis ni de cambios de sistema ni de lesiones ni de fútbol. Todo ha pasado a un plano posterior, porque el césped de Merkatondoa estaba por delante. Que si «el balón bota muchísimo», que si «es muy rápido» o que si «es más pequeño que los Campos de Sport». Todo vale como excusa, mas las excusas no le valen al Racing. Es uno de los gallos y, como tal, debe mandar en cualquier corral. Ser superior y romper con las estadísticas. El Izarra solo ha perdido un partido y apenas ha recibido dos goles como local en lo que va de temporada. Ese balance se ha repetido a lo largo de los últimos días como un mantra. Temor. Todo está en contra. Por eso una victoria esta tarde en Estella puede ser un auténtico espaldarazo. Como el de Guijuelo. Sobre la misma superficie.

El Izarra de Sergio Amatriain se transforma en su estadio. Algo tiene. Ni se parece al que pasó hace unos meses por los Campos de Sport. «El Racing ha sido el equipo que más fácil nos ha ganado», reconoce el técnico blanquiazul. Sin embargo, en su feudo empató sin goles el líder y la Unión Deportiva Logroñés cayó por la mínima. Ellos sufrieron antes lo que al Racing le espera hoy.

Pedro Munitis prevé un partido de eminente fútbol directo. Ese que tantos problemas le ha dado a su equipo. «Tenemos que estar atentos a las segundas jugadas y bajar el balón todo lo que podamos», comentó el entrenador racinguista en la previa. El Racing no debe caer en el error de Astorga. Los temores por el estado del césped acabaron condicionando el planteamiento verdiblanco. Y los montañeses no saben jugar al patadón. No están hechos para ello. Al final, el equipo maragato echó la pelota al suelo y, con sus carencias, casi se lleva el gato al agua. Entonces, por qué no intentar seguir con el guión establecido.

Por todos los condicionantes del encuentro, el espigado Mikel Santamaría no se moverá del centro de la zaga, donde acompañará a César Caneda. Podría haber caído al lateral, para tapar la banda, pero su altura le hace más necesario en el centro. Por ese fútbol directo, Borja Granero tendrá mayor protagonismo que Álvaro Peña en el centro del campo. Y por esa misma razón, tal vez el del Barrio Pesquero se decida a colocar a Facundo Pumpido en la delantera. «Intentamos dar el menor número de pistas posible al rival». Se barruntan sorpresas en el once.

Dudas en los laterales

Las principales dudas del técnico se acumulan en los laterales. Las lesiones de Borja San Emeterio, su hermano Fede y Jon García han reducido las posibilidades en estas posiciones. Además, de cara a un partido en el que la zaga tiene que mostrarse más sólida que nunca. Dos hombres para cada uno de los dos puestos. Alain y Francis se disputan el flanco derecho. El asturiano no es un lateral, pero sí que puede ofrecer más fuerza y potencial aéreo que su compañero. Francis es más ofensivo y es el capitán del equipo, aunque hace tiempo que no pasa por su mejor momento de forma. Y por la izquierda, las opciones pasan por Borja Docal y Migue García. Una, ofensiva. Y la otra, muy ofensiva. Al cántabro le está costando ganarse la confianza del técnico. Los apuros defensivos le han pasado factura. Sin embargo, parece que la titularidad debe ser suya, por delante del jiennense, un futbolista que solo mira hacia arriba. Atacante. Todas estas conjeturas pueden cambiar si, finalmente, el técnico verdiblanco decide prescindir del 4-4-2 y cambiar el dibujo. Tampoco sería descabellado.

Otra de las claves del encuentro serán las jugadas a balón parado. El Racing sigue sin parecer peligroso en esta faceta. Dani Rodríguez, César Caneda o Mikel Santamaría han marcado a la salida de un córner. Pero el conjunto cántabro no da impresión de equipo fuerte en la estrategia. Eso, en ataque. En defensa ha mejorado ostensiblemente desde el inicio de temporada, aunque le cuesta y sufre. Y por ahí jugará sus bazas el Izarra. Rocoso, correoso y con las lecciones bien aprendidas. Cuidado con hacer faltas cerca del área.

Decisivo

Ser impecable atrás y oportuno arriba. En un escenario como el de hoy no sirven las medias tintas. Negro o blanco. En el área rival será fundamental que Dioni mantenga el rendimiento que acarrea desde noviembre. Con sus goles está manteniendo al Racing con sus principales rivales a la vista. El malagueño ha disipado todas las dudas generadas al principio y va camino de convertirse en el 'pichichi' del campeonato. De la nueva sociedad que pueda formar con Pumpido, dependerán, no solo sus números anotadores, sino también gran parte de las aspiraciones verdiblancas de aquí al final de la campaña. Un dúo 'sacapuntos'.

Y para hacerlo todo más épico, el agua. Todo lo que no ha llovido en lo que va de invierno tiene pinta de que va caer el domingo en Merkatondoa. Los partes meteorológicos son muy pesimistas. Cien por cien de probabilidades de lluvia. Amatriain dice que el campo tiene un buen drenaje y Munitis que prefiere un césped mojado -no encharchado- que la hierba artificial seca. El problema es que las nubes se pasen de frenada. El Racing no tiene neumáticos de lluvia extrema.

Para terminar en primera posición el campeonato liguero allá por el mes de mayo, el Racing necesita otra gran remontada. Como la realizada con la racha de seis victorias consecutivas. Aquella cadena de fantásticas actuaciones que metieron al conjunto cántabro en los puestos de play off de ascenso. Con el Guijuelo empezó todo. En esa hierba artificial tan escasa en la historia del Racing, pero tan protagonista cada vez que se cruza en su camino. «Bota muchísimo», dijeron varios de los protagonistas a lo largo de la semana. Ese es el reto. que el equipo cántabro, sobre la superficie sintética, vuelva a coger impulso para volver a optar a todo en este campeonato. Efecto rebote.

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