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Mikel Martija observa con detenimiento un entrenamiento en La Albericia durante la temporada que acaba de finalizar. Daniel Pedriza

El legado de Martija

Arquitecto silencioso. En los tres años que ha ejercido como director deportivo del Racing deja tras de sí una plantilla con valor de mercado, un proyecto a largo plazo y una cultura de la estabilidad que se convirtió en el ancla del renacer verdiblanco

Leila Bensghaiyar

Santander

Sábado, 21 de junio 2025, 02:00

Tres años después de aterrizar en Santander con una maleta y un proyecto ambicioso, Mikel Martija cierra la puerta de su despacho en los Campos ... de Sport. Y lo ha hecho con la sobriedad que ha marcado su paso por el Racing. Tras de sí deja una estructura, una idea y una dirección deportiva sólida que se convirtió en el ancla del renacer verdiblanco. Martija llegó en 2022 y se mantuvo durante tres temporadas en un club que había convertido el cargo en una silla eléctrica: un año, dos y adiós. Su legado, sin embargo, va más allá de la longevidad en el despacho. Bajo su mando un Racing recién ascendido logró lo más complicado, estabilizarse. No hubo milagros, pero sí método, y no se firmaron estrellas, en su lugar se apostó por piezas útiles. Pero por encima de todo se gestó un proyecto con vocación de continuidad a largo plazo.

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