La mediación para resolver los conflictos antes de llegar a la vía judicial y el asesoramiento en materias laboral han hecho del Orecla un organismo ... muy valorado en Cantabria. Después de varios meses sin gerente, el pasado mes de febrero se informó del nombramiento de Ana Sanz Espinar como responsable de la Fundación Laboral para las Relaciones Laborales de Cantabria, tras un proceso público de selección. Es esta fundación la que gestiona el Órgano de Resolución Extrajudicial de Conflictos Laborales.
Sanz Espinar se incorporó al cargo poco antes de la pandemia provocada por el covid-19 y ha tenido que hacer frente a una nueva situación con cambios en el horizonte para adaptarse a las circunstancias. Está convencida de que los cambios van a seguir y se prepara con el equipo de la casa y los mediadores para hacer frente a un posible 'rebrote' de solicitudes cuando finalicen los actuales Expedientes de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) bien a partir de septiembre o bien después de diciembre, si finalmente se alargan.
Ana Sanz es licenciada en Psicología, máster en RR HH y en Administración de Personal y Asesoría Laboral, especialidad en Procedimiento Laboral, y cuenta con más de 15 años de experiencia en empresas multinacionales de diversos sectores, y forma parte de la Asociación Española de Dirección y Desarrollo de Personas en Cantabria (Aedipe Cantabria). Fue responsable de Recursos Humanos en Chassis Brakes International.
La nueva gerente ha sido elegida mediante un proceso público de selección que ha valorado su experiencia en la gestión de equipos humanos y sus conocimientos en materia laboral.
– ¿Cómo se enfrenta al reto de dirigir el Orecla?
–En 1996 se crea el Orecla. A lo largo de estos 24 años, la organización ha adquirido un nivel de madurez a través de la gestión de mis tres predecesores, Tristán Martínez, José Antonio Alonso y Maite Herrera. Tenemos que agregar su legado con la 'mochila' profesional y formativa que puedo aportar, bastante complementaria a la suya. La Fundación se encuentra en un punto en el que ofrece un fantástico proyecto profesional: el contexto actual propone nuevas oportunidades en nuestros ámbitos de actuación, tanto para la resolución de conflictos como para el fortalecimiento de las relaciones laborales y la negociación colectiva, en las que son perfectamente combinables las nuevas herramientas y fórmulas de organizativas con la solidez del equipo.
–¿Cree que el papel del organismo ha cambiado o debería cambiar para adaptarse a los nuevos tiempos?
–La historia del organismo es una historia de adaptación. En sus orígenes, la Fundación nació con el objetivo de promover la consecución de acuerdos extrajudiciales en materia laboral, conviviendo con un servicio de conciliación administrativa. Con el desarrollo de los diferentes Acuerdos Interprofesionales de Cantabria, fueron asumiéndose más competencias en materia de conciliación, mediación y arbitraje hasta el punto de que, a diferencia de otras comunidades autónomas, aquí en Cantabria, están ya totalmente transferidas desde la Administración, tanto en materia de conflictos individuales como colectivos. Por otro lado, en 2010, pasamos de ser 'sólo' Orecla a ser la Fundación para las Relaciones Laborales de Cantabria. Ahí iniciamos nuestra misión como potenciador de la negociación colectiva en Cantabria, asesorando y dando soporte técnico en negociaciones colectivas sectoriales, a comisiones paritarias y al Consejo para las Relaciones Laborales de Cantabria, que este año celebra su décimo aniversario.
–Parece que las tareas van en aumento y habrá supuesto cambios organizativos...
–Uno de los elementos que ha permitido una rápida adaptación a las competencias que se iban transfiriendo a los diferentes contextos es la estabilidad del equipo, tanto las personas trabajadoras de la Fundación como los miembros del cuerpo de mediación, ya que permitía anclar las novedades en bases sólidas. Como no podía ser de otra forma, tenemos ya novedades encima de la mesa, por supuesto. Algunas más operativas, como herramientas tecnológicas o la vía 'online' de algunos de nuestros procedimientos, de manera que impulsemos la agilidad y la flexibilidad del servicio. El cuerpo de mediación es también una pieza fundamental y debe tener un lugar clave en las decisiones que vayamos tomando. Otro tema de valor añadido en el medio-largo plazo son las actividades que desarrollamos para potenciar la negociación colectiva, apoyando al Consejo de Relaciones Laborales. Ese debe ser otro de nuestros focos de atención, ya que de esa manera contribuiremos a prevenir los conflictos y no ser sólo la antesala para evitar la judicialización de estos.
– ¿Cómo ha hecho frente el Orecla a estos meses de distanciamiento social causado por la pandemia?
