Miguel Ángel Noceda
El que fuera redactor jefe de 'El País' presenta hoy en Santander su libro 'Fiascos SA', donde narra los grandes fracasos empresariales de España
Miguel Ángel Noceda (Comillas, 1957) ha vivido muy de cerca la historia financiera y empresarial de las últimas décadas en España. Su trabajo como periodista en 'El País' durante 33 años, donde fue redactor jefe especializado en información económica, le ha permitido conocer en primera persona a varias de las principales figuras corporativas del país. De ahí su vasta perspectiva para, ahora jubilado, publicar el libro 'Fiascos SA', donde repasa los grandes fracasos empresariales de la Democracia, desde Rumasa hasta Abengoa. Hoy presenta el resultado en la Librería Gil, en Santander, a las 19.30 horas.
-¿Cómo surgió la idea para este libro?
-Todo parte de un encargo en 'El País' sobre si podía haber una historia a raíz del fracaso de Abengoa. Salió en dos partes el 21 y el 22 de agosto de 2021, seguramente los días del año que menos se leen los periódicos. Nuestro entonces economista de referencia, Emilio Ontiveros, que veraneaba en Pechón, me dijo que el asunto tenía recorrido y desde ese momento pensé que cuando me jubilara podría retomar el tema, sin presiones ni nada por el estilo. Vi que tenía un filón importante.
IMPACTO REPUTACIONAL
-¿Cuáles son los grandes fracasos empresariales de la Democracia?
-Hay que medirlos por el tamaño de la empresa. En el libro empiezan en Rumasa y acaban en Abengoa. Todos ellos tienen además un claro autor o autores: Rumasa con Ruiz Mateos; Banca Catalana con Pujol; Banesto y Javier de la Rosa; Terra y Juan Villalonga; Gescartera y Antonio Camacho; Martinsa-Fadesa con Fernando Martín; Marsans con Gerardo Díaz Ferrán; Bankia y Rodrigo Rato; Pescanova y Manuel Fernández de Sousa; Banco Popular con Ángel Ron; Gowex y Jenaro García; y Abengoa con Rafael Benjumea. Igualmente se da en todos estos casos un hilo conductor, su judicialización. Algunos de ellos, de hecho, todavía están sin cerrar.
-¿Hemos aprendido algo de estos fiascos históricos?
-Siempre aprendemos algo. La condición humana es muy determinante en este sentido. El ser humano es frágil en situaciones de conseguir dinero fácil. Estoy esperando que en casos de este tamaño acaben pillando siempre a los malos, a los que lo hicieron. En muchos casos sí que les han pillado y genera una crisis de descrédito enorme. Como ocurre con la política en la actualidad.
-¿Es culpa de los gobiernos de turno o falta una sociedad más crítica que señale claramente y repudie a los que se abrazan a prácticas irregulares?
-En mi opinión lo que falla son los mecanismos de control, que no se saben manejar bien. Además, sin tener en cuenta que en ocasiones los que tienen que manejarlos también están involucrados en los hechos. A medida que ha habido casos de corrupción te das cuenta igualmente cómo prospera la ingeniería financiera. Hay verdaderos figuras en busca de fórmulas para evitar ser pillados.
-¿Sale gratis fracasar cuando hay dinero público de por medio?
-Es difícil decirlo. Normalmente quieres pensar que los que la hacen la pagan. Luego te das cuenta de que algunos salen de la cárcel y tienen fondos guardados, generalmente fuera de España. El trago que han pasado por lo general la gente podría pensar que no les merece la pena, aunque está claro que hay a algunas personas que sí.
-Más allá de la posible corrupción empresarial, ahora estamos viendo una vez más casos de potenciales ilícitos en el Gobierno vinculados a compañías. ¿Qué cambiaría en el sistema para que estas prácticas dejaran de ser un mal endémico de directivos y gobernantes?
-Eso sí que es difícil. Cuando parece que ya lo has visto todo llega una vuelta de tuerca más. Hay casos como de ciencia ficción. No obstante, los casos de fracasos y corrupciones, que a veces tienen el efecto de no dejar ver el bosque, no deben empañar la extraordinaria transformación que tuvo la economía española y la modernización de la empresa desde la transición y, sobre todo, desde la entrada en la UE. Hoy España cuenta con grupos de nivel internacional y la mayor parte de los empresarios son cumplidores
-¿Cómo ve Cantabria desde la distancia?
-Bueno, eso se sale de los fiascos... (Ríe). Creo no obstante que ha pisado un poco el freno. Como región pequeña tendría que dar más la lata en Madrid para poder conseguir fondos para inversiones e infraestructuras.
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