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Israel Puerto, en el centro de la imagen, participó ayer en la primera sesión de entrenamiento con el Racing.
Regreso obligado al 4-4-2
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Regreso obligado al 4-4-2

Las ausencias y las dudas empujan a Viadero a recuperar su sistema fetiche para este domingo

Marcos Menocal

Jueves, 24 de noviembre 2016, 07:24

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No se sabe si han sido las lesiones o las dudas o el escaso bagaje de las últimas dos jornadas lo que ha hecho recapacitar a Ángel Viadero. Quizás todo a la vez. En cualquier caso, el entrenador del Racing recuperó este miércoles, en La Albericia, su sistema fetiche, el 4-4-2, y el próximo domingo se decantará por él, tras apostar por un dibujo distinto ante el Boiro y frente a la Arandina.

En realidad, al técnico cántabro no le queda más remedio, ya que para repetir el novedoso dibujo con el que obtuvo la victoria sobre la bocina en tierras gallegas y no pasó del empate el pasado domingo en El Sardinero ante el modesto equipo castellano necesitaría al menos tres pivotes y no los tiene disponibles. Javi Cobo y Sergio Ruiz, uno por una pubalgia y otro por una rotura de fibras, están descartados para jugar ante el Caudal. A día de hoy tan solo Peña y Alberto figuran en la nómina de los mediocentros.

El regreso es más que obligado, aunque bien es cierto que Viadero hará de la necesidad virtud, ya que el cambio de planes fue una alternativa tan urgente como pasajera. La lluvia de este miércoles no impidió una sesión intensa y en la que no escondió nada. Viadero armó una defensa de cuatro hombres con Bontempo, Llorca y Santamaría, los habituales, y con Gándara como lateral derecho. A Córcoles una sobrecarga en el bíceps femoral le dejó fuera del entrenamiento. El canterano volvió a ocupar el puesto de lateral en el que debutó esta temporada. El alicantino, por su parte, no está descartado para el domingo pero dependerá de cómo evolucione. Por delante, sin más opciones, Álvaro Peña y Alberto Gómez se situaron en el centro del campo. Con ellos se volverá al viejo esquema de dos pivotes, uno más organizativo y de creación, y otro el chaval de la casa más de corte defensivo, toque y de ese tipo de jugadores que guardan la posición. Viadero busca con ellos volver a abarcar la zona ancha del campo y lograr que vuelvan a funcionar las bandas como al principio de Liga.

Las ausencias no le dejaron muchas opciones para configurar el resto del equipo; sin César Díaz, con rotura del ligamento cruzado de la rodilla, y Óscar, recién operado ayer mismo del hombro, la presencia de Coulibaly en el ala derecha del equipo es una obligación. Entre los tres se han repartido la demarcación según ha resultado necesario, con prioridad para el manchego que desde el inicio de campeonato ha sido el preferido del cuerpo técnico, pero para el domingo la cosa está más que clara.

En la izquierda, en cambio, ni tan siquiera existieron dudas y Héber Pena volvió a ocupar el carril zurdo. El entrenador insistió durante la sesión en que tanto Couli como Pena utilizaran todo el ancho del campo y tratasen de ganar la línea de fondo. La intensa lluvia y las condiciones del césped de La Albericia no permitieron grandes alardes, pero sirvieron para recuperar los fundamentos sobre los que ha incidido este Racing desde el pasado mes de agosto.

El beneficiado, Quintana

Con la puesta en escena de nuevo del sistema 4-4-2, el gran beneficiado fue Caye Quintana, que volvió a encontrar acomodo en la delantera junto a Aquino. Ante el Caudal, el equipo atacará con dos puntas, de la misma manera que hizo durante las trece primeras jornadas de campeonato. En el caso de Aquino, la presencia de un compañero en el área le permite tener más movilidad, dejarse caer entre las líneas y abarcar más terreno, algo que facilita su nexo con el centro del campo. Al murciano aunque no lo reconozca oficialmente le va mejor este nuevo dibujo. Lo que el equipo también agradecería es que Quintana despegase ya y ofreciese lo que se espera de un futbolista con calidad en los metros finales.

En los ensayos del miércoles, Viadero también aprovechó para alternar a Josemi en el pivote y a Laro en las bandas; los canteranos son de las pocas alternativas que le quedarán en caso de sufrir contratiempos o si el partido lo requiriera. El frío no pudo con los aficionados incondicionales que siguieron a través de los cristales de la cafetería de las Instalaciones Nando Yosu las evoluciones de su equipo ni tampoco con Borja Granero, que ataviado con botas, gorro y la misma indumentaria que el resto de sus compañeros tan solo una ostensible cojera permitía descubrirle entre la plantilla. El valenciano, operado hace apenas tres semanas, prometió estar presente en los entrenamientos y ha cumplido sin excusas. No ha perdonado mientras ha podido y sigue ejerciendo de capitán hasta la última de sus circunstancias. Ahora le ha salido un nuevo trabajo: tratar de levantar el ánimo a César, que se enfrenta al mismo trance por el que su compañero ya ha pasado dos veces. Todo un experto en poner el contador a cero.

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