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Pues no va a ser tan fácil
El Racing cae ante el Levante y la Ponferradina puede apretar este domingo aún más la zona baja
Que conste que en el vestuario verdiblanco nadie ha vendido la moto de que esto estaba hecho. Todo lo contrario. Lo que pasa es que ... el racinguismo tiene tantas ganas de dejar de sufrir, de tener la patata a pulsaciones normales, que con siete puntos de renta y la diferencia de goles a favor hace un par de jornadas con la Ponferradina era complicado no dejarse arrastrar, aunque fuese un poquito, por la ola. Sirva la derrota de este sábado frente al Levante como advertencia. Como puesta obligada de los pies en el suelo. El Racing reaccionó tarde y, con el lastre de un penalti fallado por Pombo, luego no fue capaz de llegar a buen puerto a contracorriente. El tema se puede apretar este domingo si el equipo berciano es capaz de doblegar al Mirandés en casa. Los verdiblancos no han hecho los deberes. Ahora la pelota está en el tejado de El Toralín.
El lesionado Jordi Mboula apareció hoy por los Campos de Sport con un sombrero de cowboy verde al cuello. El Racing ha perdido por un buen rato a su ganador de duelos. Al futbolista más certero al oeste de la Segunda Playa de El Sardinero. Para suplirle, José Alberto apostó por la opción más valiente: Yeray. El canterano ganó la carrera a Marco Sangalli y Unai Medina por el extremo diestro en el once. Y aprovechó sus minutos. Una alineación a la que regresó Íñigo Sainz-Maza en el doble pivote, para fastidio de Juergen Elitim. Lo demás, pues ya deberían sabérselo de memoria.
El vestuario verdiblanco, incluido el míster, se pasó la semana diciendo que en Lugo faltó finura. Y se ve que para esta vez tampoco la encontró. Más imprecisos que nunca. Quizá con la confianza tocada por los últimos errores graves. Sólo hizo falta ver a Rubén Alves mandar a saque de banda una pelota ganada que en cualquier otro momento habría jugado con autoridad.
Con el Levante más dominador y el Racing con dificultades para sacar el balón jugado de su campo, el choque arrancó caliente. Tal vez por reminiscencias del bronco partido de ida. Faltas, golpes, coditos, plantillas... De todo, menos cariño. El árbitro tenía trabajo. Minuto 13, Rubén Alves se llevó una tarjeta por cortar la contra de la contra. No estará en Burgos. Y en ese balón parado, Joni Montiel marcó un golazo de falta directa.
La reacción verdiblanca fue buena. Rabiosa. Pero los de José Alberto iban a necesitar algo más, porque ellos debían hacer grandes esfuerzos para llegar al área de Cárdenas y los valencianos, con poquito, generaban peligro. Musonda Jr. remató fuera un centro al primer palo. La réplica local llegó, acto seguido, con un robo en la presión de Íñigo Vicente y un buen pase del vasco a Baturina. El disparo del croata se marchó demasiado cruzado.
Racing
Parera, Dani Fernández, Saúl García, Germán Sánchez, Rubén Alves, Aldasoro (Juergen Elitim, min. 59), Íñigo Sainz-Maza (Sekou Gassama, min. 82), Yeray (Matheus Aiás, min. 82), Pombo (Marco Sangalli, min. 71), Íñigo Vicente y Baturina (Cedric, min. 71).
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Levante
Cárdenas, Rober Pier, Pepelu, Soldado (Wesley, min. 79), Iborra Postigo (Son, min. 28), Álex Muñoz, Joni Montiel (Rober Ibáñez, min. 62), Musonda Jr. (Campaña, min. 62), Bouldini (Cantero, min. 79) y Marc Pubill.
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Equipo arbitral: Hernández Maeso, del Comité Extremeño, asistido en las bandas por Romano García (Asturiano) y González Narváez (Extremeño). Cuarto: Ruiz Álvarez (Asturiano); VAR:Sagués Oscoz (Vasco) y Busquets Ferrer (Balear)
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Goles: 0-1, min. 14: Joni Montiel
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Amonestaciones: Amarilla a los locales Íñigo Sainz-Maza, Germán Sánchez y Rubén Alves y a los visitantes Musonda Jr. y Cantero.
