Crespo, el mejor cuando más falta hacía

«Al final sabíamos que iba a ser un partido difícil, porque era un campo pequeño y su fútbol era muy difícil de contrarrestar», añadió. Y así fue. El Racing comenzó perdiendo. Le tocó sufrir para darle la vuelta. Empezó empatando la contienda y antes de irse al descanso, Crespo fue providencial. Sacó una pelota de la misma escuadra cuando en el campo se cantaba el gol. Su mano fue fundamental para que el Racing se mantuviese en el partido los primeros 45 minutos y tras el paso por el vestuario reorganizar el plan inicial. «Esto es fútbol -señalaba Crespo- y el rival también juega; el campo no estaba en las mejores condiciones y físicamente son mas fuertes que nosotros».

Y es que el Amorebieta conoce sus virtudes y al mismo tiempo sabía las debilidades de su oponente. Si siempre apuesta por un estilo directo, el pasado sábado tuvo que hacerlo en exceso para cortocircuitar la circulación de balón que los de Ania hacen mejor que nadie. Lo consiguió en la primera parte en la que «les salió un buen partido, nos cogían en las segundas jugadas y en las disputas nos ganaban porque en eso no somos ganadores».

Los dos equipos utilizaron las armas que les distinguen y, afortunadamente para el Racing, fueron más poderosas las de los cántabros. Aún así, Crespo quiso destacar la adaptación que durante toda la semana anunció su entrenador. Fue clave el mimetizarse en el irregular césped vizcaíno y no caer en la ansiedad. Pese a las cualidades de los jugadores verdiblancos supieron cambiar el registro y aprobar su asignatura pendiente: «Si falta lo que tú sabes hacer bien te toca defender más de la cuenta».

El portero cántabro, uno de los pocos jugadores que han disfrutado de todos los minutos en lo que va de temporada, dio la explicación del porqué le tocó trabajar más que otras tardes: «El rival sacaba centros y nos ganaba los remates de la estrategia y por eso sufríamos y tuve que intervenir algo mas».

La actuación del portero fue fundamental porque no sólo fue más numerosa sino que en dos ocasiones -una, la ya mencionada al filo del descanso- salvó al equipo de un gol cantado. La segunda fue un lanzamiento de Orozko -el mismo protagonista de la primera- a bocajarro en la segunda mitad.

A nadie le cogió por sorpresa nada de lo que ocurrió. Ni que el Amorebieta se adelantara ni tampoco que el Racing ganase. Por eso hay que «dar valor a la victoria, a los tres goles que hemos conseguido, incluso al final hemos tenido una más para meter el cuarto». Crespo reconoció que «es verdad que este año no se me está viendo mucho porque el equipo está a un nivel muy alto». Del mismo modo no es nada fácil estar desaparecido durante todo el partido y providencial cuando le toca. «Siempre intento estar concentrado y ayudar en lo que puedo. Si no es con paradas con ánimos y me ha tocado intervenir más que en otros partidos de este año».