César Cernuda
El directivo, uno de los pocos españoles al frente de una tecnológica de Estados Unidos, acudió recientemente a Santander para hablar de la gestión del dato
César Cernuda puede presumir de ser uno de los pocos españoles con influencia en el Nasdaq. El directivo es presidente mundial de NetApp, tecnológica estadounidense ... especializada en almacenamiento seguro de los datos. La amplia mayoría del IBEX-35 recurre a sus servicios y productos para garantizar la custodia y acceso al mayor activo actual de las empresas, algo que el mercado corresponde con la cotización de la compañía. Su capitalización bursátil supera los 20.000 millones de dólares. Cernuda estuvo el pasado mes en Santander, donde participó en los cursos de verano de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP) para explicar cómo las organizaciones pueden compaginar ese incremento exponencial de la información que manejan y generan con una hoja de ruta sostenible y fiable.
-Comencemos por un tema de actualidad: los centros de datos. ¿Estamos ante una gran oportunidad para España y Cantabria?
-Estamos viviendo lo que muchos llaman la cuarta revolución industrial, marcada por la explosión de los datos. Cada vez generamos más información, mucha más de la que somos capaces de consumir. De los aproximadamente 135 zettabytes de datos existentes en el mundo, solo se utiliza un 30%. Por eso surgen las grandes factorías de datos o centros de procesamiento: para convertir esa masa de información en valor. Se trata de almacenar los datos de forma inteligente, segura y con buen rendimiento. Porque hoy todo gira en torno a cómo usamos esos datos para tomar mejores decisiones y crear modelos productivos más eficientes.
-El almacenamiento y la eficiencia energética son grandes desafíos. ¿Cómo se pueden abordar desde el punto de vista tecnológico y de sostenibilidad?
-Ahí está uno de los grandes retos. Muchos centros funcionan con tecnologías de hace 20 años, que demandan enormes cantidades de energía y agua para refrigeración. En NetApp trabajamos con proyectos que permiten reducir hasta un 30% del consumo energético y disminuir también el uso de agua. Eso ayuda a las empresas a ser mucho más sostenibles. Además, estamos viendo modelos híbridos, donde las compañías combinan data centers propios con servicios en la nube para lograr objetivos de sostenibilidad sin perder competitividad.
Las frases
Centros de datos
«Vemos modelos híbridos con data center propios y servicios en la nube más sostenibles»
impacto de la IA
«Toda revolución industrial transforma el empleo; el reto será la formación»
-¿Cómo está evolucionando la ciberseguridad con la llegada de la inteligencia artificial?
-La inteligencia artificial lleva más de 30 años con nosotros, pero ahora su uso se ha multiplicado por la cantidad de datos que manejamos. Las organizaciones que saben acceder a esos datos y usarlos de forma eficiente son mucho más competitivas. El problema es que, al igual que los datos son un activo, también son un objetivo. Antes se robaban bancos, ahora se roban datos. Por eso, cada vez se requieren más inversiones y tecnologías en ciberseguridad. Y esta evolución es constante: cada mes surgen nuevas amenazas y técnicas, y nosotros, como proveedores de tecnología, debemos hacer grandes inversiones.
-¿Cómo serán las infraestructuras digitales del futuro?
-Serán híbridas y resilientes. No todo estará en la nube ni todo será local. Veremos un equilibrio adaptado a la realidad de cada organización, con una clara tendencia hacia la descentralización y el 'Sovereign Cloud', es decir, garantizar que los datos estratégicos estén localizados en el país o en la UE. El futuro pasa por infraestructuras capaces de convivir entre lo local y lo global, entre lo público y lo privado, y que además sean seguras, eficientes y sostenibles.
-¿En qué lugar queda la ética en este contexto de agentes inteligentes que aprenden solos?
-Es un debate enorme. La superinteligencia aún es hipotética, pero lo que sí vemos son casos reales donde los bots aprenden comportamientos negativos si no se les regula adecuadamente. Históricamente hemos tenido estos debates con otras cuestiones. Lo importante es formar entornos seguros para ese aprendizaje, establecer límites y garantizar que las IA no absorban sesgos. No se trata de frenar el avance, sino de acompañarlo con marcos de regulación y supervisión adecuados.
-¿La IA destruirá empleo o lo transformará?
-La historia demuestra que toda revolución industrial transforma el empleo. Se estima que 85 millones de puestos podrían desaparecer por la automatización, pero también se crearán 97 millones nuevos relacionados con la inteligencia artificial. El reto es que las personas que pierdan su empleo puedan adquirir las capacidades necesarias para adaptarse a los nuevos perfiles. Harán falta más científicos de datos, matemáticos, ingenieros... Y eso exige un esfuerzo enorme en formación.
-¿Cómo ve el papel de España en esta carrera global por la digitalización?
-España tiene una buena posición por varias razones: una de las mejores infraestructuras de telecomunicaciones de Europa, una fuerte inversión en fibra, y una capacidad destacada en energías renovables, lo que permite un consumo más limpio y eficiente. No vamos a liderar la IA mundial por tecnología, pero sí podemos aprovechar nuestra red, nuestra conectividad y nuestras ventajas energéticas para atraer proyectos y startups. Además, tenemos una oportunidad única en sectores como la sostenibilidad, el cambio climático, las smart cities o la agricultura inteligente.
-¿Qué consejo daría a las pymes de Cantabria ante esta nueva realidad?
-Que no se resistan al cambio. La transformación digital ya está aquí y es global. Lo importante es prepararse y formarse, sin obsesionarse con los riesgos. Hay que centrarse en las oportunidades: mejorar costes, procesos, relación con los clientes, incluso generar nuevos empleos. En Cantabria, por ejemplo, he venido a hablar con empresarios precisamente para animarles a ver esto como una oportunidad, no como una amenaza. Y para eso es clave rodearse de buenos asesores y tecnologías fiables.
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