El Racing aún no ha prorrogado los contratos de toda la plantilla

Desde que comenzaron los entrenamientos el pasado 11 de mayo, una de las prioridades ha sido la de prorrogar la relación contractual de todos los jugadores para poder competir estas once jornadas que quedan hasta poner fin a la temporada. El Racing no se ha encontrado ningún impedimento, más que la propia casuística de cada futbolista. Si bien con todos aquellos que quedaban libres no ha habido ningún problema: Iván Crespo, Aitor Buñuel, Iñaki Olaortua, Nando García, David Barral y David Rodríguez. Con todos ellos ya se ha cerrado un acuerdo para extender el contrato hasta el 27 de julio, fecha de finalización de la temporada.

Con los que sí se ha demorado más de lo esperado, aunque como bien aseguran desde el club «es una situación que le ocurre a todos los equipos», es con los jugadores cedidos. Algunos de ellos, caso de Dani Toribio, David Carmona, Moi Delgado o Ari Nkaka, todo ha sido muy sencillo. Tanto el futbolista como el club de origen han dado el sí a las primeras de cambio. Ahora bien, los casos de Papu, Borja Galán, Enzo Lombardo, Manu Hernando y Luca Zidane han necesitado una negociación más extensa. Los jugadores han mostrado su predisposición total a terminar la competición vestidos de verdiblanco, pero los clubes han buscado garantizar la seguridad ante un eventual inicidente.

Desde El Sardinero son optimistas, pero aún falta estampar en un acuerdo con el Mallorca, Real Madrid, Zaragoza y Deportivo lo que ya está negociado. Es más, dada la problemática existente, todo indica que entre todos los clubes lograrán finalmente establecer un acuerdo colectivo marco para todos los casos. De todos ellos, el único de los jugadores que puede estar en una situación distinta al resto es Luca Zidane, a quien el Real Madrid le ha comunicado que no va a renovarle y el portero puede haber optado por buscarse el futuro por su cuenta. No existe ninguna obligación por parte del futbolista de comunicárselo al Racing, aunque si se hubiese comprometido con un club europeo -no español- la prórroga de su contrato debería regirse por la legislación dictada por la FIFA, que tampoco sería un impedimento, pero sí merecería una negociación diferente.