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El rabelista cántabro pasa el confinamiento en su casa de Cueto dedicado a la música y a la lectura. DM
«Valdecilla y los sanitarios se merecen una ópera»
Chema Puente Músico y compositor

«Valdecilla y los sanitarios se merecen una ópera»

La cultura desde dentro ·

El rabelista cántabro sigue cantando a su tierra mientras echa de menos el contacto con sus hijos y sus nietos y aboga por la implicación social en las actividades culturales

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Lunes, 11 de mayo 2020, 07:16

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Su paradójica voz, recia y tierna a la par, sigue mezclándose con el sonido único y profundo de los rabeles que tantas horas han pasado en sus manos. El músico Chema Puente (Santander, 1951), uno de los buques insignia del folclore cántabro, pasa el confinamiento en su casa de Cueto, tan ligado a sus orígenes como su música, de la que han surgido auténticos himnos como 'Santander la marinera', y que ha evolucionado desde el género más puro hasta converger con otras disciplinas como el flamenco o la música de raíces latinoamericanas. Con nueve discos propios a sus espadas y cientos de actuaciones y conciertos, mantiene su compromiso con la esencia de su tierra ayudando a difundir su música, que ha enseñado y compartido con numerosos músicos y, sobre todo, con los jóvenes que deben asegurar su futuro porvenir.

-Habrá podido practicar mucho estos días... ¿Cómo lleva el confinamiento?

-Estos días de cuarentena me he distraído leyendo y cantando. Vivo en Cueto rodeado de prados y el confinamiento no ha sido tan fuerte como si viviera en un piso. Lo que se ha echado de menos es pasear, estar con los amigos, con los hijos, dar un achuchón a la nieta...

-Los músicos se han visto muy afectados por la crisis sanitaria. ¿Cómo le ha afectado a usted?

-No soy músico profesional y estoy jubilado. En ese aspecto no me ha afectado.

-Como buen conocedor del sector, ¿cómo ve su horizonte a corto y medio plazo?

-La vida nos va a cambiar a todos. Tenemos que hacer un esfuerzo para volver a poner en marcha la actividad social y económica y sin música no se puede estar. Espero que ayuntamientos y demás instituciones fomenten las actividades artísticas tan necesarias para tener una vida plena. Me gustaría que dejáramos de ser espectadores y pasáramos a ser mayoritariamente protagonistas de actividades artísticas según las capacidades de cada uno.

«Las instituciones deben fomentar la actividad artística, esencial para tener una vida plena»

-Los músicos también ha sido uno de los colectivos que más se han volcado para ofrecer a la sociedad mensajes de ánimo y esperanza...

-La sociedad en general y los músicos han tenido un comportamiento generoso y ejemplar. Yo he participado en un grupo en Facebook que se llamaba 'Rondadores por el coronavirus', formado mayoritariamente por aficionados y profesionales de la música tradicional. También he colgado cosas en la página de la Asociación de Vecinos de Cueto.

-Su música canta a Cantabria y a Santander, y en ocasiones también se yergue como vía de reivindicación y protesta. En estos días, ¿a quién y qué le cantaría?

-En estos días hay que rendirse ante todos los colectivos que han trabajado para que el país funcionase, pero es justo resaltar al personal sanitario que ha sido la punta de lanza. Valdecilla como buque insignia de la asistencia sanitaria de Cantabria se merece una ópera, pero eso son palabras mayores.

-Hablando de canciones, ¿en qué nuevos proyectos a nivel creativo o musical está trabajando?

-Yo sigo cantando y a veces se me ocurren historias. No sé si acabarán o no publicadas, porque el mercado discográfico actualmente es una ruina.

-Es usted uno de los grandes estandartes del folclore cántabro. ¿Cómo es la salud actual de este género? ¿Por qué es importante una música tan ligada a las raíces de la tierra?

-Creo que Cantabria, a pesar de ser una pequeña comunidad autónoma, tiene una historia musical importante. Nadie va a cantar lo que sucede en esta tierra como los que vivimos en ella. Hay un número de gente significativo que no para de crear nuevas canciones unos con más proyección que otros y desde diferentes puntos de vista, que es lo enriquecedor. Intuyo que esta gran crisis mundial producida por la pandemia va a favorecer el que se vuelva la mirada a las fuentes musicales tradicionales, a la sencillez de nuestra música tradicional.

«En general, mi territorio creativo es la música de raíz hispánica»

-En su caso particular como creador, ¿cómo ha evolucionado su estilo y su forma de entender la música a lo largo de su dilatada trayectoria?

-En mi casa siempre hubo afición a cantar pero el que me haya atrevido a subir a un escenario se debe a mi fascinación por lo que representó en mi adolescencia Joaquín Díaz y sus publicaciones sobre el Romancero. Apareció el rabel en mi vida con un disco de Paco Sobaler y mi mayor esfuerzo lo he dedicado a desarrollar esta afición. El subir a Polaciones y conocer a sus bandurrieros/rabelistas más importantes como Adela Gómez, Pedro Madrid, Luis Gómez, Juliana Rábago, Pepe el de Cotillos y Antonio 'Quintana' consolidaron mi entrega a la tradición oral. He tenido la fortuna de compartir escenario con Benito Díaz y Begoña Lozano continuadores de la impronta que dio Pepín del Río a la música popular de Cantabria a través del Coro Ronda Garcilaso. También mi feliz encuentro con el guitarrista flamenco santanderino Ramón Fernández significó un maridaje entre el rabel y la guitarra enriquecedor y la amistad desde chavales con Luis Mari Sánchez me acercó a la música sudamericana. Se podría decir que mi territorio creativo es la música de raíz hispánica.

-¿Por qué cree que es importante la música?

-La música forma parte de la vida. No se puede vivir sin ella. Nos relaja, nos emociona, nos sitúa en nuestra historia personal, nos evoca sensaciones, recuerdos, nos da fuerza para seguir ('Resistiré'...). Yo al menos no puedo vivir sin ella.

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