

Un viaje largo, un golazo y mil recuerdos
Los suecos que cruzaron Europa para ver al Racing vuelven a Gotemburgo con un punto y una travesía que les ha regalado vivencias irrepetibles
La Tasca, el local de hostelería que está ubicado en los Campos de Sport, estaba a rebosar. Lleno hasta los topes. Lo normal en un ... día de partido. Bullicio, racinguistas hasta donde abarca la vista, cánticos verdiblancos y mucho ambientillo. Una previa como Dios manda. Justo lo que José Raimundo López (Gotemburgo, 1965) quería que disfrutasen su hijo Nicolás y sus amigos Hampus Lindblom y Affe Pearson. Algunas de las cervezas que se echaron este domingo al coleto les salieron gratis. Corrieron bien a cuenta de la casa, o bien a cuenta de otros aficionados. «Nos han invitado porque nos han reconocido. Estoy flipando», decía José. La gente quería convidar a los cuatro intrépidos que se habían cruzado Europa en coche para ver este domingo al Racing.
Después de refrescarse el gaznate tocaba el recibimiento al equipo. A eso de las 12.20 horas el autobús verdiblanco asomaba en el horizonte y los cuatro viajeros lo disfrutaron a lo grande. Bufandas en alto, cánticos y un buen puñado de buenos recuerdos que echar a la mochila de regreso a Suecia. «Un ambiente increíble. La afición arropando al equipo como siempre», contaba José. Eso fuera, porque una vez dentro del campo la experiencia se multiplicó por mil. «Fue espectacular. Notamos que el Racing salió enchufadísimo y creando ocasiones. Una pena que el VAR no entró a revisar por lo menos un par de veces. Viéndolo de cerca nos pareció que hubo claros penaltis en la primera parte», comentaba José.
Pero el momento cumbre fue el del gol de Mario García. Cuando al cántabro le cayó un rechace y se sacó un impresionante zurdazo con efecto que sorprendió a Aarón para poner el 1-1. «El Racing dominó el partido desde el pitido inicial hasta el final. El tanto que significó el empate fue un golazo y una alegría difícil de explicar. Lo celebramos con muchas ganas», recordaba José, mientras el resto del grupo asentía con fruición.
«Nos vamos muy contentos del trabajo del equipo. Han hecho todo lo posible», decía Nicolás. «Siempre creímos que iban a remontar, lo han hecho muchas veces. Pero no pudo ser. El fútbol es así. No siempre gana el que se lo merece, porque hoy mereció ganar el Racing». Esto último lo firma cualquier racinguista. Pero el caso es que después de recorrer 2.500 kilómetros, lograr entradas para el partido gracias a la solidaridad verdiblanca e incluso conocer a José Alberto, regresar con un punto a Suecia no es un mal botín para un viaje que seguramente no olvidarán.
El viaje de vuelta
El grupo se había hecho unas camisetas personalizadas para la ocasión. 'Caballas en El Sardinero. On tour' se podía leer alrededor de un círculo que contenía el ribete del antiguo escudo del Racing. 'Caballas' es como se llama a los seguidores del Gais, un equipo sueco que juega en la Allsvenskan, la Liga más importante de Suecia. Hampus y Affe son aficionados. «Mi hijo Nicolás y yo les hemos hecho seguidores del Racing y ellos a nosotros del Gais, que curiosamente lleva una trayectoria pareja al Racing. Me parece algo muy bonito», cuenta José. «Hasta se parecen, porque sus colores son verdinegros y los de aquí verdiblancos».
Apenas tienen tiempo para digerir la experiencia. Hoy salen de nuevo para Suecia. Ruta inversa. De nuevo al volante para enfrentar horas de carretera. «Saldremos sobre las 12.00 horas y no paramos hasta Dinamarca. Allí otra vez ferry y con suerte estaremos en Gotemborg a las 23.00 horas del martes», dice José. Y el miércoles, a trabajar. Por lo menos José, que es empleado en la administración pública sueca, porque Nicolás, Hampus y Affe se habían pedido el día de vacaciones para poder descansar. «Estoy pensando que el lunes, probablemente, mandaré un mensaje a mis colegas para preguntarles si puedo pillar un día de vacaciones yo también», comenta riendo.
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