Mikel Martija se queda en el Racing

La reunión prevista entre el máximo responsable deportivo verdiblanco y la propiedad no se ha hecho esperar. Este viernes llegó Sebastián Ceria a Santander y el argentino, junto a Manolo Higuera, se sentó con Martija para escuchar la decisión definitiva del vasco. Y ha dado el 'sí, quiero'.

En unas declaraciones remitidas por la entidad racinguista, Martija afirmó estar «muy contento de seguir en el proyecto. Un proyecto que año tras año va a ir creciendo, pues el trabajo del día a día avala ese crecimiento. Estar contento en un sitio significa tener continuidad y quiero seguir en la línea que estamos, de trabajo colectivo, para que los resultados sigan siendo buenos».

Fue en la Junta de Accionistas de septiembre cuando comenzó la incertidumbre sobre la continuidad o no del director deportivo. «Mikel Martija va a estar en el Racing mientras él quiera. Es una persona de nuestra absoluta confianza. Trabajamos con una sintonía total. Tenemos fe ciega en que es la persona. La propuesta de renovación la tiene permanente», aseguró el presidente del Racing, Manolo Higuera.

A partir de ese «mientras él quiera», acabó trascendiendo que el de Lasarte estaba poniendo en la balanza su situación personal. Con mucho peso. Algo que va más allá del fútbol. El problema no era el dinero. Su mujer y su hija pequeña regresaron a Guipúzcoa, donde reside también su familia, y Martija se ha pasado lo que va de temporada para allá y para acá por la A-8. Cuatro horas de coche casi todos los días. Porque, aunque el club le ha puesto facilidades y parte de sus tareas permiten el teletrabajo, no entiende su cargo si no es sobre el terreno. Porque no sólo es fichar y negociar. También es estar, ver, acompañar, hablar cara a cara.

Sí que le ha pasado factura el desgaste del cargo en su primera experiencia como director deportivo, tras su paso por el Eibar como secretario técnico a las órdenes de Fran Garagarza. La primera vuelta de la temporada pasada, hasta la destitución de Guillermo Fernández Romo y la elección de José Alberto como sustituto, fue dura para él en lo profesional. Sin embargo, la contratación del asturiano, al que no conocía personalmente, fue un acierto y un punto de inflexión en la marcha del equipo. Y, cuando la pelotita entra, todos contentos. Y le dejó tocado también el encontrarse, con el cambio de propiedad el pasado verano, que el margen salarial no daba ni para mantener la plantilla existente. El trabajo de los nuevos dirigentes y la ampliación de capital permitieron devolver cierta normalidad a su parcela.

Llegado el mercado de invierno, su momento álgido, le tocó volver a ponerse bajo un foco que no le gusta. Discreto. «Todo esto me toca un poco, porque al final parece que cualquier cosa que decidas está pendiente de mí y es lo último que quiero. Yo os pido un poquito de tiempo. Después del mercado de invierno me comprometo a tomar una decisión y dar tiempo al club si es sí o es no», dijo Martija en la rueda de prensa de presentación de Roko Baturina. «No es grave, para nada. En estos cargos considero que tengo que disponer de una dedicación importante y al final mi situación personal con una niña pequeña con la que quiero estar también, con mi entorno, con mi mujer, mi familia… Son decisiones que no son para un mes, venga un rato aquí o una tarde... Son decisiones para tiempo. Los propietarios me lo ponen fácil, el club me deja espacio y tiempo… Quiero tomar una decisión responsable para el club», agregó.

Ha habido momentos en los que el club veía muy difícil convencer al director deportivo. Incluso se llegaron a plantear posibles escenarios en caso de marcha. El puesto no podía quedar vacante durante mucho tiempo. «Es una cuestión personal y lo vamos a respetar; no es una cuestión de dinero y hay que esperar», dijo Higuera en enero.

El optimismo fue creciendo en el club con respecto a la continuidad de Martija con el paso de las semanas. Ya el simple hecho de que el mercado de fichajes de enero finalizase y no hubiese noticias eran buenas noticias. En un foro de la Cadena Ser, el pasado 23 de febrero, Sebastián Ceria fue claro.«Mikel Martija tiene contrato hasta el 2025». «¿Y se va a cumplir?», interpeló el periodista. «Los contratos están para cumplirse». Una aseveración que, visto el talante del argentino, no destilaba ni mal rollo ni amenaza. «Cuando llegué, me enamoré del proyecto deportivo del Racing, porque es integral, profesional, a largo plazo, está dando resultados y se ve. Pero todavía tiene mucho por hacer. ¿Y quién lleva adelante ese proyecto? Mikel Martija. Es natural que si uno se enamora, si es accionista mayoritario, lo primero que diga es que quiere que se quede», agregó el copropietario verdiblanco.

La decisión no podía esperar más. De este fin de semana no pasaba. Cuando Sebastián Ceria estuviese en Santander, de cara al partido de mañana frente al Tenerife, había que reunirse y finiquitarlo todo. La renovación de Mario García hace unos días volvió a abrir las dudas en el entorno, después de que el club anunciase la operación con una foto del futbolista junto a Manolo Higuera. Desde el club quitaron dobleces al asunto. Mikel Martija había llevado la negociación y llegado al acuerdo.

En la mañana de este viernes, cuestionado sobre la continuidad o no del director deportivo, el entrenador, José Alberto, deseó que la respuesta fuese positiva y expresó «un agradecimiento total y absoluto»: «Mikel es la persona que confío en mí, con la que tengo una sintonía total. Aquí todo se hace en equipo. Desde Sebastián y Manolo. Y, evidentemente, me encantaría que siguiese, pero es una decisión que tiene que tomar él y la respetaré, como es lógico».

El asturiano y el vasco continuarán trabajando juntos. Si todo va bien, de momento, hasta el 30 de junio de 2026. Porque el entrenador ya amplió su contrato el pasado 22 de enero. Así que, tras convencer a Mikel Martija, Sebastián Ceria y Manolo Higuera han logrado las dos operaciones que más ansiaban de cara a un proyecto deportivo que quiere abandonar la inmediatez y la vorágine del fútbol actual.

La profesionalidad, seriedad, talante y los resultados obtenidos han llevado a los máximos accionistas a entender que Martija es una persona idónea para el cargo. Más aún después de muchos bandazos en la estructura y unos cuantos esperpentos al mando. Aunque fue una apuesta de los anteriores propietarios, cuando Ceria e Higuera aterrizaron dejaron claro que el vasco y José Alberto debían continuar. Y lo han conseguido. Se queda.