El regreso del capitán
Ya superada su lesión, Íñigo Sainz-Maza abrirá la pretemporada en igualdad de condiciones con sus compañeros tras casi un año en blanco
El lunes, cuando el Racing regrese al trabajo a La Albericia, lo hará con Íñigo Sainz-Maza listo para comenzar a trabajar con el grupo ... e iniciar al ritmo de sus compañeros, el del final de las vacaciones, la nueva temporada. Ya a finales de la primavera el de Ampuero, ya recuperado de su rotura de ligamento cruzado, había comenzado a entrenarse con sus compañeros, pero su regreso estaba aún lejos. Además de los meses de parón y la consiguiente necesidad de recuperar tono y ritmo competitivo, la lesión estaba reciente y trabajaba con el grupo solo en algunas fases, evitando las de contacto. Por ejemplo, los partidillos. De hecho, viajó con el equipo en el último desplazamiento, el de la fase de ascenso ante el Mirandés en Anduva, pero el objetivo de José Alberto era hacer grupo y que el capitán se sintiera integrado. Devolverle las sensaciones. De hecho, no entró en la convocatoria oficial que se midió a los jabatos en Miranda de Ebro. Era solo, y nada menos, parte del proceso de recuperación y regreso.
Ahora la situación es otra. Un mes después, ya más recuperado aún y tras el parón de las vacaciones, regresará en las mismas condiciones que sus compañeros para hacer lo más recomendable en este caso: una pretemporada en la que ganar progresivamente forma y ritmo de competición, ya libre del lastre de la lesión, para disputar la titularidad. De hecho, desde que ascendió al primer equipo siempre ha disfrutado de muchos minutos, y la lesión del curso pasado llegó justo en el momento en el que, tras comenzar en el banquillo, empezaba a disfrutar de un puesto entre los elegidos y parecía en plena progresión pese al gran arranque de sus más directos competidores en el puesto.
Lo hará además, salvo novedades en los próximos tres días, como uno de los tres únicos mediocentros disponibles en la primera plantilla. Aunque trabaja para cerrar alguna incorporación antes del lunes, el Racing no ha efectuado aún ningún fichaje, con lo que en estos momentos los únicos tres ejes disponibles son Artiz Aldasoro, Maguette Gueye y el propio Íñigo Sainz-Maza. Por el momento, y aunque llegará al menos un futbolista para reforzar la demarcación, Unai Vencedor y Alberto Meseguer no tienen sustitutos, más allá de los canteranos que trabajen durante las primeras semanas a las órdenes de JAL, y el papel del capitán es, en estas circunstancias, incluso más importante.
Poso
El canterano ya es, a sus 27 años casi recién cumplidos, el futbolista con mayor trayectoria en el primer equipo, después de que el ascenso de hace tres temporadas y el progresivo crecimiento deportivo y en objetivos haya alumbrado un nuevo bloque en el que es, tras las salidas de Pol Moreno y Miquel Parera, y es uno de los dos últimos supervivientes del Racing que en 2022 se proclamó campeón de Primera RFEF.
Tras un fugaz debut en la temporada 18-19, entonces en la extinta Segunda B, y una campaña siguiente en la que, con el Racing en la categoría de plata, entrenó en ocasiones con el primer equipo, pero jugó con el filial, Íñigo Sainz-Maza dio el salto definitivo a la primera plantilla en 2020, en una temporada postpandémica en la que el club dio la alternativa a muchos canteranos. Fue uno de los escasos aciertos de aquella campaña, en la que los vaivenes deportivos y la errática política de José María Amorrortu, que llevó a la destitución de Javi Rozada después de siete jornadas para imponer en el banquillo a Aritz Solabarrieta, hicieron sufrir mucho a la plantilla y el entorno.
Muy distinto fue el siguiente curso, en el que ya con el de Ampuero consolidado como mediocentro (también jugó como lateral derecho) y con Guillermo Fernández Romo en el banquillo el Racing no solo ascendió, sino que se proclamó campeón de la entonces recién creada Primera RFEF. Lo hizo, además, formando parte del once tipo y con un gran protagonismo durante toda la campaña: 35 partidos disputados durante la competición regular, 34 de ellos como titular.
El salto de categoría no afectó a su estatus en el equipo. Al contrario, se consolidó como titular y creció como futbolista. Tuvo un gran protagonismo en sus dos primeras temporadas en Segunda División, siempre cimentado en su gran regularidad, y comenzó el curso pasado disfrutando de minutos, aunque no de inicio. Durante el gran arranque de competición del Racing, José Alberto confió en una pareja de mediocentros formada por Aldasoro y Vencedor. El de Ampuero era su recambio habitual, saliendo siempre como refresco en el segundo tiempo. De hecho, en las diez primeras jornadas se perdió un solo compromiso, aunque no figurara en el once de partida.
La lesión
Precisamente en el primer partido de la temporada en el que era titular, en la undécima jornada frente al Córdoba, sufrió su grave lesión: rotura de ligamento cruzado e interno. Era 23 de noviembre, el diagnóstico se confirmó pocos días después y le hizo perderse, como ya se preveía desde un primer momento, toda la temporada.
Tras la operación y su larga convalecencia, volvió a pisar el césped ya en la recta final de la competición regular para comenzar a trabajar progresivamente con sus compañeros, pero sin tiempo para que la recuperación fuera completa, tanto a nivel competitivo como para no poner en riesgo su articulación. De ahí que haya tenido que esperar al inicio del nuevo curso para estar de nuevo en condiciones para disputar un puesto en el once titular. José Alberto cuenta con él y comenzará el trabajo como uno de la plantilla en lo que a lo deportivo se refiere. En cuanto a las dinámicas de grupo, su presencia es más importante al tratarse de uno de los capitanes.
La renovación
La prueba de la confianza del cuerpo técnico y del club, que entonces contaba aún con Mikel Martija como director deportivo, fue que en diciembre le incluyó apenas mes y medio después de su lesión en su política de contratos de larga duración. Su vinculación concluía el 30 de junio de 2026, con lo que la prórroga de su contrato no era en absoluto una urgencia, pero en la línea de lo que se ha hecho con otros futbolistas con peso específico en el equipo, se optó por una ampliación destinada a consolidar el bloque. De paso, se enviaba un mensaje claro, por la vía de los hechos, de apoyo al jugador ante una de las lesiones más graves que puede sufrir un deportista: pese al percance, el club dejaba claro que contaba con él y le iba a arropar durante su recuperación.
A lo largo de su trayectoria en el Racing, Íñigo atesora ya dos ascensos a Segunda División (aunque en el primero era aún futbolista del Rayo Cantabria y su participación fue testimonial) y un campeonato de Primera RFEF. Ahora, en plena madurez futbolística y con su lesión ya superada, afronta un nuevo reto como verdiblanco: recuperar su lugar en un equipo en el que la exigencia será mucho mayor. Nada menos que el ascenso a Primera División o, al menos, competir durante toda la temporada para conseguirlo. Pero si algo ha demostrado el capitán hasta ahora es que, más allá de los iniciales, al final siempre termina disfrutando de muchos minutos.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión