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El consejero de industria, en el centro, durante el debate en el que se ha abordado el impacto del Centro de Datos Altamira. Miguel López

Arasti avanza que el proyecto Altamira podría albergar un centro de supercomputación

El campus tecnológico daría un importante paso y subiría de categoría al poder «solucionar problemas del futuro»

H. R.

Santander

Miércoles, 3 de septiembre 2025, 17:49

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El macroproyecto del Centro de Datos Altamira que se plantea realizar en Cantabria con una inversión privada de más de 3.600 millones de euros podría llegar a ser todavía más ambicioso. Así lo ha adelantado el consejero de Industria, Empleo, Innovación y Comercio, Eduardo Arasti, durante su intervención en el encuentro sobre economía digital y telecomunicaciones que organiza estos días la patronal Ametic en el Paraninfo de la Magdalena de Santander. Concretamente, ha incidido en que el promotor de la iniciativa, Stoneshield Capital, está planteando elevar la categoría del campus tecnológico para que también albergue un centro de supercomputación cuántica para que la instalación «tenga capacidades más allá del presente y mire hacia el futuro».

El titular de Industria del Ejecutivo cántabro ha realizado este anuncio en medio de una intervención en la que ha analizado el impacto que tendrá el proyecto Altamira en Cantabria, junto al vicerrector de Transformación Digital de la Universidad de Cantabria (UC), José Luis Bosque, y el CEO de XDC Properties, filial de Stoneshield Capital, Javier García. De esta forma, se ha recalcado que «Altamira significaría dar un giro de 180 grados al sistema productivo de Cantabria y orientarlo hacia sectores con un mayor valor añadido, aprovechando la revolución tecnológica que se está produciendo en estos momentos».

Una apuesta que todavía irá a más si finalmente se confirman las intenciones de elevar la categoría del campus. Y es que mientras un centro clásico aloja superordenadores basados en arquitecturas tradicionales (miles de CPUs/GPUs trabajando en paralelo), un centro de supercomputación cuántica incorpora procesadores cuánticos que atacan problemas de una complejidad que sobrepasa la capacidad de los sistemas convencionales. «Estamos hablando de un proyecto importantísimo, no solamente por lo económico y lo social, sino también por lo que significaría para la investigación científica como consecuencia de la supercomputación, así como para nuestros jóvenes y para la competitividad de Cantabria», ha subrayado Arasti del que sería el primer centro de este tipo en Cantabria.

Tal y como ha explicado, «se trata de un proyecto que trasciende a Cantabria y nos colocaría, tanto a Cantabria como a España, como uno de los polos digitales más fundamentales del sur de Europa después de llevar a cabo una inversión privada de más de 3.600 millones de euros, la mayor inversión empresarial de la historia de Cantabria, siendo similar a todo el presupuesto del Gobierno regional y aproximadamente la cuarta parte de su Producto Interior Bruto (PIB)». «Estamos ante un momento histórico», ha remarcado Arasti, quien ha destacado que el proyecto supondrá, además, la creación de más de 1.500 puestos de trabajo de alta cualificación y bien remunerados.

El proyecto

Respecto al Centro de Datos Altamira, entre las «enormes» fortalezas y ventajas competitivas del proyecto, el consejero ha destacado que su eficiencia energética «será imbatible», ya que consumirá menos energía eléctrica que cualquier otro centro de datos de España, y no empleará agua para su refrigeración, dado que Cantabria cuenta con un clima que permite utilizar la ventilación natural por sus temperaturas suaves y sus precipitaciones elevadas.

Además, ha continuado, cuenta con una conectividad estratégica, al estar cerca de varias rutas de fibra óptica que conectan con otros centros de datos, tanto en España como en Europa, y el hecho de que Anjana, el cable submarino de fibra óptica de mayor capacidad del mundo, conectando Europa con Estados Unidos, atraviesa Santander, «proporcionando al futuro Campus una latencia reducida y múltiples rutas de conexión».

A todo ello hay que añadir que 'Altamira' tomará la energía eléctrica de la subestación de Penagos, que se caracteriza por ser «un nodo eléctrico, robusto y preparado» para acoger grandes demandas de energía, aportando estabilidad al sistema eléctrico, ya que el futuro Campus representa «una oportunidad» de descentralizar el consumo de los centros de datos «fuera del eje Madrid-Aragón-Cataluña». El proyecto, además, plantea una solución eléctrica con dos nuevas posiciones que conectará el Campus a la red eléctrica de una manera «muy sencilla» y que «no implicará ningún gasto de ejecución al sistema eléctrico», si bien ha recordado que necesita ser aprobada en la Planificación de la Red de Transporte de Energía Eléctrica 2026-2030 del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (Miterd).

La previsión es que las obras de la primera fase empiecen en enero de 2026, una vez que concluya la tramitación del Proyecto Singular de Interés Regional (PSIR), que ya está redactado y que el Gobierno espera aprobar en diciembre. El objetivo es que las obras de las fases dos y tres, que también se acometerán a través de un PSIR, comiencen en 2028, de manera que el Campus Tecnológico de Centros de Datos Altamira comience a operar en 2032.

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