Este Racing de José Alberto sigue ilusionando. No sé qué pasará al final con esa ilusión que nos persigue, pero ahí está el equipo, dispuesto ... a levantar cabeza cuando se cae, una y otra vez, con la constante de amenazar récords de otros tiempos, como el que le señala como máximo goleador en las primeras once jornadas. Pero este Racing de talento atacante y goleador tiene un muro casi insalvable: el de la temporada 49-50, el de los verdaderos récords.
El equipo que dirige José Alberto ha anotado en los primeros once partidos de Liga 27 goles. Un número ciertamente elogiable, añadiendo que los tres máximos goleadores de la categoría son racinguistas: Jeremy con siete y Andrés y Villalibre con seis, pero el Racing de la temporada 49-50 destrozó todas las marcas. Además de ganar los once primeros partidos de Liga (cayó en Soria contra el Numancia en la 14ª jornada), marcó 38 tantos en sus once primeros encuentros, once más que los de José Alberto. Y si quieren tomar nota Jeremy, Andrés y Villalibre, que sepan que en aquel legendario equipo el húngaro Nemes había marcado once en esas once jornadas, seguido por Joseíto con ocho y Echeveste con seis.
El Jeremy de aquellos tiempos se llamaba George Nemes Nenleid y nació en Budapest en 1919. Jugó en el MTK demostrando ser un extremo derecho rápido, habilidoso y goleador con 17 años, hasta que el horror de la invasión nazi se cruzó en su camino. Vivió momentos horribles en los campos de concentración alemanes y rusos y al terminar la guerra se instaló en Francia, donde vivía su hermana. Allí fichó por el Stade Français y jugó cedido en el Sete (1946-48) y el Girondins (1948-49), con el que consiguió subir a Primera proclamándose máximo goleador. Conoció entonces al representante Luis Guijarro, que le animaría a jugar en España, y más concretamente en Santander, en un equipo que se estaba reforzando en un gran proyecto liderado por su presidente, Manuel San Martín.
Debutó con el Racing en el primer partido de la temporada 49-50, el 4 de septiembre, cuando el equipo cántabro presentó la alineación formada por Ortega, Lorín, Amorebieta, Ruiz, Herrero, Felipe, Nemes, Cánovas, Mariano, Herrera y Echeveste. Nemes fue autor de uno de los dos goles que derrotaron al Ferrol en una tarde donde un tornado se llevó parte de la cubierta de la grada norte de los Campos de Sport. Sin embargo, el verdadero tornado de aquella temporada fue el propio Racing. Nemes, junto con el talento de Rafael Alsúa, sería una de las piezas básicas de aquel ascenso tan impactante gracias a su rapidez, habilidad, potencia de disparo y capacidad goleadora. El Real Madrid no desaprovechó la ocasión para ficharle para la siguiente temporada, aunque una lesión le tendría apartado varios meses y acabó sus días como profesional en el Hércules (1951-52).
El otro goleador para representar a Andrés Martín fue el zamorano José Iglesias Fernández (Joseíto) que, tras jugar en el Atlético Zamora, Real Valladolid y Unión Deportiva Salamanca, llegó al Racing en 1948, aunque tardó un año en jugar por culpa del servicio militar. Jugaba como interior y tras el ascenso debutó en la siguiente temporada con el Racing en Primera. En 1951 le fichó el Real Madrid donde se mantuvo hasta 1959 participando en los grandes triunfos del equipo madridista, entre ellos cuatro títulos de Liga y las cuatro primeras Copas de Europa. Luego jugaría en el Levante (59-60) y Rayo Vallecano (60-61).
Finalmente, el otro goleador, también vasco como Villalibre, fue Luis Echeveste Ascasíbar, natural de Errentería. Extremo izquierdo, llegó al Racing en 1949 procedente del Tolosa y convenció a todos en un partido de prueba que se organizó contra el conjunto inglés del Fulham. para homenajear al exjugador y técnico racinguista Paco Hernández. Se mantuvo en el club hasta 1952, colaborando en el ascenso a Primera y debutando con los cántabros en la máxima categoría. Su marcha fue a cambio de la vuelta de Rafael Alsúa, su gran amigo, que entonces se había ido a la Real Sociedad, club en el que Echeveste jugaría entre 1952 y 1958, colgando las botas en el Real Unión de Irún en 1959.
Aquel Racing de la 49-50 acabó marcando 119 goles entre Liga y fase de ascenso. Con los partidos de Copa habría que añadir 15 más. Al final de la temporada fue Joseíto el que se impuso como el más eficaz rematador con 26 goles (más seis en Copa), seguido por Nemes con 20 (y uno en Copa) y Echeveste con otros 20 (y otro en Copa). A ver cómo se supera eso. Ya sé que cualquier comparación es odiosa, pero si sirve para alcanzar la mejora, como los atletas de fondo persiguen a las liebres que marcan el ritmo, bienvenidos sean los récords racinguistas.
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