–Podríamos resumir este periodo de distanciamiento social con tres términos: garantías, repensarnos y reorganizarnos. En el capítulo de las garantías, la decisión fue mantener unos servicios mínimos para aquellos usuarios que solicitasen mediación para asuntos en las que los plazos procesales no estuvieran suspendidos. Evidentemente, estando asociadas inexcusablemente a garantías para la salud y seguridad de todos los implicados: personas usuarias, mediadoras y trabajadoras. Como los casos no eran especialmente numerosos, pudimos abordarlo con sosiego y con la seguridad necesaria para todos. En el mes de abril, tras repensarnos, activamos una vía de ratificación telemática de acuerdos entre partes. A fecha de hoy se han confirmado más de 140 acuerdos, con flexibilidad total en términos de espacio y tiempo para cerrar asuntos que, de haberse mantenido abiertos esperando a la posibilidad de reunirnos, no hubieran aportado nada positivo a las partes. Del total de personas encuestadas que han usado esta nueva vía, el 96% lo recomienda positivamente. Teniendo en cuenta nuestro modelo de mediación y las interacciones que conlleva, estimamos que, con esta medida, hasta el momento, hemos evitado en torno a 3.500 intercambios interpersonales presenciales, por lo que, además de garantizar el servicio a las personas y empresas usuarias, evitamos otros riesgos vinculados al contexto actual. Planificar la vuelta fue, al final, otra forma de repensarnos, puesto que nos hizo cuestionarnos desde nuestro esquema de organización del trabajo hasta aspectos aparentemente más nimios, como el material de escritura o consulta disponibles en nuestras instalaciones para todo aquel que accedía. El equipo ha hecho y se está esforzando por pensar y actuar fuera de 'la caja', lo que nos está manteniendo en una velocidad de crucero tal que, a pesar de que junio ha sido un mes muy fuerte en número de reclamaciones, nos vemos ya cerca de equilibrar el número de expedientes abiertos a la espera de realizar el acto de mediación. Y aquí, cuando hablo del equipo, por supuesto me refiero a las personas trabajadoras de la Fundación, así como a las personas que componen el cuerpo de mediación. A esto contribuye también la adaptabilidad que están demostrando las personas usuarias. Es de agradecer especialmente ver cómo especialmente los más habituales, como asesores sindicales, abogados..., están también adaptando su forma de interactuar con el organismo para favorecer la mejor organización para todos.
– ¿Han aumentado los conflictos que han llegado al Orecla?
–Nuestro registro telemático ha estado funcionando permanentemente. Desde la declaración del estado de alarma hasta que retomamos la actividad 'normal' el 25 de mayo, la entrada de solicitudes se vio reducida. Tal y como esperábamos, la vuelta general a la actividad ha hecho que en junio recibiéramos el doble de solicitudes que en mayo, y más del triple que en abril. Comparativamente con otros meses de junio, tenemos que remontarnos a 2012 y anteriormente a 2009, para ver cifras similares en el mismo mes. En relación a junio de 2019, representa un 140% de lo registrado en dicho mes. Somos conscientes de que las medidas de flexibilización, como son los ERTE en sí y las variaciones incorporadas sobre los mismos para hacer frente a los efectos de la pandemia, han contribuido a que el incremento de conflictividad sea menor. Por esto, desde la Fundación, sabemos que es necesario estar en la línea de salida para reaccionar a un posible incremento de la conflictividad. También hemos observado un incremento de seis puntos en las incomparecencias por la parte conciliada, es decir la parte sobre la que se solicita que acuda a la mediación, en su mayor parte organizaciones. Cuando esto sucede, por muy fuerte que sea tu equipo de mediación, como es el nuestro, poco o nada puedes hacer en el momento por resolver la controversia. Lo que está claro es que es un elemento que debemos valorar a la hora de incorporar cambios en aquello que sí puede depender de nosotros.
–¿Cree que patronal y sindicatos entienden el papel mediador del Orecla y lo utilizan lo suficiente?
–La mediación, las personas mediadoras, potencian las actitudes y capacidades de las partes para colocar la balanza en un punto de equilibrio en el que se sientan satisfechas, sin la intervención de un tercero que la incline hacia un lado u otro. Alcanzar un acuerdo en mediación es fruto del trabajo conjunto de las partes, y eso siempre suma en el largo plazo. La Fundación nace por un objetivo común de los agentes sociales, tanto sindicales como empresariales, y del Gobierno autonómico. Son, además, quienes constituyen el Patronato de la Fundación. El apoyo es total tanto al organismo, como a todas las medidas que supongan mejorar el servicio a nuestros usuarios, que a fin de cuentas son sus personas o empresas representadas. Además, el cuerpo de mediadores está designado por patronal y sindicatos. Por lo tanto, entienden, apoyan y potencian el papel mediador de la Fundación, y es manifiesto su interés en que la mediación sea una parte consustancial de la autonomía de las partes en la construcción de sus relaciones laborales, garantizando el ajuste al marco regulatorio.
–¿Cuáles son los temas más recurrentes?
–El tema más recurrente es la reclamación de cantidades, seguido de las reclamaciones por despido. Uno o ambos temas se encuentran presentes en más del 70% de los expedientes que gestionamos. A partir de ahí, las reclamaciones que tratamos en mediación son muy diversas: por sanciones, por reconocimiento de categoría o antigüedad, por inaplicación de derechos laborales, etc.
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.