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Incidencias: Campos de Sport de El Sardinero. Césped en buen estado, en una tarde soleada y con ligero viento. Se guardó un minuto de silencio en memoria del que fuera presidente interino del Racing Luis Anselmo Sainz. 11.957 espectadores
Entre lesiones de verdad y otras fingidas, el Levante le arañó casi cinco minutos al reloj. Así, el Racing era incapaz de imponer su ritmo y lo único que crecía por momentos era la ofuscación con el colegiado. Tuvo que ser el más bisoño el que le echase sabiduría al caldo. Yeray inició una buena acción de ataque que terminó con un balón suelto en el área granota. El de Isla fue al rechace. Un metro antes de llegar, ya estaba preparando el cuerpo para ser atropellado por el zaguero. Todo muy guay... Pero Pombo falló el lanzamiento. A un lado, pero flojo y a media altura. No muy difícil para Cárdenas. Dos futbolistas del Levante entraron en el área antes del disparo, pero el árbitro y el VAR obviaron la situación. Sigan.
Pese al nuevo disgusto, el Racing mantuvo las ganas de redimirse. Se hizo con el control del juego y continuó apretando. Un disparo al palo largo de Íñigo Vicente le creó unos cuantos problemas al meta visitante, que bastante tuvo con quitárselo de encima. Pero no hubo mucho más hasta el descanso.
Tras un pequeño arreón levantinista a la salida del vestuario, Yeray lo intentó con un lanzamiento de falta desde prácticamente el mismo punto desde el que marcó Joni Montiel en la primera mitad. Pero al chaval el tiro le salió centrado y fácil.
Los derroteros iban a ser similares a lo anterior. Los locales mandaban y se afanaban en los infructuosos intentos. Los visitantes, aguardaban, arañaban tiempo manejando el otro fútbol y, cuando surgía, asustaban. Una punterita de Marc Pubill mandó el balón fuera, llorando junto al palo derecho de la meta de Parera.
El balón quedó en un segundo plano cuando no habían pasado ni diez minutos del segundo tiempo. En La Gradona pidieron la presencia de los sanitarios y los médicos de ambos clubes se acercaron, aunque el juego continuó con la Preferencia Norte en silencio, hasta que los aplausos posteriores anunciaron que la angustia había pasado y la persona afectada fue retirada en camilla y trasladada en ambulancia al hospital.
José Alberto llamó a Juergen Elitim, que sustituyó a Aldasoro. Con la entrada del colombiano, el Racing aumentó las apreturas al área visitante, aunque el rédito, similar. Fue algo efervescente. El equipo pedía algún cambio urgente. El problema era, ¿cuál? José Alberto y su segundo, Pablo Álvarez, departían en el área técnica en busca de algo de iluminación. Al final, se decantaron por Marco Sangalli y por un Cedric que en ese momento ni siquiera estaba calentando. Los sustituidos, Baturina y Pombo. Mientras, un cabezazo de Campaña pegó en Dani Fernández antes de marcharse al lateral de la red verdiblanca.
El efecto Cedric
La entrada del delantero hispano-nigeriano tuvo un efecto anímico inmediato. El 'Cedric is on fire' es como tocar a rebato. El nueve la tuvo nada más pisar el 'prao'. Una buena acción de Íñigo Vicente con asistencia del vasco dejó al ariete, forzado, ante Cárdenas, que tapó bien el intento de remate. Cedric se dio la vuelta hacia la grada sur y azuzó con los brazos al personal. Los Campos de Sport rugieron. Con el Racing volcado y el Levante, por primera vez, acongojado, Marco Sangalli sacó un duro disparo que repelió Cárdenas. Vamos.
¿Para qué quiere el Racing cuatro delanteros?, se lleva preguntando el racinguismo desde el mes de enero. Pues para poner a tres en juego cuando la cosa esté chunga, debió pensar José Alberto. All in. El asturiano retiró a Íñigo Sainz-Maza y Yeray para dar entrada a Sekou Gassama y Matheus Aiás, en una suerte de 4-4-2 de emergencia desesperada, con el brasileño pegado a la banda izquierda. Un cabezazo complicado de Cedric se marchó por encima del travesaño. Y otro, flojo, de Dani Fernández, lo embolsó Cárdenas sin problemas. El propio lateral madrileño sacó una volea tras ganar la espalda a Son y el portero mandó a córner para evitar el empate.
El Racing apuró sus opciones. Y volvió a verse en el punto de una semana antes en Lugo. Con una acción a balón parado en el tiempo añadido. Esta vez una falta lateral. Con Miquel Parera de nuevo al remate. Pero esta vez no hubo fortuna. Los verdiblancos no fueron capaces de sacar nada potable y la acción fue el preludio de la derrota definitiva.
Ahí va un spoiler. Mañana, domingo, a eso de las 16.15 horas, habrá una pila de racinguistas pendientes de un Ponferradina-Mirandés. Así está el tema. «Dicen que estamos locos de la cabeza...», reza una de las canciones de La Gradona. Pues va a ser que es verdad. Ojalá pasadas las seis, esos mismos y unos cuantos más, estén celebrando como si hubiese ganado su equipo.
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