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Yatra sonríe y la Campa se rinde a sus pies
Algo más de 8500 personas se entregaron a las baladas, los ritmos latinos y el carisma del colombiano, en la primera noche del Magdalena en Vivo
Fue una noche de sonrisas: la de las parejas abrazadas, la de la chica que tenía al lado cuando sonó 'Tacones Rojos', la de mis ... amigos mientras cantaban 'Vagabundo' a pleno pulmón y, sobre todo, la sonrisa magnética de Sebastián Yatra, que se quedó grabada en el recuerdo de los asistentes.
El de anoche no será el concierto de nuestras vidas, pero entre su magnetismo natural y unas cuantas canciones de esas que mucha gente conoce, el artista latino demostró que no necesita mucho para poner a bailar al público y dejarlo con una sonrisa de oreja a oreja.
Mafalda Cardenal se encargó de abrir esta nueva edición del festival Magdalena en Vivo y, sí, cumplió sin mayores sobresaltos, pero no dejó huella. Para que el público cántabro lo entienda rápido: es como una especie de Sofía Ellar, con una voz bonita, pero menos carisma. Canta bien, pero ni a mí ni a mis amigos consiguió emocionarnos.
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La alicantina se pasó todo el concierto sonriendo, ensimismada, feliz, como si aún no se creyera del todo estar sobre ese escenario. Una actitud que contrastaba con el contenido de sus canciones: desamores, relaciones tóxicas e historias con exparejas que no dejarían indiferente a nadie. Temas como 'Vete a la luna' o 'Tu fan' —la canción que, según ella, le «cambió la vida»— y que compuso tras una ruptura complicada.
Yatra comenzó más tarde de lo previsto. No fue algo grave, pero sí hubo quienes, en 'petit comité', se quejaron de que el 'show' no arrancara hasta casi la medianoche, porque, claro, «no son horas» para empezar un concierto. Eso sí, con la salida al escenario del colombiano, todos olvidaron la hora, lo tarde que era e incluso que al día siguiente había que madrugar, mientras se atisbaban miles de sonrisas de emoción y se desataba la locura.
Antes de que Sebastián Yatra empezara a cantar, salieron unos 'soldadores' al escenario, escenificando como que daban los últimos retoques a unos enormes andamios que cubrían todo, y qué queréis que os diga, me pareció de lo más original que he visto últimamente en un gran concierto. Sirvió para situar a todos los músicos que acompañaban al cantante en la misma fila, aunque a distintas alturas, y dio mucho juego a lo largo de toda la actuación, con el colombiano subiendo y bajando.
'Tacones Rojos' sonó casi al inicio del show y fue, sin duda, el primer gran momento de la noche. Pero aún quedaban muchos más, porque si de algo puede presumir Yatra es de tener una colección imbatible de éxitos: 'No hay nadie más', 'Pareja del año', 'Vagabundo'… Hubo baladas bajo la luz de los móviles, momentos de los de no parar de bailar —como con 'Traicionera'— y otros en los que una simple sonrisa del colombiano bastaba para desatar los gritos del público.
Fue un concierto largo, de 25 canciones, en el que Yatra incluso se permitió el lujo de incluir un bloque más pausado a mitad, durante el que bajó del escenario para interactuar con algunos de sus 'fans': se fundió en un abrazo con una chica de la primera fila que lloraba como una descosida, firmó una bandera de su país a un grupo de chicas cuyas caras eran una mezcla entre una sonrisa y no me creo lo que está pasando, y cantó 'Los domingos' frente a una pareja de enamorados que llevaban tatuado en sus brazos el título de la canción.
Todo terminó con el público cantando a pleno pulmón eso de «Te quiero, te quiero, te quiero» de 'Por fin te encontré', mientras Yatra solo sonreía; con un fragmento de '2AM' que desató la locura entre algunos asistentes y, por último, con dinamita: 'Vagabundo', el único momento del día en el que se rozó algo parecido al descontrol.
Yatra terminó bailando junto al público, con un pañuelo de las fiestas de Santander al cuello. Porque si algo quedó claro esta noche es que estos días son de fiesta, de mil conciertos, de sonrisas con amigos, momentos compartidos y canciones coreadas como si el verano entero dependiera de ellas. Te diría que no fue el concierto de nuestras vidas, ni recordó a lo de La Oreja de Van Gogh el año pasado o a lo del 'Canto del Loco' en 2022, pero Sebastián Yatra tiene ese imán que hace que, con poco, termines pasándolo genial.
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