Marco G. Vidart
Somo
Jueves, 27 de junio 2024, 18:04
Desde Somo, el monte de Arna marca el principio del camino.
Tras los primeros metros, en los que ya se gana algo de altura, comienzan las vistas de la costa, con Santander al fondo.
El firme, de tierra y arena, conduce hasta el colegio de Latas.
Tras pasar el colegio, una pasarela de madera conduce hasta Loredo.
Tras un camino de gravilla, a la derecha del camping de Loredo, se puede contemplar toda la playa. Luego hay que seguir de frente, en dirección a la isla de Santa Marina.
Desde una carretera que muere frente a la isla, el paisaje es espectacular. Es una zona de lo más demandada para contemplar la puesta de sol.
En la ruta cerca de los acantilados el camino no está señalizado, pero no presenta ninguna dificultad para seguirlo.
Un pequeño descenso conduce hacia la zona de las playas de Langre. Una de las postales imprescindibles del camino.
El camino, entre prados, con las primeras estribaciones de Galizano al fondo.
El aparcamiento de la playa de Galizano. Desde Somo se recorren hasta este punto 9,3 kilómetros.
Un cartel informa de esa llamada ruta de los acantilados.
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