El barco del líder pasa revista en Ferrol

El barco cántabro pasa revista en el astillero de Ferrol. La dureza del casco; la flotabilidad de la nave; la potencia del motor... El Racing llega después de empatar contra el Albacete y de dar algún que otro síntoma de fatiga tras dos semanas con partido intersemanal y unas cuantas horas de viajes. Eso y que, cuando uno rueda solo, no tiene rebufo en el que cobijarse y va gastando más energía que los demás.

Por eso, A Malata testará la velocidad de crucero de un equipo cántabro que lleva seis de seis fuera de El Sardinero. Todo triunfos como visitante. Los de José Alberto buscan la séptima y lo harán ataviados de colores muy distintos a los habituales. Ni blanco ni verde. Envueltos en un lábaro. 'Arronti'.

Y también con alguna cara nueva en el once. Obligación manda. El esguince en la rodilla derecha de Arana ha dejado al míster sin su delantero de cabecera. Oportunidad para el aspirante. Karrikaburu tiene la ocasión de lograr algo de continuidad, que no le vendrá mal, de hacer las paces con el gol y de quitarse la ansiedad. Esta tarde, el navarro será el mascarón de proa.

La otra ya no novedad en el once será la repetición de Marco Sangalli en el lateral derecho. Michelin sigue fuera de la convocatoria después del duro golpe en la espalda que recibió en Cádiz, pero bueno, el vasco se encuentra en un momento dulce, segunda juventud. No hay problema. Absolutas garantías.

Cualquier otro cambio en la alineación será una sorpresa. Y José Alberto no es muy amigo de cambios porque sí. Ya se empieza a recitar de carrerilla. Pese a que en alguna zona, como el doble pivote, algún futbolista necesita algo de respiro -especialmente un Aldasoro omnipresente-. Sin embargo, la lesión de Íñigo Sainz-Maza y la bisoñez de Maguette Gueye ponen al de Beasain y a Vencedor en la tesitura de no coger ni un catarro.

El Racing buscará, como mínimo, mantener su renta en lo alto de la tabla. Los de atrás aprietan, aunque la irregularidad está bastante presente. La persecución al equipo cántabro es un poco como esos puestos de las ferias de Santiago, en el aparcamiento de los Campos de Sport, que simulan unas carreras de camellos. Arreones, alternativas, frenazos... Por eso, lo importante es el ritmo de los de José Alberto. Los demás, si pueden, que le sigan.

Enfrente, los de José Alberto se encontrarán con un tocayo en apuros. Que además llega, según se vea, con una semana más de descanso o menor ritmo competitivo, después de que se aplazara su partido contra el Eldense por las consecuencias de la DANA. Tras una notable temporada pasada, el Racing de Ferrol del exentrenador en La Albericia, Cristóbal Parralo, este curso le está costando arrancar más de la cuenta. Ahí anda, intentando sacar la cabeza de los puestos de descenso a Primera RFEF. En principio, el proyecto en A Malata aspira a algo más que a salvarse con sufrimiento, pero esta Segunda División es implacable.

Parralo achaca ese problema de rendimiento a que su equipo no es efectivo en el área rival. Es verdad. Los números no engañan y el cuadro gallego es, con apenas ocho tantos, el menos anotador de la categoría. A 0,66 tantos por encuentro. Y eso que cuenta en sus filas con futbolistas como Jáuregui, que ha marcado más de la mitad -cinco-, Manu Vallejo o Bebé.

La principal duda para el entrenaor cordobés es si echa al terreno de juego al recuperado Señé, o le parece precipitado y prefiere mantener la dupla formada por Álvaro Sanz y Manzanara en la medular. Además, Brais ya está disponible, después de siete jornadas de ausencia, y podría convertirse en el sustituto del serbio Puric en el centro de la zaga. La opción natural es la de Erick Cabaco, pero el zaguero uruguayo, recién reincoporado,aún no se ha estrenado esta temporada tras un año en el dique seco. Si no, la otra opción es la David Castro.

Son nombres. El Racing, el de Santander, tiene que demostrar su condición de líder como si fuese un barco rompehielo. Capaz de que nada ni nadie le detenga en lo más alto de la clasificación. Lo dice, insiste y repite José Alberto. Nosotros, nosotros y nosotros. Su equipo es el rival a batir, así pues, que se preocupen los demás.