La tribuna de gol
Así vivieron el partido Juan Calzada, Míchel Zimmerman, Bernardo Colsa y Borja Cavia
Juan Calzada
Todo un partidazo
Definitivamente, el Racing se ha postulado para ser líder merecido. Luchó contra un resultado adverso que había logrado un muy buen equipo; un Deportivo ... que en los primeros minutos controló y marcó un buen gol. Pero acto seguido llegó un enorme partido, superando al adversario, mereciendo más goles y sabiendo sufrir lo que fuera necesario en la recta final. Si esta vez la clave fue el bloque, no podemos dejar pasar tampoco individualidades como Jokin Ezkieta, que salvó el resultado con varias intervenciones de mérito. Aparecieron todos y todos aportaron. Muy bien en bloque bajo, como necesitábamos. Destaco como momento clave del partido el tanto del empate antes del descanso. Contra un Dépor que pide sitio en la cumbre de Segunda, el Racing ha sido un equipo muy completo; un líder –provisional– y sólido. Así, el objetivo es posible.
Míchel Zimmerman
Lo importante era ganar y se ganó
Cuando se miden dos grandes, lo que vale es ganar. Se comprobó en un partido que comenzó con mucho respeto entre ambos y una acción que ya hemos visto muchas veces. Concedemos superioridad por la banda con la mala fortuna que termina en gol y nos encontramos en inferioridad. Después, tras –siguiendo de nuevo el guion de la temporada, bastantes minutos repitiendo rondos sin demasiado sentido– se comenzó a empujar al Dépor para conseguir el tanto del empate. Y para terminar, un segundo tiempo de gran empuje en el que una gran combinación permitió al Racing colocarse por delante. Después, de nuevo como siempre, festival de cambios sin sentido y unos últimos minutos en los que gracias a un gran Jokin Ezkieta no regresaron los fantasmas de otras veces. Se ganó, que era lo importante y seguimos manteniéndonos en la zona alta, pero sin sacar el rendimiento que puede dar esta plantilla.
Bernardo Colsa
Jeremny Arévalo
Partidazo; sin miramientos y con mensaje. El Racing necesitaba autoestima, los rivales debían notar el golpe en la mesa y la afición, un chute de moral. Todo eso ocurrió. Pero hoy no hablaré del partido; de eso ya se encargan mis compañeros de columna y la crónica periodística. Hoy quiero hablar de Jeremy. El cachonero está desatado. Su irrupción ha sido tan inesperada como espectacular. Seis chicharros lleva ya, dejando cada domingo una sensación brutal. Un joven de la cantera con mucha y muy buena competencia está demostrando potencia, descaro y nivel de jugador grande. Ayer, y cada vez sorprende menos, volvió a lucirse: participó decisivamente en el primer tanto y firmó un golazo, el de la victoria, al finalizar una jugada colectiva preciosa. Seis tantos y la impresión de que aquí hay futbolista, y de los buenos. Un pepino de jugador en ciernes. ¡A seguir!
Borja Cavia
El efecto Canales
El Racing se tomó ayer el partido como una política de hechos consumados. Los jugadores sabían que, al menos, un gol iban a recibir, como es ya parte del guion casi de cualquier compromiso. Como fue el primero del partido, el estímulo de la remontada llegó pronto, sin necesidad de precipitarse en los últimos minutos. Es conocida la historia que envuelve el juego del Racing: todo pasa por Íñigo Vicente y Andrés. Mediocentro en el inicio y con la selección en las últimas semanas, Peio Canales pidió sitio en esa sociedad como mediapunta; como canalizador de todos los eventos ofensivos. 'Aquí estoy, quiero ser vuestro socio' les pareció decir el de Barrika. Y la fórmula funcionó, no exclusivamente por el brillo de Canales, sino porque tres juegan mejor que dos, sobre todo si por delante hay un delantero que las mete. Y el Racing lo tiene. Jeremy, se llama.
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