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Luis Huete Gómez será el protagonista, el próximo día 13, del Foro Económico de El Diario. DM
«Los directivos deben ser buenos terapeutas»

«Los directivos deben ser buenos terapeutas»

Luis Huete Gómez | Profesor de IESE Business School ·

«No es bueno que la política se convierta en un ascensor social de profesionales y personas mediocres», afirma el escritor y consultor internacional

Isabel Arozamena

Santander

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Lunes, 11 de noviembre 2019, 08:01

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El mundo de la empresa y la política será analizado por el profesor en escuelas de negocio, consultor internacional de alta dirección y escritor, Luis Huete Gómez (Madrid, 1956), en el Foro Económico de El Diario Montañés que se celebrará el día 13, a partir de las 9.30 horas, en el hotel Bahía de Santander. Licenciado en Derecho y doctor en Administración de Empresas por la Universidad de Boston, su tesis doctoral sobre estrategia de servicios de bancos comerciales fue premiada por el Decision Science Institute de Atlanta como la mejor finalizada en Estados Unidos en 1988.

–¿El título de su conferencia es 'La enfermedad del poder en la empresa y en la política'. ¿Es una deficiencia generalizada en el mundo empresarial actual?

–Hay una batalla fascinante entre un liderazgo que a efectos prácticos hace realidad aquello de «el fin justifica los medios» y otro que se centra en el bien común. Este último consiste en crear un ecosistema sano de relaciones, dentro y fuera de la empresa, para hacer crecer la 'tarta' y poder repartirla de manera más inteligente. No nos conviene como sociedad que la batalla la ganen los primeros, ya que su liderazgo carece de empatía, y muchas veces de escrúpulos, y por ello a largo plazo produce desintegración social y numerosos conflictos disfuncionales que acaban robando la energía creativa de la sociedad.

–En cuanto a la política, ¿está España especialmente enferma teniendo en cuenta el fracaso de los políticos para la formación de un Gobierno estable que evite la repetición sistemática de elecciones?

–En política hay un proceso de selección natural perverso que como ciudadanos nos debería preocupar. Si nos preguntamos si llegan a los puestos de mayor responsabilidad las personas más preparadas y competentes tendríamos que decir que, salvo honrosas excepciones, no es así. Tenemos una parte importante de la economía y de la sociedad en manos de personas que, si no viviesen de la política, muchos de ellos tendrían responsabilidades muy limitadas en entornos donde primen la meritocracia y la profesionalidad. No es bueno que la política se convierta en un ascensor social de profesionales y personas mediocres. Las ideologías dividen, los valores unen. Los políticos ideologizados y con pocos valores son un peligro para la convivencia.

–Usted combina las facetas de profesor, consultor, facilitador, 'speaker', autor y 'coach' ¿con cuál se encuentra más a gusto?

–Todas las facetas se conectan entre sí, pero con la que más disfruto es con mis clases en IESE Business School y haciendo de facilitador de comités de dirección cuando diseñan procesos de transformación. Me gusta crear contextos en donde surja una conversación sincera, honesta y relevante que ayude a tomar y ejecutar decisiones de manera correcta.

–En sus años de experiencia ha asesorado a equipos de alta dirección en los cinco continentes, en más de 800 empresas de 70 países. ¿Cuál es el mensaje común que intenta transmitir a todos ellos?

–El mensaje más importante es que la sociedad necesita de empresas sanas, y que la responsabilidad de ello la tienen sobre todo sus directivos. A una empresa sana no le cuesta centrase en el cliente, transformarse, cohesionar a sus equipos, atraer talento, crear un ambiente de trabajo atractivo, ser ágil, innovar, etc. Transformar es generar el derecho a existir en el largo plazo. En definitiva, la mejor manera de asegurarse la continuidad y rentabilidad de las empresas es detectar y curar las patologías que puedan contraer. Los directivos han de ser buenos terapeutas organizativos. Algunas de estas patologías provienen precisamente de los trastornos de conducta de las personas que las lideran. Otras, la mayoría, provienen de la velocidad del cambio en los ecosistemas en los que las empresas habitan. Los cambios generan fricciones en las 'piezas' que componen las empresas; las fricciones causan procesos inflamatorios y éstos dolor y eventualmente patologías.

–La economía global atraviesa tiempos convulsos. ¿Es sólo una cuestión de ciclos o hay motivos de preocupación?

–Nos toca un ciclo económico complicado, pero quizá lo más preocupante son las dinámicas de conducta de una parte de la población, y el auge del populismo en la política. Una parte de la población tiene conductas de baja calidad por la ausencia de valores y de esperanza en el futuro. El populismo se construye sobre la idea manipuladora de que existe un enemigo al que se debe culpabilizar de los males que se sufren. El populismo se vende dando respuestas sencillas a problemas que son complejos. La mayoría de las veces esas soluciones no funcionan.

–¿Cuál es la característica que distingue a un buen jefe o líder de un equipo del que no lo es?

–Un buen líder es el que consigue que su presencia haga mejor a los demás y que ese efecto perdure aun en su ausencia. Una forma de lograrlo es posibilitando el desarrollo de mejores hábitos cognitivos y emocionales en cada uno de los integrantes del equipo. Los directivos han de liderar con el ejemplo, marcando la dirección, asegurando la ejecución, construyendo puentes y creando creencias poderosas en sus equipos.

–Uno de sus servicios 'estrella' es facilitar a los directivos las herramientas para revitalizar el corazón de sus empresas. ¿Cómo se consigue?

–Actuando de manera holística sobre la estrategia, la estructura, los sistemas de refuerzo de conductas, la cultura, los mecanismos de coordinación y la calidad del liderazgo.

–Usted es autor de doce libros, uno de ellos referido a los líderes que hicieron historia. ¿Si se pudiera quedar con uno a quién elegiría?

–Me inspiran mucho los perfiles de Françoise Michelin y Gregorio Marañón. La combinación de inteligencia y bondad tiene efectos maravillosos en la sociedad. Los dos son un buen ejemplo de ello.

–¿En qué está trabajando actualmente? ¿Tiene en mente algún otro libro?

–Estoy trabajando con un buen número de familias empresarias para mejorar su gobernanza y planificar su sucesión. También en la creación de un ecosistema de profesionales independientes de prestigio, bajo la marca Huete&co, capaces de prestar servicios de asesoramiento a las empresas. En cuanto a libros, en diciembre saldrá 'Construye tu sueño 2.0' y espero que para el año que viene 'Servicios y Beneficios 2.0'.

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