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La despedida sinfónica del FIS

La despedida sinfónica del FIS

La Suisse Romande cerró la LXVIII edición con obras de Beethoven y Wagner

Rosa Ruiz

Santander

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Domingo, 1 de septiembre 2019, 14:08

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La Orquesta de la Suisse Romande cerró anoche una edición del Festival Internacional de Santander (FIS) que ha estado marcado por la faceta sinfónica y por la presencia de destacados solistas y directores. La última jornada, con un nuevo lleno en la sala Argenta del Palacio de Festivales, contó en el atril con uno de estos, el británico Jonathan Nott que condujo a la Sinfónica Suiza por los recovecos de Beethoven, protagonista de nuevo en el Festival tras la interpretación los pasados miércoles y jueves de la integral por parte de Filarmónica de Londres y el pianista Javier Perianes. La segunda parte del concierto de clausura se compuso íntegramente por obras de Wagner.

Los dos compositores que conformaron el programa destacan y así se pudo comprobar durante el concierto por su uso magistral de la orquesta y por iniciar el camino hacia nuevas tendencias musicales: Beethoven dio paso al Romanticismo y Richard Wagner, admirador de la obra de aquél, abrió nuevos caminos en el uso de la tonalidad. Así, el concierto comenzó con la 'Sinfonía nº7 en La Mayor, Op. 92', escrita en 1812 y estrenada por el propio Beethoven en 1813. A esta obra le siguieron varias piezas de Wagner pertenecientes a las óperas incluidas en el canon de Bayreuth. 'Lohengrin', inspirada en el texto épico homónimo, así como en el poema medieval 'Parzival' y en el cuento francés 'Le chevalier au cygne', a partir del cual el compositor creó el personaje desconocido que llega guiado por un cisne para salvar a Elsa. Otras de las piezas interpretadas fue 'Los maestros cantores de Nuremberg', apoyada en la ópera 'Hans Sachs', de Albert Lortzing y por último, 'El Holandés Errante', basado en 'Las memorias del señor de Schnabelewopski', una obra que supuso un punto de inflexión para Wagner como compositor, al introducir el empleo del 'leitmotiv', que definiría su obra posterior.

El concierto, que llenó la sala Argenta del Palacio de Festivales, estuvo dirigido por el maestro Jonathan Nott

La orquesta, con cien años de historia y formada por 112 músicos, estará ligada para siempre al director de orquesta castreño Ataúlfo Argenta, pues grabó una decena de discos con ella y poco antes de morir estaba en negociaciones para dirigirla. En cuanto a su director, Jonathan Nott, fue invitado en el año 2014 a dirigir la Séptima de Mahler y la actuación culminó con su nombramiento como director musical y artístico.

Otros nombres de la edición

La pluralidad y la coherencia en la programación, una de las metas que se han marcado los responsables del Festival Jaime Martín y Valentina Granados, también han marcado la edición.

Si bien lo sinfónico ha sido uno de sus pilares, como se ha podido comprobar en los grandes conciertos como los dos que ofreció Simon Rattle al frente de la London Symphony Orchestra con dos jornadas de enorme interés y con obras inéditas en el Festival. En la primera, la 'Octava Sinfonía' de Haydn, la 'Guía de Orquesta para jóvenes' de Britten y la 'Segunda Sinfonía' de Rachmaninov; y en la segunda 'Harmonielehre' de John Adams y la 'Segunda Sinfonía' de Brahms.

Por su parte, la Orquesta de Cadaqués, en uno de sus mejores momentos y bajo la dirección del italiano Gianandrea Noseda, llegó a Santander con el 'Concierto 25' de Mozart, con Pierre-Laurent Aimard como solista, y 'Pulcinella, ballet en un acto' de Stravinsky, en el que participaron la soprano Barbara Frittoli, el tenor Piero Pretti y el barítono Nicola Ulivieri.

En la memoria de la LXVIII edición del FIS también está ya la presencia de Les Musiciens du Louvre con la 'Oda a Santa Cecilia' de Haendel y la 'Gran misa' de Mozart.

En cuanto a los recitales de este año ha destacado la presencia del tenor mexicano Javier Camarena, primerísima figura a nivel internacional y con sonados triunfos en los escenarios más renombrados en el mundo de la lírica, y María Joao Pires, la mítica pianista que ya es leyenda y que en la que puede ser su despedida en Santander interpretó un programa en el que se unió el romanticismo de Chopin con el clasicismo de Mozart.

La música barroca también ha tenido preponderancia en el Festival Internacional. Este año además con un estreno con marcado acento cántabro pues, en los inicios de la edición se incluyó la coproducción con el Festival de Verano del Escorial de un espectáculo de teatro musical barroco con base en la novela 'Yo, Farinelli, el capón' del escritor santanderino Jesús Ruiz Mantilla, que contó con la dirección de Manuel Gutiérrez Aragón. También han destacado las actuaciones de la Capella de Ministrers con un programa que viajó por la 'Ruta de la seda'.

Y la danza, en la recién acabada edición del Festival, ha tenido cabida con tres espectáculos que han permitido contemplar distintos prismas de este arte. El Ballet Nacional del Sodre, dirigido por Igor Yebra; el Acosta Danza que ha permitido ver sobre el escenario de la sala Argenta al famosísimo Carlos Acosta o el Ballet flamenco han completado un mes de música en Santander que se ha visto apoyado por las siempre interesantes propuesta en los 'Marcos históricos' de la región. En total se han celebrado 50 citas con la presencia de alrededor de 800 artistas procedentes de más de una veintena de países.

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