El goleador que no sonríe
Es difícil encontrar una foto en la Karim Yoda (Annemasse, 25 de octubre de 1988) sonría. Quizá lo haga por dentro. El caso ... es que el francés -de origen costamarfileño- a día de hoy es el tipo que más alegría está llevando a la afición del Racing. El domingo, en El Molinón, tras hacer el gol del empate ante el Sporting, arqueó los brazos, se dejó abrazar por sus compañeros y agradeció a Alá. Mientras los cerca de 2.000 seguidores cántabros desplazados celebraban, el artífice, como si nada -ya lo hizo por él el míster, desatado-. Horas después, colgó una foto en su cuenta de Instagram: «Seguimos...». Una de las primeras felicitaciones fue de un exracinguista: Mehdi Lacen.
El carácter introvertido de Yoda contrasta con su 'nick' en las redes sociales. 'S3xychocolat'. Alguno ya se lo quiere serigrafiar sobre el número 19 a la espalda. Lo cierto es que al racinguismo la llegada del galo está resultando atractiva y dulce a partes iguales. En Santander, Yoda ha recuperado su mejor nivel después de unas temporadas lastrado por una grave lesión de rodilla que le tuvo inactivo durante un año. Bueno, en realidad lo que ha conseguido en el Racing es alcanzar su versión ideal. Tras pasar por el Getafe, el Almería y el Reus, el francés se marchó al Karpaty ucraniano para buscar nuevas sensaciones. Allí jugó once partidos en los que anotó un gol. Pero siempre pensó en volver a España para estar lo más cerca posible de su 'petit prince'. Su hijo. El que sí consigue sacarle una sonrisa. Por eso la propuesta del Racing de regresar a LaLiga sedujo al francés. Aunque tuvo otras opciones, como la del Nástic de Tarragona, Chuti Molina y la Segunda División le convencieron.
Yoda no es la alegría de la huerta. Él se dedica a entrenar, jugar y, si es posible y como está haciendo en los Campos de Sport, ser importante. En Reus era habitual que no apareciese a desayunar junto al resto de sus compañeros. Pero en Santander ha caído de pie y hasta el míster, Iván Ania, se afana en tratar de sacarle una sonrisa. Hace unas semanas, el asturiano le echaba agua fría sobre las piernas mientras el futbolista estiraba tumbado sobre el césped el campo. Sabe que es clave en su equipo y quiere cuidarle.
Su mejor registro anotador son los cuatro goles en 18 partidos con el Getafe, en Primera
Porque además de hacer muchas cosas bien, a Yoda le ha dado ahora por ser goleador. Aunque, aparentemente, ver puerta no sea para él suficiente motivo de celebración. No importa, hace felices a los demás. Su mejor cifra anotadora data de su temporada de estreno en el Getafe, en la que marcó cuatro tantos en 18 partidos. Eso sí, en Primera División. Los mismos que lleva ya tras siete jornadas con la camiseta verdiblanca. Y no son cinco por el penalti fallado en Vallecas. Un tanto que le habría colocado entre los máximos goleadores actuales de la categoría, junto a Stuani, Sekou y Ortuño. Pero es que además, pese a ser un extremo zurdo -aunque juegue a pierna cambiada- potente y habilidoso con escaso acierto pasado en el área rival, sus goles ya le han reportado al Racing tres puntos -de los seis que lleva- en los empates frente a Sporting, Las Palmas y Almería, además del aportado en la goleada frente al Mirandés.
El difunto locutor Andrés Montes siempre decía que «todos los cracks sonríen igual». Quizá era porque no conocía a Yoda -Karim, no al maestro de la Guerra de las Galaxias-. Pedalea bicicletas, sienta rivales y marca goles, pero no sonríe. Quizá lo hace por dentro. Sin embargo, mientras siga llevando alegría a las gradas de los Campos de Sport, será porque 'S3xychocolat' está haciendo las cosas bien. «Seguimos...». Que así sea.
FE DE ERRORES:
El Diario publicó ayer repetido por error el perfil del jugador del Racing Nuha en lugar del correspondiente a Yoda. La información aparecía bajo este mismo título que sale hoy ya con el texto correcto.
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