Jorge Oliveira
J. L.
Santander.
Domingo, 20 de julio 2025, 02:00
Más de diez años al frente de una fábrica como la de Solvay en Torrelavega dan para multitud de proyectos, momentos y vivencias. Más en ... un contexto en el que la factoría debía adoptar decisiones fundamentales para su futuro con objeto de garantizar su competitividad y consecuente viabilidad.
Del estrés diario y la toma de acuerdos a un ritmo más bajo ya en las últimas semanas, con la mente puesta en nuevos proyectos personales y, sobre todo, más tiempo para poder disfrutar de la familia lejana o de las aficiones personales.
En cualquier caso, Jorge Oliveira encara una nueva etapa vital en la que seguirá manteniendo a Cantabria como una parte fundamental dentro de sus rutinas actualizadas.
-¿Cuál es su mejor recuerdo?
-Mi mejor recuerdo, sin duda, está ligado al momento de la aprobación definitiva del proyecto de transición energética. Fue una emoción indescriptible. Después de tantos años de trabajo incansable, de reuniones, de viajes, de defender la viabilidad del proyecto ante todas las instancias, sentir que lo habíamos logrado, que el futuro de la planta estaba asegurado, fue una alegría inmensa y un enorme alivio. Representó el culmen de un esfuerzo colectivo titánico.
-¿Y la decisión más difícil?
-La decisión más difícil, indudablemente, fue tener que comunicar el cierre de la unidad de cloro-álcali y gestionar la incertidumbre que eso generó entre los compañeros. Son decisiones que se toman desde la dirección por imperativos estratégicos y de mercado, pero que tienen un impacto humano muy real y doloroso. Ver la preocupación en los rostros de las personas, gestionar esa transición con la mayor dignidad y respeto posible, fue, sin duda, el momento más duro de mi trayectoria aquí.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión