«Ahora es el momento»
El portero belga, titular en el último ascenso del Racing a Primera, cree que El Sardinero tiene que imponer a los jugadores rivales
Cuando las cosas marchan bien sobre el césped es difícil dejar mal recuerdo. La relación jugador-grada se enturbia cuando el balón no entra, que ... suele ir unido a que se cuela demasiado en tu propia portería. Cuando Erwin Lemmens (Amberes, 1976) defendió la meta del Racing el cuero vivió más tiempo en área rival que en la suya propia, pero además el belga fue capaz de ganarse el cariño de la afición gracias a un carisma que hizo menos traumática la transición de titular a suplente de un mito verdiblanco como José Ceballos.
Responsable de una academia de porteros e implicado en el mundo del pádel, Lemmens pasa unos días por trabajo en Estepona, una visita a España que no podrá prolongar hasta el día del Racing-Mirandés. «No puedo ir, tengo un asunto al que no puedo faltar», lamenta el guardameta. Eso sí, y aunque su español no es muy preciso para los españolismos, deja claro que desde fuera pondrá sus rezos al servicio del cuadro cántabro y que, además, en caso de que avancen a la final no se perderá el choque de El Sardinero.
Lo cierto es que el belga no deja pasar mucho tiempo entre visita y visita a Cantabria. La última, hace apenas tres meses. «Fui a llevar mi camiseta en el partido contra el Cádiz y siempre sigo cómo van. Ese día el partido fue complicado». Pese a la derrota racinguista, la impresión del meta fue buena, sobre todo por la comunión entre plantilla y afición. «La gente está muy volcada con el equipo, hasta ese día que iban perdiendo, hasta el último momento estuvieron apoyando». Lemmens va más allá, tira de nuevo de expresiones castizas y azuza al graderío a imponer respeto. «Hasta a mí se me pone la piel de gallina y digo 'vaya campo, qué guapo es'. En el play off el estadio tiene que estar a fuego, la gente tiene que sentir miedo cuando entre, desde que lleguen con el autobús».
Lemmens sabe bien de lo que habla, puesto que fue parte activa del último Racing que ascendió a Primera, aquel equipo que cogió Quique Setién en la octava jornada y que culminó el éxito tras ganar al Atlético Madrid con un gol de Moratón el 19 de mayo de 2002. «Fue al final, yo recuerdo que antes del partido teníamos a un chico que nos hacía tumbarnos en el vestuario y nos estimulaba, nos hacía creer, a mí me decía que iba a pararlo todo. Te crecías, en aquel momento abrías los ojos y salíamos al campo como leones», sonríe. «Esas charlas nos daban una fuerza increíble».
Han pasado 23 años de aquel día y, salvo con aquellos que trabajan en el entorno del club, el de Amberes indica que no tiene mucha relación con la plantilla del ascenso. «No hay muchos, cuando vengo suelo venir pocos días y tengo varios compromisos y estoy con la gente, pero nunca estoy mucho. Sí me gustaría estar con ellos para conectar con el antes».
Apegado a Santander y Cantabria, con respecto al partido ante el Mirandés cree que será complicado, ya que el cuadro cántabro «ha perdido dos veces ante ellos esta temporada», aunque reconoce que la fase de ascenso poco tiene que ver con la Liga. «Es otra cosa, diferente. No se puede comparar, ahora viene la presión, hay que tener decisión y se necesita tener algo de suerte». Una minicompetición intensa que para Lemmens, que además de por Racing pasó por Bereven, el Espanyol o el Olympiakos, es «como una final de Copa».
Y es que más allá de fundamentos tácticos o técnicos, para el belga la semifinal ante el Mirandés va a ser cuestión de unión. «Ahora tienes que juntarte, el Racing está preparado para luchar por subir, pero los otros equipos piensan lo mismo», aclara, antes de hacer un llamamiento. «Ahora es el momento, con el apoyo de la afición, de creer y de ascender. Tiene un buen equipo, tiene fuerza».
Fiel defensor de la colectividad por encima de las individualidades («para mí el púbico no es el jugador número 12, sino el 26, porque toda la plantilla es importante»), dentro de las virtudes de este Racing el de Amberes destaca, sobre todo, el juego grupal. «Me gusta como equipo, ahora no hay que buscar un jugador que marque la diferencia, ahora no cuentan las individualidades. Nosotros también teníamos jugadores que estaban un punto por encima de la plantilla, pero nuestra fuerza fue el vestuario».
Lemmens sí se detiene en su puesto en el campo, en la portería, donde alaba a Jokin Ezkieta. «A nivel global es un buen portero, es un jugador importante para el equipo». Eso sí, su deseo es que en los play off pase desapercibido. «Sí es el decisivo, bien, pero no me gustaría que lo fuera, porque eso significa que el otro equipo está dominando el juego. El portero no tiene que tocar ninguna pelota».
Preparador de porteros de la selección belga durante doce años junto a Roberto Martínez, el cancerbero no ve favoritos para el ascenso. «Es complicado decir quién es el favorito, lo primero es el Mirandés. Has perdido dos veces ante ellos, moralmente tienes que pasar ese trance, a los jugadores siempre se les quedan las derrotas, las victorias se olvidan más fácil».
Lemmens quiere a Santander y el racinguismo no olvida a un portero que, en apenas cuatro temporadas, dejó una profunda huella en El Sardinero.
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