De exámenes en octubre
El Racing recibe al Málaga con cierta sensación de examinarse, muchas incógnitas en su alineación y aún con la baja de Arana, que no entró en la lista
Aunque pueda sonar extraño, el partido de esta tarde ante el Málaga (Campos de Sport, 18.30 horas) tiene algo de examen de reválida. ... Para José Alberto López, que ya tiene un sector crítico consolidado. Para la defensa, que encaja a un ritmo frenético imposible de asumir para un equipo que aspire a estar entre los mejores, y mucho menos a ascender. Para Ezkieta, segundo portero más goleado de la categoría. Para Íñigo Vicente, que ya ha probado el banquillo y comprobado que además de sus trucos al mago se le pide algo más. Para Gema Igual, que si acude esta tarde al palco calibrará en primera persona la acogida del racinguismo a su negativa de autorizar, al menos a corto plazo, una reforma integral del estadio con ampliación incluida. Para Manolo Higuera y Sebastián Ceria, que deben seguir llenando el estadio y aguantar el tirón si un mal resultado vuelve algunos ojos al banco. Para demostrar que ese mal de altura que por momentos parece lastrar al equipo es algo superado, si es que realmente lo está. Y para terminar con una racha de tres partidos sin ganar que ha congelado el receloso entusiasmo que propició un póquer de victorias en las cuatro jornadas inaugurales.
Todo con un Racing que marcha cuarto. Bien; en su Liga, si se atiende a presupuestos, expectativas, límites salariales y plantilla. Pero hace ya tiempo que una masa social que aún recuerda el sabor de la Primera –y, quienes no, intuyen su aroma– exige mucho a los suyos. Los más clásicos, por supuesto. Y el aluvión, mucho más. Y el Racing solo suma un punto menos a estas alturas de la temporada pasada, cuando maravilló en una espectacular primera vuelta hasta el bache de diciembre.
Las frases
Racing
José Alberto López
«¿Tenemos que hacerlo mejor? Cien por cien. ¿Vamos a hacerlo mejor? Cien por cien»
Málaga
Sergio Pellicer
«Queremos volver a reencontrarnos con esa idea de juego, y más constante durante el transcurso del partido»
La reválida le llega a JAL casi pleno de efectivos. Le faltan Juan Carlos Arana, que aunque esta semana se ha reintegrado al fin al grupo tras su lesión estival no ha entrado aún en la convocatoria, y Peio Canales, aún inmerso con España en la disputa del Mundial sub 20 en Chile.
Quien ha regresado a la lista es Gustavo Puerta, ausente la semana pasada frente al Andorra como consecuencia de la lesión sufrida frente al Córdoba, que obligó a sustituirle en el primer tiempo. Es uno de los órdagos de Chema Aragón, defensor de su juego pese a la defensa y un futbolista de los que le gustan a un JAL que repite, eso sí, que el equipo está en rodaje por lo tarde que llegaron los refuerzos. Y el mediocentro colombiano lo hizo el último junto a Facu González.
El Málaga llega con una alineación probable muy marcada, aunque nunca libre de que su técnico haga cambios: la formada por Herrero; Víctor García, Montero, Murillo, Gabilondo; Lobete, Lorenzo, Juanpe Jiménez, Larrubia; Rafa Rodríguez y Chupe, con un 4-4-2 clásico sobre el césped.
Más complejo es pronosticar, si es que la malaguista es sencilla, la puesta en escena de un JAL abocado en lo que a la defensa se refiere a un prueba y error más propio de pretemporada ya en partidos oficiales. Muchas veces ha echado mano de sus dos centrales del verano, Manu Hernando y Javi Castro, pero poco a poco va dando entrada a dos jugadores que deben ser diferenciales, llegados a Santander sobre el cierre de mercado: Pablo Ramón, incorporado la última semana, y el citado Facu González, el último día. Como con los mediocentros. Puerta y el hoy ausente Peio Canales, mediapunta que ha actuado como 'seis' por exigencias del guion son dos futbolistas muy diferentes a Aritz Aldasoro, Maguette Gueye y un Íñigo Sainz-Maza titular en la primera jornada y después difuminado. Tanto como para que Sergio Martínez adelante en el escalafón al capitán.
Del centro del campo hacia arriba todo está más claro... En lo que a estilo y planteamiento se refiere, porque la titularidad se ha repartido. Andrés es intocable y Sangalli se aferra a la titularidad ejerciendo como comodín, pero incluso Vicente ha probado el banquillo y Jeremy ya es para el entrenador una alternativa sólida a Villalibre, a quien pese a sus cuatro goles (el canterano suma tres) ya ha sentado en un par de ocasiones. Y la de esta tarde es la octava jornada.
Si no aparece otra tarde de perros que evidencie las goteras de los Campos de Sport, tres años después todavía en licitación de su impermeabilizado, y las de un Racing que se desangra en defensa y al que le gusta que el balón ruede cómodo, los verdiblancos deben ser favoritos por potencial, localidad e incluso necesidad ante un Málaga que ni mucho ni poco; ni bien ni mal. Dos victorias, dos empates y tres derrotas en las siete primeras jornadas. Máxime cuando los malaguistas tienen las conocidas bajas de larga duración de Pastor y Luismi, a las que se unen las de Puga, Enrique, Moussa e Izan Merino, este último, como Canales, en Chile con la sub 20.
Por eso lo de reválida de un equipo que necesita terminar con la mala racha de resultados para no generar ruido ni resucitar precipitadamente viejos fantasmas. Ya puestos a pedir, lo óptimo sería una victoria dejando la portería a cero. No lo ha conseguido aún el Racing esta temporada y el promedio de dos goles en contra por partido empieza a pesar después de siete jornadas.
Siete ha marcado el Málaga en todo lo que va de curso, con Chupe y el canterano Rafa como máximos artilleros con dos, de modo que la exigencia resulta en este sentido mayor e infunde de paso un poco más de presión a los verdiblancos, que buscan reivindicarse ante los suyos.
Ante un Sardinero que esta vez no se llenará, pero que de nuevo presentará una gran entrada. Algo que le interesa especialmente a un Racing que aspira a demostrar que ese promedio de 20.000 espectadores por partido no son algo estacional o históricamente irrelevante para los casi 40 años de historia del feudo, sino que la ampliación del aforo es realmente necesaria sin el riesgo de convertir los Campos de Sport en uno de los estadios más grandes del mundo, de esos que nunca se llenan. Mojarse, si llueve como ayer, se mojarán muchos. Todos los de las localidades al descubierto y algunos de las cubiertas. Como se mojará un José Alberto impermeable a las críticas a su estilo, con el que no negocia, pero en el que cala cada vez más la certeza de que algo hay que hacer en defensa para frenar la sangría.
Lo mejor de todo es que, en plena precipitada reválida, si se producen las suficientes carambolas el Racing puede incluso terminar la jornada como líder pese al ruido de fondo. Claro que en caso de derrota corre el riesgo de que le evacuen de los puestos de fase de ascenso; así es la frenética clasificación de los premios meses del campeonato y así se las ven los de JAL para evitar el chaparrón. Manolo Preciado dijo aquello de que 'ni ahora somos el Beyern Leverkusen ni antes éramos 'la última mierda que cayó Pilatos' en una frase que era una reflexión o una queja a lo que es el fútbol. Pero el fútbol es así. También en Cantabria. También en el Racing. Y JAL –ya lo vivió antes– lo sabe my bien.
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