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Pendientes de evocar los últimos ascensos a Primera del Racing, yo me quedo con el que aún entonan los trovadores de la Gradona de los ... Malditos como cantigas medievales: el ascenso del 93. Fue el ascenso que salvó al equipo de los infiernos para iniciar una nueva etapa dorada, y entre sus hombres había un jugador eléctrico, derrochador de esfuerzo y con buen disparo que se deslizaba por la banda izquierda. Era el rumano Marcel Sabou, refugiado del régimen dictatorial de Nicolae Ceaucescu que llegó al Racing de la mano del entrenador Felines.

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eldiariomontanes Aquel legendario ascenso